11. murder.

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| asesinato.

A STILES le encantaba cenar junto a su padre al menos una vez a la semana, sentados en la parte delantera del auto de policías, envueltos en los sonidos de las calles cercanas y la calma usual del pueblo

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A STILES le encantaba cenar junto a su padre al menos una vez a la semana, sentados en la parte delantera del auto de policías, envueltos en los sonidos de las calles cercanas y la calma usual del pueblo. Allen estaba en casa viendo una película con Lydia, así que aprovechó que su hermano no se les uniría para ir a ese lugar de hamburguesas que a ambos les gustaba, pero su hermano detestaba desde que en una fiesta de cumpleaños cuando eran niños, el payaso le tiró una soda encima y le embarró una buena parte de pastel en la camiseta sin querer.

Había sido totalmente un accidente, pero Allen nunca había querido regresar allí por más buenas que fueran las hamburguesas. Por supuesto, podría comer una siempre y cuando él no tuviera que entrar al lugar a ordenar. Afortunadamente para él, Jackson era quien se encargaba de eso.

— ¿Olvidaron mis papas en espiral? —preguntó el alguacil, revisando el interior de la bolsa de papel en busca del importante complemento de su cena.

—No deberías comer papas fritas —le regañó Stiles, sentado a su lado—, y menos en espiral.

—Tengo un arma letal. Si quiero papas fritas en espiral, me las comeré.

—Si crees que hablando en ese tono justificas tu argumento, te equivocas —aseguró el adolescente, dándole un sorbo a su soda.

Unidad uno, ¿me escuchas? —preguntó un oficial a través de la radio.

Stiles estiró su mano con la intención de tomarlo y responder, pero su padre fue más rápido y le golpeó la mano con una mirada severa.

—Perdón —se disculpó bajito.

—Unidad uno, lo escucho —respondió su padre finalmente mientras de reojo le veía llevarse un puñado de papas fritas a la boca.

Nos informaron de un posible 187.

— ¿Un homicidio? —preguntó de forma a penas entendible, sorprendido.

Su padre le lanzó una mala mirada, ordenándole en silencio que se callara y le dejara trabajar, procediendo a pedir la ubicación del reporte. El camino al videoclub no tardó más de diez minutos, las sirenas encendidas permitiéndoles avanzar rápidamente en el tráfico hasta llegar a su destino.

—Quédate aquí —espetó su padre antes de bajar del auto.

Stiles resopló, mirando por la ventana con curiosidad, sus ojos abriéndose en grande al ver a Abby sentada en la ambulancia, mirando de su hermano al paramédico con el que este estaba discutiendo. Ninguno de los dos parecía herido, o al menos no a simple vista, pero las manos de la chica estaban temblando mientras sujetaban unas de las de Jackson.

—Imposible —susurró sorprendido.

— ¿Por qué diablos no podemos ir a casa? Estoy bien —reclamó Jackson con furia, su mano apretando las de su hermana como podía, ansioso por irse de allí cuanto antes.

hopeless | #1 | teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora