hopeless | #1 | teen wolf

41. whenever she's ready.

| cuando sea que esté lista.

FUE JACKSON quien encontró inconsciente a Matt tras un rato, siguiendo el rastro de libros tirados en el suelo de forma desordenada, percatándose del delgado corte en la parte posterior de su cuello que indicaba que era víctima del veneno del kanima. Algo saltó sobre su cabeza al instante siguiente, las luces del techo explotando y algunos de los estantes cayendo como piezas de dominó.

Scott se aseguró de mantener a Allison y Stiles detrás de él luego de evitar que fueran aplastados por un librero, protegiéndolos con su cuerpo en caso de cualquier ataque, observando con miedo y preocupación cómo casi la mitad del cuerpo de Abby estaba cubierta por escamas verdosas y su mirada estaba perdida en algún punto muerto mientras escribía descuidadamente un mensaje en la pizarra antes de escapar por una de las ventanas:

MANTENGANSE FUERA DE MI CAMINO O LOS MATARÉ A TODOS

Jackson y Scott se acercaron de inmediato a la ventana por donde escapó, los cristales rotos a sus pies mientras Stiles y Allison se acercaban a las dos víctimas del ataque de esta ocasión.

—Oigan, creo que está teniendo un ataque —anunció Stilinski, sosteniendo el cuerpo tembloroso de Érica.

—Está vivo —notificó Allison, arrodillada a un lado de Matt.

Ambos hombres lobo se acercaron, mirando a la chica que no dejaba de sacudirse con violencia pues Matt estaba inconsciente.

—Yo buscaré a mi hermana, ustedes llévenla al hospital —les dijo Jackson a Stilinski y McCall.

—Derek —balbuceó Érica—. Solo con Derek.

—Cuando la llevemos al hospital...

—Con Derek —insistió, interrumpiendo a Scott.

—Váyanse, yo llamaré a una ambulancia para él —informó Allison.

Jackson abandonó la biblioteca tan rápido como pudo, sacando de su bolsillo las llaves de su auto y corriendo al estacionamiento. Scott alzó a Érica y corrió con Stiles hacia el Jeep, pasándose a la parte trasera con ella, intentando mantenerla quieta durante todo el camino hasta la dirección que ella les dictó con la voz temblorosa y entrecortada: una estación abandonada del subterráneo.

—Sosténganla —les ordenó Derek al verlos llegar con ella, metiéndose al vagón sucio y maltratado.

Scott dejó a Érica en el suelo, haciéndose a un lado para que Stiles la sostuviera como les fue ordenado.

— ¿Está agonizando? —le preguntó preocupado.

—Puede que sí. Por lo cual, esto va a doler —declaró y tomó su brazo, quebrándole el hueso en dos.

— ¡Le rompiste el brazo! —reclamó inmediatamente, oyendo el grito adolorido de la rubia.

—Eso desencadenará el proceso de curación —expuso Derek—. Aún tengo que sacar el veneno. Esto dolerá mucho.