ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ.
Era extenuante, era sumamente cansado y agotador y sentía que sus extremidades se podrían desprender de su cuerpo. Había pasado dos semanas entrenando sus poderes, dos semanas evitando con todo su ser las noches de luna llena. A penas y aguantaba los cuartos de luna o cualquier cosa que tenga que ver con ella y su maldita luz plateada. La causa de sus problemas.
Lena sabía que estaba siendo injusta culpando a la Luna, dado que esa estrella simplemente estaba ahí congelada a la lejos viendo como pasaba el tiempo para todos los demás. Pero si había algo que Lena también sabía en ese momento, era que estaba enojada. No sabía con qué, con quien o por qué. Solo sabía que el enojo burbujeaba con fuerza furibunda bajo su piel.
Dejó caer su brazo sobre la estructura sólida que Jack había convocado en medio de algún lugar del campo de Light City, el lugar donde vivió Sam a partir de los ocho años. La estructura se magulló por la fuerza del golpe. Sam movió las orejas desde su posición por el estallido repentino, sus ojos brillantes se dirigieron hacia Lena con aburrimiento. Ruby estaba recostada sobre el estómago de Sam, dormida encima del calor que le proporcionada el cuerpo lobuno de su madre.
"Bien, estás enojada. Cálmate" Pidió Jack dirigiendo su mirada irritada hacia Lena "Has estado toda la mañana con esa cara de 'Te quiero matar', tienes que calmarte".
Lena gruñó.
"Ven aquí y sé útil, Jack" Lena lo miró con disgusto, incapaz de contener compartimentadas sus emociones en ese momento.
"Correcto. Ahora eres agresiva, eso no me ayuda, Lena" Siguió empujando Jack, por dentro sintiéndose cómo un niño que se enfrenta a sus padres después de hacer algo malo. Por supuesto que él lo suponía, no sabría decir con certeza que así fuera.
"¡Déjame en paz, joder!" Gritó, enseñando los dientes. Jack avanzó un paso.
"No lo haré. Vamos, Lena, no seas una niña" Se quejó el brujo. Sus brazos llenos de volutas vivaces de azul, morado y negro, sus ojos centelleando de vez en cuando en morado.
Un bufido se escapó del lobo castaño, parecía una especie de risa. Ambos amigos terminaron su pequeña diatriba verbal y se enfocaron en la loba.
"Deberían intentar otro enfoque y dejar de lanzarse pullas, par de niños" La voz de Sam se deslizó suavemente en sus cabezas.
"Lo que digas" Refunfuñó Jack en voz alta.
Lena, con toda la furia que tenía encerrada, le envió una imagen mental grosera. Sam bufó de risa nuevamente. La joven Luthor sentía sus omoplatos entumecidos, con un hormigueo recorriendo la piel encima de su columna. Estiró sus brazos sobre su cabeza y sobre sus hombros, su rostro en una mueca de inconformidad que vislumbraron tanto Sam como Jack.
De un rato a otro comenzó a sentirse ligera, su cabeza daba vueltas desenfrenadas, todo estaba borroso y sus oídos no captaban palabras completas. Ella perdió el hilo de sus pensamientos mientras se desvanecía en el piso. Lo último con sentido que pensó e imaginó fueron dos pares de ojos azules coronados por largas y tupidas pestañas.
Cuando despertó estaba en su pent-house, en su cama King size y con la luna burlándose de ella desde la vista aparatosa de la claraboya sobre su cabeza, estaba boca arriba, con bultos incómodamente situados bajo su espalda. Suspiró con resignación alzando su espalda y sentándose en la cama, la mirada caída y las grandes alas de espeso plumaje oscuro fluían a sus costados. La luz de la luna bañándolas en un brillo plateado que parecía irreal.
Inhaló con fuerza, aceptando que, sí esa era ella, debía empezar a abrazarse a sí misma. Cuadró los hombros, la mirada determinada y rota se ancló a la luna que se cernía impasible en el cielo, muy lejos del alcance de todos los que estaban atados a la Tierra, y muy fría para cualquier aventurero arriesgado que se lanzara hacia ella.
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Auroras y Ocasos [Supercorp].
Fanfiction𝔸𝕦𝕣𝕠𝕣𝕒𝕤 𝕪 𝕆𝕔𝕒𝕤𝕠𝕤 [𝕊𝕦𝕡𝕖𝕣𝕔𝕠𝕣𝕡]. En pausa. Kara Danvers llevaba un año usando el traje de Supergirl, y tres años siendo madre. Ejercía en CatCo cómo asistente de Cat Grant y se sentía feliz. Ella estaba bien, pensaba que podía...