𝙑𝙞𝙨𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨.
Lena escuchaba el murmullo de las voces que se acercaban, supo el momento en el que la luz de la habitación inundó la tenue claridad que antes la escondía, pero se negó a abrir los ojos. Sentía el tacto de una mano fría recorriendo sus brazos, las agujas de las inyecciones perforaban cada lugar por el que los dedos se detenían por más de un segundo. Casi podía ver su sonrisa detrás de sus parpados. Sintiéndose la ganadora del juego, permitiéndose la ilusión de un premio.
Pero Lena sabía que no era así, ella esperaba con todas sus fuerzas que no fuera así. Y podría pensarse que era por un deseo abnegado, por el deseo de que nadie saliera herido, pero no lo era. Era por el egoísmo de poder saber que ella no ganaría nada y lo perdería todo, se sentiría satisfecha con saber eso aunque su vida misma corriese peligro.
"Tu cuerpo rechaza la kryptonita, Lena... Eso no me ayuda. Quizás es porque ya fueron suficientes sustancias en tu cuerpo y ya no se permiten más cambios. ¡Eso no me ayuda, Lena!" Coreó con violencia, tirando frascos de vidrio al suelo con un barrido de su brazo.
Una risita llena de furia retenida y burla cruda se escapó de los labios agrietados de Lena, podía sentir una mórbida diversión hervir en su pecho ante el sentimiento en la voz frustrada.
"¿De qué te ríes, maldita escoria, eh?" Las uñas afiladas rasparon su barbilla, se enterraron en su cuello y tiraron de sus parpados cerrados. El ardor de los rasguños se estiraba por sus mejillas y paraba en sus labios entumecidos "¡Respóndeme!"
El sonido de la bofetada reverberó en la habitación como un eco soporífero, los ojos de Lena aletearon por puro instinto y sus dientes arrastraron sus labios al dolor de una mordida.
"Si no me respondes... Lena, tus pesadillas actuales serán reemplazadas por unas peores" Advirtió, subiéndose a la camilla y apretando sus piernas sobre el estómago dolorido de Lena, apretó las rodillas hacia adentro, alzó sus manos a los ojos de la pelinegra y gruñó como un animal descontrolado "Contaré hasta tres, pequeña Lena, es mejor que hables... Uno... Dos... Tres..."
Lena no respondió.
Kara podía escuchar los latidos del corazón de su hija, los de su hermana, los de Eliza, J'onn y sus amigos. Solo hacía falta que se concentrase, pero en ese momento en lo único que podía pensar era en Lena.
Estaba acostada en la camilla del DEO después de un largo día, su hermana había decidido que sería mejor hacerle las pruebas mensuales y le había dicho que luego podía ir a descansar en una cama solar. Así lo había hecho, ni siquiera dijo nada cuando se marchó a recostarse.
Estando ya allí sus pensamientos volaron hacia la desconocida silenciosa y de una manera espectacular saltaron hacia Lena. Hacía una semana, cinco días, trece horas y cuarenta minutos que no sabía nada de ella. No contó los segundos porque se le pasaron por alto cuando se distrajo pensando en lo bonita que era Lena.
Independientemente de sus pensamientos, Kara había estado buscando el latido del corazón de Lena, sin embargo su búsqueda había sido en vano, lo que la puso en estado de alerta. Tomando su móvil y arrastrando su dedo hasta encontrar el contacto de Sam, Kara se arriesgó a marcar después de un minuto de vacilación.
Se levantó de la camilla y estaba dando vueltas sobre sus pies con inquietud al momento en el que Sam finalmente contestó.
"¿Hola? ¿Kara? ¿Está todo bien?" Sam sonaba asustada, su respiración era agitada y Kara se preocupó un poco más.
"Uh... Yo estoy bien, ¿tú estás bien? Ah, y hola" Kara pasó la mano por su cabello, mordiéndose el labio y balanceándose sobre sus talones "¿Están todos bien allí? ¿Lena está bien? ¿Dónde están? Oh, Ra... Dios, si están bien, ¿no?"
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Auroras y Ocasos [Supercorp].
Фанфик𝔸𝕦𝕣𝕠𝕣𝕒𝕤 𝕪 𝕆𝕔𝕒𝕤𝕠𝕤 [𝕊𝕦𝕡𝕖𝕣𝕔𝕠𝕣𝕡]. En pausa. Kara Danvers llevaba un año usando el traje de Supergirl, y tres años siendo madre. Ejercía en CatCo cómo asistente de Cat Grant y se sentía feliz. Ella estaba bien, pensaba que podía...