[Diecinueve].

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Pasado.

Cinco años antes.

Si Lena hubiese pensado que su hermano estaba enloqueciendo, como decían todos, no estaría haciendo nada de lo que estaba haciendo. No estaría arrastrando registros fuera de la oficina de la Agencia de Verificación de Verdades. La AVV siempre estaba bien resguardada, con todo el personal en perfecta coordinación.

Un sentimiento casi visceral se enroscó a su alrededor mientras pasaba por las puertas después de unas cuantas revisiones más. Ella se encontraba jadeando a unas cuantas cuadras del lugar con la mano en la garganta y los ojos llenos de un pánico reconocible.

El susurro del viento le llevó como hipnotizada por unas casas, la arrastró como muerta en vida por callejones y locales cada vez más caídos. Las paredes comenzaban a llenarse de grafitis cada vez más vulgares y sus zapatillas se chocaban contra basura con mayor frecuencia.

Su corazón latía con la fuerza de un huracán, las palmas le sudaban, pero ella las escondió en los bolsillos de la cazadora que llevaba y respiró. Sí, ella no estaba haciendo nada malo.

Eran cosas necesarias, eran medidas drásticas y rápidas.

Las palabras, cada vez más rápidas y acentuadas, se iban desdibujando en su oído.

«Ven-ven-ven. Ven-por-mí. Ven-ven-ven. Estoy-aquí. Ven-aquí-Lee-Lee».

El viento sacudió su cabello y Lena se estremeció justo a tiempo de llegar a un local con un letrero simple y llano con el nombre de Al's Dive Bar. La puerta estaba detrás de una pared en un callejón, los ladrillos a los costados estaban vacíos y limpios. Lena suspiró afirmando su agarre sobre el bolso que llevaba. Un pequeño cosquilleo en su nariz hizo que hiciera una mueca.

Abrió la puerta con un empujón, enseguida un galimatías de olores llegaron a su nariz y ella estaba sorprendida de que nadie había pedido su identificación todavía. No era la primera vez que entraba a un bar, pero seguro su aspecto hacía parecer que sí.

Su rostro expedía asombro e incredulidad, su saliva se sentía pastosa dentro de su boca.

Ella caminó hacia adentro en silencio, era de mañana y estaba todo silencioso, un par de personas caminando de aquí para allá, otras jugando y otras sentadas en una mesa. No pudo evitar agrandar los ojos con fuerza cuando vio a una mujer con largos cachos retorcidos a los costados de una cabeza llena de cabellos platinados con un brillo iridiscente, los cuernos eran de un blanco puro similar al de una perla y el color de aquel cabello la hacían pensar en plata liquida bajo el sol. La cornamenta tenía líneas grabadas y Lena no pudo evitar encontrarlo increíble.

Supuso que ella no debía ser capaz de ver eso cuando la mujer se atragantó con su bebida –lo que sea que fuese aquello que tomaba– y la miró con recelo, mirando con ojos acusadores los suyos entrometidos. Luego estornudó y un vistazo suave y parpadeante de la misma mujer con cabellos rubios y sin cuernos llenó su visión.

Lena trastabilló lejos, hacia donde el sonido de la voz masculina se dirigía, tragando saliva con fuerza. Los puños apretados con fuerza dentro de sus bolsillos, ella podía sentir sus venas llenarse momentáneamente de poder. Respiró con lentitud en un intento de calma, su tobillera se sintió pesada en su tobillo antes de que un chispazo de dolor le recorriera los músculos y sintiera su pulso ralentizarse.

"... y le dije a Lena que siguiera el pequeño canto, como me dijiste que le dijera, ¿no crees que está tardando demasiado... o que tu voz parece más como maullidos que un canto, de todos modos?"

"La crueldad en persona, eso eres. Y no, a ver, que sí. En parte..., canto horrible. Yo lo sé, no me presiones. ¡Pero! Yo quería decir que podría ser, sabes que pasar por ahí sin que noten algo es difícil; igual si no está aquí en diez minutos nosotros vamos a buscarla".

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2021 ⏰

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