Dead Walkers [Calum Hood]

Dead Walker. Twentyfive Capítulos finales

Habían mordido en la pierna a Alice, sus gritos desgarradores eran realmente dolorosos. No quise que sufriera más. Corrí hasta ella, saque mi Katana y comencé a cortar cabezas.

-Está todo bien.-Le decía a Alice.-Todo estará bien.-Dije sollozando.

Cuando ya veía que eran demasiados muertos y no podía con todo ellos, tome a Alice en brazos y comenzamos a correr. Corrimos y corrimos, hasta llegar a un lugar donde no nos alcanzarían, o eso creíamos. Me senté y la mire a los ojos.

-Todo será mejor ahora.-Dije besando su frente.

-Kate… Gracias.-Dijo con una voz encantadora.

Nunca que había hablado, sin pensar en la primera vez que la ví, pero después de eso no hablamos más aunque le tenía cariño. Adam se acercó y soltó una lágrima.

-Descansa.-Le sonrió.

-La niña le sonrió.-Adam… Te quiero.

Con ese te quiero que le dijo Alice hizo que Adam comenzara a llorar a mares, no sabía si era porque le tenía mucho cariño, la amaba, o porque fue su única amiga en este tiempo, creo que a lo mejor las tres juntas.

-Es hora linda.-Susurre votando una lagrima.

-Asintió con la cabeza y sonrió.

Coloque la arma en su frente, cerré los ojos dejando votar más lágrimas.

-Adiós.-Susurro.

Y dispare, me sentía verdaderamente extraña, no dejaba de llorar, era muy pequeña. Me sentía horrible.

-Ven.-Dije abrazando a Adam.

Adam grito con todas sus fuerzas, saco su alma, lloraba de una forma que nunca lo había visto, estaba destrozado.

-Está mejor.-Susurre mientras lo abrazaba.

Calum agarro el cuerpo de esta chica, y la enterramos, Calum escavo y Adam devolvió la tierra a su cuerpo.

-Yo igual te quiero.-Dijo Adam mirando donde estaba Alice debajo de un montón de tierra.

Cuando ya atardecía nos fuimos a a un lugar para descansar, todo estaba en silencio, Adam ya no jugaba con el perro, Elizabeth estaba callada, ahogada en sus pensamiento, yo estaba apoyada del hombro de Calum, pensando en cómo habíamos desaparecido de a poco. ¿Debíamos rendirnos? Era lo que me pensaba. ¿Debíamos dejar todo hasta  aquí? En verdad esto había empeorado. Mi pregunta era.

¿Por qué seguimos aquí si no queremos sufrir?