Capítulo 1

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18 años atrás

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18 años atrás

Un adorable niño de cabello rizado y ojos grandes bajaba las escaleras de su hogar. En sus pequeñas manos llevaba hojas de papel junto a su estuche lleno de crayones de todos los colores, sus pasos los hicieron atravesar la sala de estar donde su padre veía el partido en la televisión, cruzo por la cocina dirigiéndose a la puerta que llevaba al patio trasero y colocándose en puntillas, logró abrirla para poder salir.

Una vez fuera, avanzo a través del césped y se sentó en la sombra del gran árbol que estaba ubicado en medio de la cerca que separaba los patios. El chiquillo comenzó a escribir usando su crayón favorito: El azul, es su color preferido porque le recordaba al océano y a sus vacaciones del año pasado, sacando la lengua escribió en una desordenada y tierna letra: Emilio.

En el kínder, les habían enseñado a todos los niños a escribir sus nombres y él, dueño de una mente brillante -palabras de la señorita Doris- fue uno de los primeros en lograrlo. Ahora iba escribiendo su nombre por cada rincón, lo cual provocaba que su madre se enojara por encontrar las paredes de la casa llenas con el nombre de su hijo. El pequeño Emilio continuo con su labor manteniendo la máxima concentración hasta que de pronto un balón lo golpeo en la cabeza. Soltó un leve ''auch'' y su mirada busco a quien había lanzado la pelota, pero no vio a nadie, entonces noto como una tabla suelta de la cerca se hacía a un lado y a través de ella, otro niño miro.

-¡Hola! -un niño con corte de honguito y ojos miel lo saludo muy entusiasmado-. ¿Me puedes pasar mi balón, por favor?

Emilio desvió la atención del niño para depositarla en el balón ubicado en el césped a unos centímetros de distancia, se puso de pie de un brinco y tomando el objeto entre sus manos, se acercó a la cerca y se la entregó al otro niño.

-¡Muchas gracias! -una gran sonrisa se formó en su cara, mostrando que se le había caído un diente de leche, a Emilio le pareció gracioso-.Me llamo Joaquin, pero mi mamá me dice solecito, tú, ¿cómo te llamas? -pregunto el pequeño castaño

-Hola... soy Emilio.

-¿Y tus amigos como te dicen? -quiso saber el castaño sonriente

-¿Emilio? -alzo los hombros

-Yo podría crearte un...¿como se llamaba? -se preguntó intentando recordar -.¡un apodo! Así me dijo mamá que se llamaba. ¿Oye, y que estás haciendo?

-Escribo -Emilio levanto sus hojas enseñándole.

-¡¿Sabes escribir?! -sonrio,entusiasmado y Emilio asintió -.¡Yo igual, espera voy a mostrarte! -y con eso, se fue corriendo en dirección a su casa.

Emilio se rasco el cabello, un tanto curioso por el otro niño, nunca lo había visto, aunque vivan al lado del otro, tal vez se debía porque su familia no se relacionaba tanto con los vecinos. Unos minutos después, Joaquín regreso trayendo algo consigo, pero esta vez no se quedó satisfecho con hablar a través de la cerca si no que paso su pequeño cuerpo por la tabla que se movía y pronto estaban en el patio de los Marcos. Sin borrar la sonrisa de su rostro entrego un papel lleno de desordenadas palabras a Emilio.

Cuando Decidas AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora