Capítulo 20

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Tú haces que todo mi mundo se sienta tan bien
Cuando esta mal
Por eso se que eres el indicado.

Tú haces que todo mi mundo se sienta tan bienCuando esta mal Por eso se que eres el indicado

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-¿Sabes? Si sigues haciendo eso no te voy a dejar ir. -Joaquín sonrió sobre los labios del ojiazul

-¿Hacer qué? -le preguntó Mauricio -¿Esto?

Mauricio se inclinó ligeramente y atrapando el labio del castaño entre sus dientes, lo estiró vicioso, provocando un hormigueo en el cuerpo del menor.

-Mauricio... -Joaquín suspiro.

-¿Hmmm? -tarareo, sonriendo al ver sus mejillas sonrojadas, sus ojos cerrados y sus largas pestañas haciendo sombra.

Joaquín era perfecto.

-Basta -Joaquín lo empujó con suavidad y miró hacia la mesa de noche en la que el reloj estaba -Vete, Mau. Tienes que llegar temprano al trabajo.

El ojiazul gruñó y soltando la cintura del menor, rodo por la cama, soltando gruñidos bajos y aferrándose a las sábanas, testarudo.

-¿Me estás botando? -dijo, aunque no se le escuchó muy bien, pues había enterrado el rostro en la almohada, con la esperanza de poder dormir un poco más.

Joaquín rodó los ojos, sonriendo ante el drama del mayor e irguiéndose delicadamente pasó una mano por su cabello, en una dulce caricia. Soltó una risa baja cuando le llegó el sonido ahogado de un ronroneo.

-Mau... -lo llamó -Ey, todavía debes ir a tu departamento a bañarte, cambiarte de ropa y todo eso.

-No...

-Mauricio, no puedes ir al trabajo con mi chándal o con tu ropa de ayer. Eres el presidente, ¿recuerdas?

-No quiero irme. -se quejó.

-Mauricio Mariscal .-Joaquín frunció el ceño y endureció la voz -Levántate, debes ir a alistarte para el trabajo o llegarás tarde.

Mauricio alzó la cabeza y miró a Joaquín con los ojos rebosantes de emoción.

-¿Y se puede saber cuándo te dije mi nombre completo, Joaquín Bondoni?

El castaño escondió una sonrisa.

-Ya levántate, perezoso. -dijo en cambio.

Mauricio refunfuñó, pero se sentó en la cama y miró alrededor del pequeño departamento. Joaquín, más despierto que el ojiazul, imitó su postura y trató de relajar los músculos que protestaron por el brusco movimiento.

Cuando Decidas AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora