Cuando Decidas Amarme

Capítulo 9

Estoy roto y por eso tengo que dejarte ir.
Así es como va el amor.

Emilio estaba volviéndose loco sin remedio. No hallaba forma de concentrarse en ningunas de sus obligaciones correspondientes, Joaquín y sus jodidos labios, Joaquín y su jodida sonrisa, Joaquín y más Joaquín en su mente, ningun otro pensamiento era capaz de opacar a los del otro alfa.

¿Cómo olvidar la estricta enseñanzas con las que había crecido? Las que se habían grabados con fuego en su ser, las que le recordaban que en el momento en que eligiera seguir el deseo de su corazón, tendría que renunciar a todo: A su posición y a su familia. Y es lo que más le dolía. ¿Qué dirían sus padres? Los decepcionaria, jamas volverían a hablarle y seria una paria ante sus ojos; perdería su favor, y más importante aún su amor.

No era fácil dejarlo todo de un día para otro, aceptar lo que te habían enseñado a odiar. No era fácil entender, por que de un dia para otro ya no te reconocías; un día eras feliz con tu omega, la amabas con locura y de pronto, tu mejor amigo te confiesa sus sentimientos, aparece frente a ti y te roba el aliento con un beso y solo te hace dudar, ¿Qué podía hacer?

Enloquecer y resistirse era el único camino que había seguido hasta el momento.

Joaquín no le hablaba. No lo miraba. No sé sentaba en el sofá si él estaba sentado primero. Ni siquiera sé rozaban por casualidad cuando uno salía y el otro entraba.

Y sentía que no podía culparle, le había declarado sentimientos que Emilio nunca imagino que tenía. ¿Cómo es que no lo notó? ¿Cómo es que no pudo darse cuenta de lo mucho que Joaquín estuvo amandolo todo ese tiempo? Riéndose de todo lo que hacía, pensando que para Joaquín era divertido y en realidad no. Sufría. Sufria de verdad y tampoco lo noto. Tampoco se había molestado en darle una respuesta. No le había dado nada, de hecho.

Permitió que se encerrase en su habitación y desde ese día no había sido capaz de encararle y tratar de mantener una conversación con él, intentar solucionar aunque fuera una cuarta parte de todo.

Joaquín seguía buscando otro departamento, y el tiempo se acababa para Emilio. No lo quería lejos, se negaba rotundamente a que Joaquín encontrara otro hogar y se olvidara de su existencia, pero tampoco estaba haciendo nada para evitarlo.