Capítulo 19

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Él dijo algo para hacerte reír
Vi sus sonrisas
Eran el doble de ancho que las nuestras
Te ves más feliz.

Él dijo algo para hacerte reírVi sus sonrisas Eran el doble de ancho que las nuestras Te ves más feliz

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Cerró la puerta del apartamento con un suspiro cansado; había sido un día pesado en el trabajo.

Y lo único que quería, era tirarse en la cama y dormir durante un mes entero.

Estaba exhausto, últimamente todo se sentía como si le costara el mayor esfuerzo de su vida ponerse de pie. Y no, no en la forma literal, en realidad se sentía como si estuviera en un abismo, sentía que le faltaba algo. Nada parecía suficientemente bueno, incluso cuando él asentía enérgicamente cada que le preguntaban si se encontraba bien. Estaba seguro de que todo volvería a la normalidad con el tiempo, aunque no le iba admitir a nadie que esa sensación ha estado asaltándolo desde hace meses, pero si, él va a estar bien. (Miente, porque no lo sabe). Quiere culpar al celo, tal vez sean efectos de que se acerca, pero lo cierto es que nunca antes se había sentido así.

Abrió un paquete de jugo de naranja del congelador, se sirvió en un vaso y se encamino hasta la sala. Pudo apreciar el increíble panorama de la ciudad con un cielo a medio atardecer, era una genuina obra de arte, resplandeciendo desde sus ventanales. Se sentó en el sillón más cercano y sacó el teléfono de sus apretados jeans negros para desbloquearlo, pasando olímpicamente de los contactos relacionados con el trabajo y buscando mensajes de sus amigos.

El nombre de Nikolas resplandecía con un número dos encerrado dentro de un circulo rojo junto al nombre del omega, un par de mensajes suyos era demasiado personal como para pasarlos por alto, iba a contestar cuando una ventanilla apareció de relleno en la pantalla.

Buzón de voz. Tiene (2) mensajes nuevos.

Alzó las cejas mientras sostenia su vaso con jugo de naranja cerca de sus labios y lo acercaba para beber un poco. Tocó la opción "escuchar" y dejó que se reprodujeran los mensajes mientras dejaba su teléfono a un lado de él, reposando en el sofá, sosteniendo flojamente el vaso en su mano izquierda.

El primer mensaje se reprodujo: era Andrés teñida de una voz grave y rasposa, pero animada, demasiado.

"¡Joaquín! ¿Cómo estás? Nikolas te ha mandado un par de mensajes! Miralos cuando tengas un poco de tiempo."

Hablaba rápido, como siempre, feliz, sin duda. En el fondo se escuchaban voces y algunos tintineos de copas, así como aspersores de lo que imaginaba, eran lociones o productos para el cabello.

"Pero, si por alguna razón se han perdido, Nikolas y yo haremos la fiesta de compromiso la semana entrante, ¿recuerdas donde habiamos dicho? Pues en ese mismo hotel ¡Nikolas consiguió que se lo rentaran por un amigo! ¿No es eso increible? Bueno, ya le hemos mandado mensajes a todos, No te olvides de venir."

Cuando Decidas AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora