-Voy a contarte una historia Joaquín -dijo Emilio apartando la mirada, ya que hablar de eso le dolía -La historia de un amor que nunca comenzó
Los ojos de Joaquín se movieron hacia los de Emilio, la confusión se hizo presente en su rostro.
-Hace un...
Tal vez un día te vea Y querré ir hacia ti, pero no lo haré Dicen que si amas algo Déjalo ir.
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Cuatro meses después (febrero)
-¿Qué es lo que te preocupa? -pregunta Mauricio, encendiendo la gran pantalla colgada en la pared. Terminó seleccionado la primera película del interés de ambos.
-Tengo que buscar algo que vestir -Joaquin ladea la cabeza.
-¿Hablas en serio? -Mauricio ríe
-Muy, tengo que ir a una tienda e intentar buscar un buen traje que me quede bien, soy un desastre. -Joaquin se queja, acomodándose a lado de Mauricio.
-Bueno, yo podría ayudarte, si quieres.
-¿De verdad lo harias? - sonrie con entusiasmo, apartando la mirada de la película.
-Lo hago
-Entonces acepto. -Joaquin se apresura a responder, no quiere estar solo, Emilio era siempre quien lo ayudaba a escoger trajes, su sonrisa cambia al pensar en él, asi que rápidamente decide hacer otra pregunta -¿Cuando vamos?
-¿Puede ser Mañana?
-Si -afirmó sonriente -Ahora silencio déjame ver la película.
Mauricio no dijo más, acomodándose sobre el sofá disfrutó del momento con Joaquín.
(...)
Los enormes ventanales y las amplias letras de la tienda llamaban por completo la atención, pensó Joaquin al cruzar la calle.
-Señor Bondoni -los ojos negros de la omega tras unas gafas oscuras, llamaron la atención -es un placer tenerlo aquí.
Un poco acostumbrado a ese tipo de reconocimiento, Joaquin asintió con cortesía. Muchos no lo sabían pero pertenecía a una de las familias más influyentes del país. Su padre de quien no sabe nada, hace más de cuatros años, es el dueño de una de las cadena más grande de hoteles en todo México.
-¿En que podemos servirle entonces? -la omega se quitó las gafas
-Estoy en búsqueda de un traje, pero voy a esperar un par de minutos, alguien a parte de mi vendrá -bajando un poco la cabeza miró el reloj.
-Perfecto, cuando nos necesite solo avisenos.
Asintio y se giró. Después de un rato llegó Mauricio.
-Vamos a comenzar entonces -levantando sus manos, Joaquín se ganó la atención de una de las vendedoras.
-Señor Bondoni, he seleccionado estos dos trajes para usted ¿les gustaría probarselos? -una beta mayor se acercó a ellos después de varios minutos de búsqueda de un atuendo indicado. Girandose sobre sus talones, Joaquín observo detalladamente las opciones de la beta, llevaba en sus manos un traje color vino y otro color gris. De inmediato se le frunció los labios.
