Porque eramos unos niños cuándo nos enamoramos
Sin saber lo que era
No renunciare a ti está vez.2/2
Joaquín sonrió, contoneándose hacia la habitación seguido de Emilio, después de terminar de ver una película. Se quitó el suéter y lo dejó en los pies de la cama. Emilio se quitó la camiseta e hizo lo mismo. Se metieron debajo de las sábanas, sus cuerpos uno frente al otro.
Emilio rozó su pulgar por la mejilla de Joaquín, su sonrisa pequeña. -¿Sabes qué más debemos hacer?
Joaquín levantó las cejas. -¿Qué cosa?
-Deberíamos ir a patinar sobre hielo -Emilio dijo. -Hay un pista de patinaje en la ciudad. Siempre he querido ir.
-Míranos -Joaquín dijo, -construyendo muñecos de nieve. Patinando sobre hielo. Haciendo, en realidad, todas esas cosas maravillosas de invierno.
Emilio rió. -Tendremos que hacer ángeles de nieve entonces. Y tal vez ir a esquiar.
-Mierda, sí a ambas. -Joaquín dijo. -Te ves mucho mayor -Joaquín murmuró después de unos segundos.
Los ojos de Emilio parpadearon de nuevo hacia los suyos. -No me estás insultando, ¿no?
Joaquín respiró una risa. -No, quiero decir, te vez más maduro. En el buen sentido. He querido decírtelo por un tiempo...Me gusta cómo te ves.
Emilio levantó ambas cejas. -¿Estás sonrojándote?
-No me sonrojo -Joaquín dijo, riendo. Miró lejos, hacia la barbilla de Emilio, probablemente. Estaba demasiado oscuro como para ver con claridad, en la habitación, pero absolutamente, se había ruborizado. Él también lo hizo.
Emilio rió. -Bueno -comenzó -Me gusta tu barba -pasó la mano por la mejilla desaliñada de Joaquín para enfatizar su punto. -Es bastante bonita. Y caliente.
-Eso es discutible -dijo Joaquín y luego soltó una risa cuando Emilio pinchó uno de sus costados con su dedo. -Detente.
Eso, por supuesto, llevó a Emilio mucho más lejos, pasando sus dedos por arriba y abajo en las costillas de Joaquín. Hasta que su estómago dolía por la risa. Emilio se inclinó y lo besó sorpresivamente en la boca.
-Eres hermoso -Emilio murmuró.
La respiración de Joaquín se desaceleró cuando Emilio presionó otro beso en su boca. Cerró sus ojos y movió su boca junto con la de Emilio, deslizando su mano en sus rizos. Extendió sus manos a lo largo de la cálida espalda de Emilio y, luego, sobre sus bíceps, sus músculos cambiando bajo su tacto. Firmes.
-Esto -Joaquin respiró. -Me gusta esto. Lo fuerte que eres. Emocionalmente, también. Eres asombroso.
Emilio besó cada espacio entre su palabras. No era capaz de detenerse y Joaquín no quería que lo hiciera.
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Cuando Decidas Amarme
Roman d'amour-Voy a contarte una historia Joaquín -dijo Emilio apartando la mirada, ya que hablar de eso le dolía -La historia de un amor que nunca comenzó Los ojos de Joaquín se movieron hacia los de Emilio, la confusión se hizo presente en su rostro. -Hace un...