Maldito Crush 🧡|국민

🐰15 ♡ 십오🐥

El látigo se azotaba una y otra vez contra su espalda. Se encontraba de rodillas en el frío suelo; Recibiendo su duro y cruel castigo.

Nuevamente estaba siendo castigado. Ni siquiera podía reconocer a los que se hacían pasar por sus padres frente suyo ¿Esas personas fueron los encargados de darle la vida?

Las gruesas lágrimas caían por sus mejillas, debido al dolor de los impactos en su piel. Pero él no le tomaba importancia a ese hecho...

Lo único en lo que podía pensar era en su pequeño ¿Estaba bien? ¿Enfermo quizá? ¿Sería feliz?

No había pasado ni un mes desde que no se veían, y ya no lo podía seguir soportando. Sentía que se desmayaría en cualquier momento, deseaba con toda su alma volver a verlo.

Ese sería el remedio a todas sus heridas.

- ¿Lo entiendes, Jungkook? - preguntó la fría mujer a sus espaldas; no hubo respuestas - ¡Responde, mierda! - ordenó exaltada.

- ¡No, no lo entiendo! - sollozó - No entiendo por qué... ¿Por qué me h-hacen e-esto?

- Lo hacemos por tu bien, hijo - habló su padre en la esquina de la habitación - Tú representas el futuro de nuestra familia, no puedo dejar que nos hagas esto - dijo con tono indiferente.

- Mi amor, nosotros te amamos- soltó su madre, acercándose hasta quedar a su altura - Por eso hacemos esto por ti.

Acarició la mejilla del menor con su dedo pulgar, sonriéndole con su supuesto amor.

El castaño se alejó bruscamente del tacto de aquella mujer, con mirada fría.

- Lo dices como si fuera un favor, mamá - espetó con furia, mirándola con sus ojos hechos fuego.

- ¡Entiende, mi vida! - Dijo la mujer mayor, agarrando con su mano las mejillas de su primogénito - No es normal lo que sientes. Tú, no eres normal... ¡joder!

Jungkook se despertó con el corazón latiendo a mil. El miedo seguía presente como en aquella vez. Su agitada respiración se fue regulando, junto a los asustados latidos de su corazón.

Han pasado 7 años, Jungkook... Supéralo.

Se levantó de su gran cama, de nuevo tenía que trabajar. La misma mierda de rutina de siempre. Desde que terminó su carrera académica, se tuvo que hacer cargo de la empresa de su familia. Le desagradaba por completo su trabajo, pero no tenía otra opción de vida.

Siempre fue así.

Jimin, su pequeño... 7 años que no se veían. Se sentía una eternidad, cada día pensaba en qué hubiera pasado si ellos hubieran estado juntos. Qué hubiera pasado si hubieran sido libres de vivir como querían desde un principió, pero eso no sucedió.

Y dolía, joder... dolía demasiado.

Una vez se encontraba en su gran y lujosa oficina, se dedicó a firmar y revisar el montón de documentos que habían frente a él. Importándole poco, y nada sobre lo que trataban. Tan sólo firmaba rápidamente sin siquiera leer el título.

- ¡Jin! - klamó a su asistente, el cual había estado con el desde el principio.

- ¿Qué ocurre, jungkook? - entró a la oficina del castaño, sin tocar la puerta como era costumbre.

- Tráeme un café ¿Quieres? - ordenó sobándose la parte superior de su cabeza.

- ¿De nuevo tuviste pesadillas? - interrogó.