Maldito Crush 🧡|국민

Valentine's day 🐰First time🐥

(Capítulo especial, importante leer)

Un pequeño castaño. Alto para su edad; traía puesta ropa demasiado tierna para el ojo humano. 

Pero exactamente por eso, al menor que lo observaba desde la banca de aquel frío parque: le pareció extremadamente lindo.

Lo analizó de lejos por unos diez minutos, sin pasar esos brillantes y grandes ojos cafés que parecían hipnotizarlo... hasta que se armó de valor, y decidió acercarse. Acercarse al lindo castaño que vestía una bonita jardinera azul junto a una polera manga larga del mismo color. Debido al frío que hacía en el lugar. 

En su cabecita llevaba un gorrito negro, más unas zapatillas blancas.

El castaño en la caja de arena en frente, se dio cuenta de la mirada de aquel tierno pequeño.
Este lo observaba, desde una banca verde al otro extremo del espacio.

Al castaño le pareció tan delicado desde su punto de vista. Ojos claros, piel clara: Ocupaba un abrigo blanco que le quedaba un poco grande, lo que lo hacía ver mucho más tierno para el mayor. Una bufanda roja le cubría un poco sus colorados y grandes cachetitos, llevaba puesto un jean azul oscuro, rasgados en los muslos y unos zapatos blancos que combinaban junto con su abrigo. Le pareció demasiado lindo y tierno, nunca había visto a un niño tan tierno como aquel que lo observaba a la distancia.

El pequeño de pelo claro se acercó a paso lento en dirección al mayor. Con un lindo sonrojo en sus mejillas.

El más alto lo observaba desde su sitio, viendo poco a poco cómo se acercaba, deleitándose con la hermosa vista que le daba aquel pequeño. Daba pasos tímidos como si aún no supiera bien cómo se caminaba.

¡No, shimin! Tiene' que sher valiente y sher amigo de eshe niño ¡Mamá dishe que hay que tener vida soshial!

¡Ya tienesh chinco añitos, po' favol!

Una vez Jimin dejó su discusión interna, fue valiente y se acercó a aquel niño que le llamó la atención, a paso firme.

Con la cabeza en alto, mirando directamente a los ojos de aquel castaño. El cuál se veía un poco mayor que él, aquello lo intimidó un poco, pero aún así no detuvo su paso hacia su destino.

Ya estaba frente al castaño, niño. Este lo miraba con sus ojos brillantes. Bien abiertos, admirando su belleza.

El pequeño no supo qué decir, hasta creyó que ya no sabía hablar ¡Qué miedo!

- Hola - saludó Jungkook, con una sonrisa dirigida al pequeño frente suyo, iniciando la conversación. El pequeño rubio, era demasiado tímido para esto - ¿Quieresh juga' comigo? - propuso, mirando expectante al tierno niño.

- Shí, Etá b-bien - contestó nervioso, y se sentó al lado del mayor para estar más cómodos.

- ¿Cuántos años tienesh? - preguntó Jungkook, curioso por saber más de aquel pequeñito.

- Tengo chinco, ¿y tú? - interrogó,  metiendo sus manitas entremedio de la arena, lo cual al castaño le pareció demasiado encantador para ser real.

- Seis rechién cumplidos - respondió, sonriendo orgulloso, dejando ver sus dientecitos delanteros.

- Eres mayor que sho - hizo un puchero con sus labios y el mayor rio enternecido.

- Sholo es un año, no es tanto - consoló el castaño, aún sonriendo.

- ¿O shea que... todavía podemosh sher amigos? - cuestionó el pequeño con emoción.

- ¡Obvio que shí! - expresó emocionado.

- ¡Shí! - celebró Jimin riendo, haciendo que sus ojitos se vuelvan unas medialunas.

- Qué lindosh tus ojitosh... - soltó Jungkook maravillado, mirando directo a los ojos del menor con su boca media abierta. El rubio se sonrojó por el halago - Qué tierñoooo - exclamó el castaño, apretujado las mejillas del pequeño.

- Bash-ta - dijo apenas, por la dificultad de hablar mientras le apretaban las mejillas - Ño shoy tierno - hizo un puchero cuando el mayor soltó sus cachetes.

- Shí lo eres, no lo nieguesh - sonrío, volviendo su vista al cerro de arena que estaba haciendo.

- Wueño... ¿Cómo te shama-

- ¡Hijo! ¡¿Dónde estabas?! - preguntó asustada la madre del menor.

- Perdón, mami. Shé que dijishte que ño me moviera de ahí. ¡Pero, quería veñir a jugar! - Jiminie hizo un puchero a su madre, para luego ser tomado por ella entre sus brazos.

- Está bien, pero no lo vuelvas a hacer ¿Entendido? - el pequeño asintió.

- Chao, niño lindo - se despidió el más bajo, desde arriba:
Haciendo que Jungkook se sonrojara por el apodo.

- ¡Hijo, no le digas así! - regañó su madre, exaltada por lo atrevido que fue su hijo. 

Más aún; enojada. Ya que, fue dirigido a un niño, y no a una niña.

- ¡Pero shi es lindo, mami! - abultó su labio inferior. 

Jungkook se puso de pie. Yendo hacia donde Jimin, para quedar un poco más a su altura, ya que la mayor, aún lo tenía en sus brazos.

- Tú también eresh muy lindo, y tierño - respondió sonriente, mostrando sus dientes al rubio.

El pequeño se sonrojó y ocultó su cabeza entre el cuello de su madre. Jungkook pensó que no habría criatura más tierna en este mundo que ese pequeño.

- Bueno, ¿Vamos? - interrogó la mayor.

- Ño - respondió Jimin a punto de llorar, no se quería alejar del niño lindo.

- Hijo... tú papá y tu hermano nos están esperando en casa - recordó su madre, tratando de convencer al pequeño.

- Podemosh jugar otro día - propuso Jungkook.

- ¿De verda'? - cuestionó inseguro.

- Claro, shi tu mami te deja - sonrió.

- Otro día venimos - afirmó la mayor.

- Eshtá bien. Adiósh, niño lindo - se despidió Jimin, agitando su manita en dirección a Jungkook.

- Adiósh, pequeño - sonrió y se despidió con un gesto en su mano.

Mientras Jimin se alejaba en los brazos de su madre observándolo por encima del hombro de su primogénita: deseando que vuelvan a jugar juntos alguna vez, como el mayor prometió.

Jiminie tiró un beso a Jungkookie.

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