Dado que mi padre estaba ocupado trabajando, envió al señor Asahina para que me pudiera llevar a la universidad y, ya de paso, enseñarme el camino. El señor Asahina fue muy puntual a la hora de recogerme de casa, llegando ni un minutos más temprano ni un minuto más tarde de la hora acordada.
-Adiós, mamá -me despedí en voz lo suficientemente alta como para que pudiera oírme desde la cocina mientras salía de casa para reunirme con el señor Asahina.
Cuando salí de casa vi que el señor Asahina estaba esperándome mientras se dedicaba a echar un vistazo a su reloj de pulsera.
-Buenos días, señor Asahina -dije mientras me acercaba a él.
-Buenos días, señorita -me saludó él en tono bastante formal-. Si me lo permite, la acercaré a la universidad -dijo él, haciendo un ademán a su coche, el cual estaba aparcado justo al lado.
-Claro, para eso estamos aquí -dije con aire alegre mientras me subía a su coche.
Durante el trayecto, el señor Asahina centró toda nuestra conversación en explicarme cómo llegar desde casa hasta la universidad, ya fuera utilizando transporte público, privado o directamente andando. También me hizo varias recomendaciones y me dio algún que otro consejo para el primer día de universidad sobre cómo hacer amigos japoneses de manera rápida.
Al cabo de unos veinte minutos, el coche se detuvo delante de la Universidad de Meiji.
-Muchas gracias por acercarme -le dije antes de salir del coche.
Cuando salí del coche con la intención de dirigirme a la entrada de la universidad -la cual estaba a reventar de gente que se ve que acababa prácticamente de llegar hacía pocos minutos antes que yo-, el señor Asahina bajó la ventanilla del coche y, asomándose levemente, me dijo:
-Señorita, espero que tenga un buen día.
Le miré algo sorprendida, pero enseguida le respondí:
-Gracias, usted también.
El coche del señor Asahina arrancó para segundos después desaparecer de mi vista. Miré en dirección a la entrada de la universidad para descubrirme bastante nerviosa; me temblaban las piernas y sentía cómo el corazón me había comenzado a latir con suma rapidez.
-Vamos, tranquilízate -pensé mientras me llevaba la mano al corazón-. Todo saldrá bien.
Mientras caminaba en dirección a la universidad, iba repasando mentalmente lo que debía hacer: debía ir a conserjería y luego debía ir a la sala de profesores para hablar directamente con mi tutor y así confirmar mi incorporación al curso. A medida que iba avanzando y me iba acercando más y más a la entrada, me percaté de todas las miradas que estaban reparando en mí. Tragué saliva sintiéndome algo nerviosa por la repentina atención que había caído sobre mí por parte de los demás estudiantes e, intentando fingir que no me había dado cuenta, continué mi camino hasta adentrarme en el interior de la universidad.
Ya una vez dentro, miré a mi alrededor y me guié por los cartelitos hasta llegar a conserjería donde tuve que rellenar unos formularios de confirmación y obtuve una copia de mi horario. Luego -y después de preguntar en conserjería- me dirigí hacia la sala de profesores donde me reuní con el señor Sato, el que sería tanto mi tutor como mi profesor de Historia del arte. Allí hablé con él durante un largo rato hasta que sonó la campana y me indicó que era hora de volver a clase.
Resultaba que me tocaba con él, así que me dediqué a seguirle hasta clase mientras él me contaba sobre los temas que habían dado ya en clase. Primero entró él al aula, donde saludó a los alumnos en tono firme, pero que transmitía cierta cordialidad y luego, tras anunciar mi llegada, aparecí yo por la puerta.
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Sentimental Macchiato~ [Fanfic Mao x tn]
Fanfic______ es una chica de 18 años con una vida normal. Como cualquier otra adolescente, va al instituto, queda con sus amigas, se va de compras, etc. Pero toda su vida da un cambio radical cuando descubre que su banda de música favorita, SID, viene a l...