Capítulo 17: Una, no tan usual, vida cotidiana

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Reposando la barbilla sobre la mano cuyo codo estaba apoyado en la mesa, me hallaba ensimismada en lo maravillosas que habían sido estas semanas. Habían pasado ya tres semanas desde que Mao y yo nos habíamos hecho novios y, aunque no habíamos podido vernos muy seguido debido a que el trabajo había estado demandando gran parte de su tiempo, nos habíamos estado comunicando mucho por llamadas y mensajes.

-...¡_____! -exclamó la voz de Nagisa, haciendo que saliera bruscamente de mi ensimismamiento.

-¿Qué? -pregunté sintiéndome aún algo sobresaltada por su llamamiento.

-Te estaba preguntando qué vas a hacer este fin de semana -me repitió ella, que estaba sentada a mi lado derecho.

Antes de que pudiera responder, un sonido seco acompañado de una pequeña vibración retumbó sobre la superficie de mi mesa.

-Eso -dijo la voz de Haru-, ¿qué harás este finde?

Al mirar en su dirección me encontré con que Haru había depositado en mi mesa un pequeño tetrabrik de color rosado que rápidamente asocié con que se trataba de un batido de fresa. Haru, que estaba de pie parado a mi izquierda, decidió sentarse en la mesa contigua a la mía.

-No puedo decirles que tengo planes con Mao -pensé algo apurada-. Vamos, ¡invéntate algo! Algo que suene realista y difícil de poder sufrir alguna alteración por parte de ellos.

Tras tomarme unos segundos, dije:

-Oh, lo usual. Estaré estudiando todo el finde.

Ellos alzaron las cejas.

-¿Todo el finde? -preguntó Nagisa-. ¿Y no podrías hacernos un hueco para venir con nosotros al cine el sábado? Van a estrenar «Yo me voy a la universidad y tú te vas al extranjero», ya sabes, la famosa película de comedia romántica que está en tendencia.

Como suponía, querían cambiarme los planes.

-Me encantaría -dije; y no mentía, ir al cine con ellos sonaba divertido, pero prefería mantenerme fiel al plan que había hecho con Mao previamente (y más porque me era más difícil quedar con Mao que con ellos)-. Pero es que resulta que también tengo que ayudar a mi madre a hacer unos arreglillos en casa y no creo que pueda escaquearme toda una tarde.

Ellos no parecieron muy convencidos con mi respuesta, pero lo dejaron pasar por alto.

-¿Qué haréis vosotros? -pregunté-. Aparte de ir al cine el sábado, claro.

-Yo he quedado con un par de amigos el viernes para ir a echarnos un partido de tenis contra unos chicos de la residencia -contestó Haru-. El sábado es lo del cine y el domingo me encerraré en mi cuarto de la residencia para estudiar.

-Yo he quedado con unas chicas de la residencia para ir a pasar la tarde en el cuarto de una de ellas para cotillear y pintarnos las uñas básicamente -contestó Nagisa entre alguna que otra risita-. Y el domingo, haré como Haru y me quedaré en mi cuarto estudiando.

Cada vez que les escuchaba hablar sobre sus planes en la residencia o, cada vez que directamente comentaban algo sobre ésta, me despertaba el gusanillo de querer vivir yo algo similar.

-¿Cómo es vivir en la residencia de estudiantes? -les pregunté de pronto.

Ambos parecieron algo sorprendidos ante mi repentina pregunta.

-Es divertido -dijo Haru-. Aunque tienes que estar bastante centrado en tus prioridades y responsabilidades; sino es fácil que te vayas por el mal camino. Ya sabes, la dejadez, el «lo hago luego»... -hizo una breve pausa-. Al fin y al cabo, tienes que hacerte cien por cien responsable de tus acciones y decisiones, de cómo te administres el tiempo y de los resultados.

Sentimental Macchiato~ [Fanfic Mao x tn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora