XXI

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Lucas.

Tomé la llamada nada más el teléfono comenzó a parpadear con el nombre del mayor de los Brown en la pantalla. La comida a la que esperaba comprendiera no podía asistir llevaba atormentándome desde hace ya varias horas. Amelia volvía a estar enferma y yo no quería dejar a Paula sola a pesar de que había sido porque en la escuela le dieron helado sin saber que ella no podía comerlo.

Acabábamos de llegar del hospital con la misma receta de la última vez y con el alivio de que no se trataba de nada grave, fue un descuido y a pesar de que ella era una niña muy madura, no pudo decirle que no al chorreante brownie relleno de helado de chocolate que le tendieron en la fiesta de uno de sus amigos que se celebró en las instalaciones de la escuela.

No fue hasta que llegó a la casa que realmente le dijo a Paula que se sentía mal y nada más eso pasó, salimos rumbo al hospital agradeciendo que Aaron Shepard atendiera al teléfono y que estuviera en el centro médico. De no ser porque realmente le dolía estaba casi seguro que ella habría permanecido en silencio soportando el dolor, la mirada culposa que tenía en los ojos nos lo dijo a su madre y a mí.

— Stark. —me senté en la cama, desabotonando la camisa que tuve que usar al ser la primera que me encontré en el armario hace unas horas.

— ¿Todo bien?

— Marie me dijo que llamaste, estaba en una reunión, lo siento. —reí un poco, sacándome la tela por los brazos tras colocar el altavoz. Edward y trabajo siempre debían ir en una oración, de no haberse casado con Elena habría jurado que se volvería loco en esas cuatro paredes. Era el mejor junto a su hermano, siempre manteniendo el orden, pero a veces abusaba de ello.

— Marie fue un sol, no te preocupes.

Escuché su carcajada seguida de la risa familiar de su esposa. —Elena quiere contrariar eso. —anotó, su voz saliendo con una gracia que antes de esa mujer nunca le había escuchado, o rara vez. —No tuvo un buen comienzo con ella y cree que Marie es un ogro con todos menos conmigo.

— Bueno, de no ser porque pude llegar a su corazón yo probablemente también pensaría eso. —la mujer de mediana edad tuvo que soportar muchas cosas por parte de los Brown y mías. Mis hermanos eran un poco más pequeños y yo busqué la familiaridad con Ed y con Elijah, este último no era del absoluto agrado de Marie, le sacaba varias canas siempre que estaban en la misma habitación. —¿Qué has sabido de Elijah? Antes no se dejaba ver, pero ahora definitivamente no he escuchado noticias. —mencioné refiriéndome a su hermano.

— No hemos hablado mucho desde mi boda, realmente me tiene sorprendido el hecho de que mi hermano no haya dado de que hablar en los últimos meses. —se burló y escuché el bufido de Elena tras de él. El giro que había dado su vida fue demasiado sorpresivo para mí, pero nunca lo mencioné. Pasó de llorar por Elijah a hacerlo por Edward, en el fondo, aunque siempre supe que Ed la amaba, nunca esperé que luego de tantos años se animara a dar el paso en su dirección.

Ellos dos eran el uno para el otro, él era todo lo que Elena merecía, no que Elijah no se mereciera el amor de una mujer, pero él necesitaba alguien que le colocara los pies sobre la tierra, y esa mujer no era Elena. Imaginar a Elijah y a la señorita Williams no era erróneo, pero no se sentía bien, algo faltaba allí, demasiado similares como para imaginarlos juntos. En cambio, con Edward, Elena tendría estabilidad, amor incondicional y un apoyo. Elijah necesitaba pasar muchas barreras para llegar allí y ella ya había sufrido suficiente.

— Tal vez por fin haya decidido asentarse. —mis palabras generaron un silencio entre ambos que me sorprendió. —¿Pasa algo?

— Tengo mis sospechas, pero es demasiado loco como para siquiera dedicarme a creerlo.

SUDDEN DEATH (Kings Of The Game #6) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora