XXII

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Lucas.

Mantuve mis ojos en Kyle a medida que felicitábamos a la pareja que acababa de anunciar que tendrían un par de terremotos corriendo por aquí. Lo sabía, sabía que era cuestión de tiempo antes de que otra noticia sobre embarazos llegara. Llevaba varias horas aquí y luego de habernos creído todos que esto se trataba de una mera reunión para notar la evolución de Kyle, nos topamos con la noticia de que Sam estaba a la espera de mellizos.

Esa fue una noticia, pero todos aquí sabíamos que en menos de un mes tendríamos la de una boda acercándose, Kyle era posesivo y no dudaba en gritarle al mundo que Sam era su chica, seguramente ya estaba mirando un par de rocas para colocarle en el dedo anular. Me alegraba por ellos, luego de todo lo que habían pasado, se merecían un nuevo comienzo así estuviese envuelto de pañales llenos de popó y noches sin dormir, él parecía encantado con la idea, pero ya quería verlo cuando esos pequeños seres humanos nacieran.

Una cosa era quedarse con Sofía, Ansel, Alaia o Jake por un par de horas, pero mantener eso durante una rutina día tras día...solo esperaba presenciar algunos de esos momentos padre e hijos, al igual que esperaba hacerlo con Grand. O incluso en carne propia. La idea de un pequeño o pequeña se había instalado en mi cabeza desde que la prueba de embarazo de Paula dio negativo. Estuvo tratándome con calma durante días al ver la desilusión en mi rostro y la verdad, era que ni yo mismo estaba tan seguro de querer un bebé hasta que la conocí.

Éramos una pareja, Amelia era una niña hermosa, por supuesto que las quería en mi vida no solo por ahora sino lo que quedara de ella, no imaginaba mi vida sin ellas. Prácticamente vivíamos juntos con la diferencia de que por las noches ella se iba al departamento del piso quince o yo volvía al pent-house para no confundir a Amelia. Quería convivir con ellas día y noche, llevar a Amelia a la escuela y pasar por su madre al trabajo, que me acompañaran a mis juegos para luego llegar a casa y ver Netflix como una familia. Anhelaba eso.

Vi a Bradley quedarse de pie a mi lado mientras observaba a las mujeres llegando en la entrada, pero no presté mucha atención. Mi teléfono vibró en mi mano instantes después y solo pude quedarme de pie repasando el mensaje que mis ojos leían. Esto debía ser una broma. ¿Ya?

Te quiero en el hospital ahora, Bianca se colocó en labor de parto.

Fue cuestión de segundos antes de que el mensaje de Ashton quedase en el olvido al tiempo que el chat de Paula ocupaba mi campo de visión.

Cielo, no te alteres, estaba con Bianca cuando rompió fuente. Zoey irá por Amelia, ¿vienes al hospital?

—¿Todo bien? —asentí a medias, pensando en donde iba a conseguir un maldito taxi que me llevara al hospital. No tenía mi auto aquí gracias al idiota de Grand pasando por mí, sabía que era mala idea.

Mi respiración se alteró, no estaba listo para esto. Bianca quería que entrara con ella y con Ashton, no llegaría a tiempo. — ¿Trajiste tu auto?

— ¿Qué pasa? —murmuró Cox junto a mí, pasándome sus llaves con rapidez. No tenía tiempo para dar explicaciones, no cuando mi hermana me cortaría la cabeza si no llegaba a tiempo para el nacimiento de mi sobrino.

— Tengo que irme, lo llevaré a tu casa en la noche o mañana. —mis ojos permanecieron en mi celular mientras respondía un breve voy en camino en el chat de Paula.

— Cuando puedas, tengo mi camioneta.

— Gracias. —corrí en dirección a la rubia en la entrada, tomando un poco de aire al detenerme. — Sam, me tengo que ir. —sus ojos me escanearon con vacilación.

— ¿Sucede algo? —¿por qué todos preguntaban eso?

— Felicidades y gracias por la invitación. —sonreí tanto como pude y agradecí que el auto deportivo de Bradley estuviese estacionado justo en la entrada por delante de los del resto, no tendría problemas para salir de aquí.

SUDDEN DEATH (Kings Of The Game #6) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora