En una semana será el cumpleaños de David y ya esta reservado para dos fiestas, una comida con sus padres justo en su cumpleaños, ya tenía un mes planeando esto con ellos, iban a comer en su restaurant favorito y una carne asada con Valentín y su familia al día siguiente. Mientras se acercaba la festividad Valentín estaba vuelto loco pensando en qué regalo comprar para David, estuvo tres días lleno de pánico porque no se decidía qué regalarle, finalmente compró una polera con estampado del anime favorito de David, esto a consejo de Abel.
8/octubre/2025
El día de su cumpleaños, David fue el primero en llegar al restaurante, como siempre, por lo menos esta vez sus padres no tardaron en llegar, pero solo llegaron ellos.
—Clara no vendrá, ¿verdad?
—Sabes que ha sido difícil para ella.
—Lo sé... —Había intentado hablar con ella a lo largo de estos tres meses, pero siempre terminaban discutiendo. No hay mucho que contar de la comida, le cantaron en la mesa y el restaurante les regaló un pedazo de pastel de chocolate y como buena tradición le estrellaron en la cara el dichoso pastel.
Al día siguiente antes de llegar con Valentín, pasó a una librería, un encargo de Abel, nada más hubiera pasado, pero la vida es muy caprichosa y encontrarse con Clara a la salida de la librería era prueba de ello, una ciudad tan grande y ellos se encuentran por pura casualidad. Por instinto David intentó escapar, pero su hermana le detuvo, ahora no había un chico búho que evitara que le tomaran del brazo.
—Tu cumpleaños fue ayer, quería mandarte esto con mamá y papá, pero como ya estamos aquí. —Era una bolsa de regalo, la parte superior había sido engrapado.
—Oh... Gracias Clara.
—Supongo que seguimos siendo hermanos después de todo...
—Si quieres un día podemos comer junto a Val-
—Algún día, pero no será pronto.
—Veo que todavía no cambias de parecer...
—Quizá cambié o quizá no, lo que me importa eres tú, ¿entendiste? Y si ese pato-
—Búho.
—Si ese búho te llega hacer algo, se lo voy a dar de comer a mi perros, ¿entendiste?
—Por supuesto. —A David le dio gracia, cuando eran niños siempre jugaban a que amenazarían a la pareja del otro.
Desde hace mucho, no se daban un abrazo sincero, por lo menos hace 4 años que no se abrazaban así. De vuelta a su carro miró el regalo, decidió abrirlo mejor en su casa, así que lo guardó en la cajuela antes de entrar al complejo de departamentos. La fiesta que había organizado la familia de Valentín era en el patio donde había pasado ese baile, cada vez David recordaba más esa noche, la sensación del deja vu no lo dejaba estar tranquilo del todo, pero la cálida bienvenida de todos lo hizo relajarse, era su fiesta de cumpleaños después de todo. Algo que no se esperaba es que casi todas las personas del complejo departamental se habían reunido para la fiesta.
—No estoy acostumbrado a fiestas tan grandes.
—Aquí es bastante común hacer fiestas grandes, en especial para los cercanos a la familia. —David enrojeció, "¿Ya me consideran cercano a la familia?"
Era interesante la relación que llevaba con Valentín, estaban enamorados entre sí, estaban conscientes de ello, pero no eran oficialmente pareja y desde la noche de la fiesta no se habían vuelto a besar en los labios, pero los chicos estaban muy a gusto con este ritmo. La fiesta se llevó con normalidad, piñatas, algunos juegos y un trampolín, por supuesto hubo un rato en que bajaron a los niños para que subieran los adultos, luego fue hora de la comida. Estaban sentados comiendo, en eso vieron a unas personas cargando en unas masetas un puñado de flores rosas, a David le resultaban muy similares.
—¿Y esas flores?
—Oh esas... ¿Recuerdas cuándo te dije que había unas flores que te hacían decir la verdad?
Esa frase fue la que sorprendió a David, sentía fuertemente haber escuchado esa frase antes, la cabeza le comenzó a doler.
—¿David? —El chico búho se comenzó a preocupar, David hizo intento de levantarse, pero bajó la cabeza un momento por el dolor, cuando levantó la vista sus ojos se veían rosados nuevamente, Valentín se quedó helado mientras sus alas brotaron con fuerza, pero así como los ojos del humano se habían vuelto rosas, estos regresaron a la normalidad, David se quedó en silencio un poco más, todos se habían quedado en silencio.
—Lo recuerdo...
—¿Eh?
—Lo recuerdo todo. —David sonrió y abrazó a Valentín con fuerza, las lagrimas salieron por ambas partes, por fin había pasado por completo el efecto de la flor, ahora recordaba todo con claridad. David en un ultimo impulso por la flor le dio un beso en la frente.
—Solo quería devolverte el favor.
—Que bueno que por fin recordarás... —Valentín recordó algo.
—Un momento, esa noche... ¡Te robé un beso! AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH
El sonrojo del chico era fascinante, Valentín se puso rojo también, los que habían estado presentes esa noche comenzaron a reír. La fiesta siguió con normalidad después de esto, David quedó maravillado con el regalo de Valentín, se convirtió en su polera favorita. Por fin en su casa decidió abrir el regalo que le dio su hermana, al principio se encontró con varios dulces, eran de los que comían cuando eran niños y en el fondo de la caja encontró una foto enmarcada, eran ellos de niños, la emoción le invadió, no había visto esa foto en varios años.
—Gracias.
Dos meses después...
9/noviembre/2025
Los chicos conversaban por chat.
—Hola. —Mandó Valentín, seguido de un sticker de búho, era algo que le causaba mucha gracia a David.
—Hola... ¿Debería buscar stickers de humano? —Recibió la risa de Valentín a cambio.
—Hey, ¿tienes planes para el fin de la próxima semana?
—Es tu cumpleaños, ¿verdad? ¿Qué planeas?
—Sí, haremos una fiesta y pues. —Manda un sticker de un búho bailando
—Claro, iré. —Después de eso David se emocionó, había esperado esto desde hace ya tiempo.
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Sé mi cielo
RomanceEsta historia se desarrolla en un mundo un poco especial, acompaña a David y a Valentín en un romance mágico.