Cuando regresaron no tardó mucho en correrse la notica de la nueva relación, siendo Abel el primero en enterarse, luego el resto de la fiesta lo intuyó con solo ver a los chicos sonrojados y tomados de las manos. Este era el mejor cumpleaños de Valentín. Ya en la madrugada, la música se detuvo, los niños habían sido mandados a dormir desde hace rato. Un grupo de sobrios cuidaban de los borrachos mientras otros juntaban todo, los novios estaban en este ultimo grupo, estaban llevando los regalos de Valentín a su departamento.
—Valentín tu regalo. —Le dijo mientras le pasaba la caja que le regaló.
—Tú ya eres mi regalo, Cielito... pff lo siento no sé dar piropos. —Los chicos rieron, Valentín decidió abrir primero el regalo de su novio, decir "El regalo que me dio mi novio" le encantaba. Dentro de la caja había muchos regalos, lo primero que sacó fue una camiseta negra, pero no era una común, esta estaba especialmente diseñada para nahuales, esta se transformaba junto a ellos con mayor facilidad y era más resistente que otras telas, no hay muchas tiendas que las vendan y David estuvo varios días buscando, también había dibujos y dulces, ahora Valentín tenía camiseta favorita, deliciosos dulces que comer y hermosos dibujos que colgar en su casa, no podía estar más feliz. Cuando por fin recogieron todo, David y Abel se quedaron a dormir en el departamento de Valentín, solo que David tuvo que quedarse a cuidar al borracho, así que no pudo dormir en la misma habitación que Valentín
—¡Que vivan los novios! —Exclamó Abel de la forma más borracha posible, David solo se encargaba de que no se acostara boca arriba. Al amanecer tuvo que limpiar vomito, pero de ahí no pasó nada más, electrolitos y buen desayuno fue más que suficiente para revivir a Abel.
Los días pasaron, los chicos estaban pasando el rato juntos y disfrutando su noviazgo, ya solo faltaba una cosa más por hacer.
—Valentín, estaba platicando con mis padres y ellos te quieren conocer, quieren que cenemos juntos en su casa.
—¿Una cena con tus padres? —Valentín sabía que tendría que enfrentarse a esto en algún momento.
—Si, te quieren conocer en persona.
—Nunca he tenido suegros, ¿debería llevarles un regalo? Quizá si les preparo una cena o quizá pueda-
—Ellos te van a querer. —Le interrumpió.
—Estoy nervioso.
—¿Quién engaño? Yo también estoy nervioso... Solo no les digas suegros, ellos odian esa palabra, los hace sentir viejos y no te preocupes por la comida, ellos dijeron que lo prepararían.
Una semana después estaban los chicos frente a la reja negra.
—¿Estas listo?
—Eso creo... —Tocaron el timbre, no tardaron el recibirlos.
—Mamá, papá, él es mi novio Valentín.
—Buenas tardes. —Valentín se presentó mientras moría por los nervios, tanto era su angustia que hizo una pequeña reverencia, ver tantas películas ya le habían afectado, por suerte nadie lo había notado o por lo menos fingieron que no. Charlaron un poco en la entrada y luego pasaron a la sala, todo estaba tranquilo, la hora de cenar se acercaba.
—Valentín, David me dijo que eres cocinero, ayúdame. —Le pidió el papá de David.
—Con mucho gusto. —Si podía estar en su zona de confort, era más que bienvenida la petición.
Fueron juntos a la cocina. —Este es el platillo favorito de mi hijo.
—¿Es un pan relleno de sopa? Había leído sobre esta receta antes, pero no lo había preparado antes.
—¡¿Pan relleno de sopa?! —Esas palabras eran un hechizo para el chico, quien se apresuró a la cocina al escuchar esas palabras. —Es mi favorita, pero creí que solo Clara sabía prepararlo.
—Y sigo siendo la única. —Clara salía de un pasillo, se había escondido y salió en el momento justo, como en las películas de terror.
—¿Clara? —David no sabía que su hermana vendría también.
—Hola hermanito, así que oficialmente tengo cuñado. —Valentín moría por dentro, la última vez que vio a Clara no terminaron las cosas bien, se presentaron nuevamente, en la cena no se mencionó lo que había pasado a comienzos de año, los temas fueron más generales, eso si, Clara pasó un buen rato hablando de sus perros, todos de razas de caza, "¿Me esta amenazando?" La parte búho de Valentín temía por su vida y su parte humana también.
—De hecho uno de ellos esta de visita. —Le llamó, un Pointer inglés entró al comedor, esta raza es usado en la caza de aves y Valentín era conocedor de este dato.
—E-es lindo...
—Por favor no me digas que lo trajiste por Valentín.
—¿Me crees capaz de hacer algo así? —El sarcasmo era tal que hasta lo podías tocar, afortunadamente el perro no mordió a nadie, este fue el único momento tenso de la cena, todo iba con tranquilidad y eso era muy extraño para David, sabía que algo había pasado con su hermana, algo que ocultaba, unas horas más tarde Valentín y los padres de David estaban distraídos con el álbum de fotos.
—Clara, quiero hablar contigo a solas. —Le susurró.
—Esta bien. —Se fueron a la cocina.
—¿Por qué cambiaste de parecer? Desde mi cumpleaños algo es diferente en ti.
—Me conoces bien, seré directa, todavía no me agradan los nahuales por completo-
—Dijiste nahual, nunca te habías referido a ellos así... —Recibió un zape.
—No me interrumpas. —Ejem— Hace unos meses llegó una niña a la escuela, muy brillante, pero un día... Ella se transformó, yo no tenía idea de que era nahual y unos niños la comenzaron a molestar e intentaron... Bueno, como su maestra no pude quedarme en brazos cruzados, ¿Sabes...? Solo, no me gustó verla llorar por algo que no puede cambiar... Quizá no todos sean malos.
—Eres increíble. —Se abrazaron.
—No lo menciones. —Lo apretó— De verdad no lo menciones, no quiero darle la razón al ganso todavía.
—Bú-búho. —Corrigió casi sin aire.
—Todavía no confió en él, si algún día te hace daño, estés hechizado o no me avisarás inmediatamente y yo me encargo de patearlo, ¿entendido?
—Entendido... Me vas a romper mujer. —Se quejó mientras se quedaba sin aire.
Luego de algunas horas más, los chicos se despidieron y se subieron al coche, David condujo algunas cuadras antes de iniciar la conversación.
—¿Estas bien?
—Pudo ser peor, me pudieron arrojar a los perros.
—En eso tienes razón, creo que mi hermana adoptó a ese ultimo hace poco.
—Veo que es precavida.
La navidad la pasaron cada quien con su familia, pero año nuevo se juntaron las familias, la fiesta fue en la casa de los padres de David, era la primera vez que se verían, los chicos pusieron todo de si para que todo saliera bien, para sorpresa de ellos las fiestas fueron tranquilas y los perros de Clara por fortuna le tomaron cariño a Valentín, ya no lo veían como su almuerzo y eso fue un punto a favor para su relación, ahora se acercaba el aniversario de cuando se conocieron y Valentín ya estaba preparado con una gran sorpresa.
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Sé mi cielo
RomansaEsta historia se desarrolla en un mundo un poco especial, acompaña a David y a Valentín en un romance mágico.