Capítulo 12

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30/Junio/2025

David abrió los ojos, apenas estaba entrando la luz a su habitación, ya se había acostumbrado a levantarse temprano sin la necesidad de despertador, estaba preparado para su rutina, pero hoy algo era diferente, había algo café delante de él, cuando abrió bien los ojos se sorprendió, era Valentín en su forma de búho, luego de que este se diera cuenta de que había sido descubierto entró en pánico y los dos gritaron.

—¡¿Qué haces en mi casa?!

—¡Pue-puedo explicarlo! —Trataba de revolotear, pero los nervios del momento no le dejaban emprender el vuelo, finalmente se transformó en humano mientras caía de la cama y quedaron frente a frente. David seguía en shock, el chico al que creía no haber visto en casi medio año, ahora resulta que lo había visto dormir, por un momento creyó que seguía soñando, pero no era así.

—Yo quería entregarte esto. —Le da la camiseta negra que le había prestado.— Me la llevé puesta cuando... Nos separamos y pues... Quería regresártela, pero no sabía sí me querías ver o no y había una ventana abierta y pensé que... Y luego despertaste y... Yo... Yo... Lo siento.

—No me molesta que vinieras. —Le pone su mano en el hombro.— Gracias.

Ninguno sabía que decir, Valentín comenzó a llorar sin darse cuenta, el hibrido era consiente de que David probablemente no recordara todavía nada del baile y eso le causaba conflicto, no sabía si contarle o no, sabía que le podría causar daño si el humano recordaba todo de golpe, así que inconsciente comenzó a llorar, incluso David se dio cuenta antes de dichas lagrimas.

—Oh... —Sacó de un cajón unos pañuelos y se los ofreció, fue hasta entonces que Valentín se dio cuenta de que estaba llorando,

—Lo siento, no me había dado cuenta... ¿uh? David, ¿estas bien? —El chico humano también había comenzado a llorar, su subconsciente quería recordar todo, pero la impotencia de no poder le hacía llorar, tomó unos pañuelos.

—¿Por qué lloramos...?

—No lo sé... —Se quedaron así unos minutos.

—Oye...

—¿Sí?

—Cuando nos separamos, decías que algún día nos volveríamos a encontrar... Eso... ¿Era parte del hechizo o eran palabras tuyas? Perdón. —Se cubrió el rostro con vergüenza.— No debí preguntar eso, entiendo que no toda tu vida gira entorno a los hechizos y no sé si estás listo para hablar de ello, yo solo... quería saber...

—Esta bien que preguntes. —Le sonrió y meditó unos segundos.— Creo que las dije yo y si, me gustaría hablar.

—¿Un café para cada uno?

—Una platica con café, me parece genial. —Los chicos tenían un leve sonrojo, de pronto el sonrojo de David se hizo más presente al percatarse que ni siquiera traía puesta playera.

—Valentín, solo me dejarías... emmm... ¿cambiarme?

—¡Es cierto entré a tu habitación sin permiso! —El sonrojo se disparó cuando le vio el torso, se transformó en búho y salió por la ventana.— Ábreme la puerta cuando estés listo.

David soltó algunas carcajadas después de que Valentín saliera por la ventana. Se dispuso a cambiarse, mientras elegía qué ropa ponerse, vio la camiseta negra que le había traído el búho, no se le dificultó elegir esa prenda sobre las otras y fue abrirle a su invitado. Se tomaron su café en la sala, conversaron un buen rato sobre lo que había sido de sus vidas en los últimos meses. Valentín hacía lo mejor para evitar el tema del baile, mientras David no recordara nada por su cuenta, este no diría ni pio. Así que hablaron de lo que había hecho cada uno para sentirse mejor, Valentín habló a medias de sus estudios de magia, mientras David le contó sobre el ejercicio y que había vuelto a practicar cetrería.

Hubo un tema que, aunque difícil, era necesario, su relación, una vez terminado el café, conversaron un buen rato sobre lo que querían, claro que lloraron, pero al final llegaron a un acuerdo; iniciar poco a poco, querían conocerse realmente antes de ser pareja, querían enamorarse sin la necesidad de hechizos, no se dieron realmente una fecha para decidir si volvían como pareja o no, pero eran conscientes de que lo harían.

—Ya... oye, ¿crees que me podrías pasar tu número? Si tú quieres claro.

—Por supuesto. —La emoción lo invadió, se pasaron los números de celular.— Podríamos iniciar con pláticas sencillas.

—David...

—¿Si? —Valentín por un momento quiso mencionar el baile, pero no estaba listo para decirle lo que había pasado hace unos meses, así que solo le dio un pequeño abrazo.

—Te quiero. —El sonrojo del humano no paraba de elevarse.

—Yo también te quiero. —Sí se hubieran dicho "te amo" igual se hubieran correspondido.

Ya habían pasado muchas horas desde entonces, Valentín debía regresar a casa. El chico búho estaba listo para irse volando, pero David le detuvo un poco antes de que se transformara.

—Valentín... Sé que sonara extraño... Pero yo... Creo que nos vimos hace unos tres meses.

Valentín se detuvo en la entrada, no se esperaba esas palabras, no ahora.

—¿Hace unos tres meses?

—Si... Hace unos tres meses quise ir a buscarte a la ciudad, incluso marqué un día en el calendario, pero yo... No recuerdo bien ese día... Tengo pruebas de que salí ese día, a veces sueño con ello y en ese sueño hablamos y... —Se vio interrumpido momentáneamente por el abrazo de Valentín, nunca lo había abrazado con tanta fuerza, David tardó un poco en corresponder.— Así que... Nos vimos ese día, ¿verdad?

Valentín dejó de abrazarlo y le guiñó el ojo, David lo miró a los ojos, luego por un segundo le miró los labios, el chico búho se transformó  y emprendió el vuelo. Cuando ya no pudo ver al ave, un recuerdo llegó a la mente de David, su promesa sobre ir a hablar con sus padres, ahora si estaba seguro de que era un recuerdo, después de todo, no estaba dormido, cuando regresó en sí perdió el equilibrio, pero lo recuperó antes de caer.

—Ya me contarás lo que pasó hace tres meses, pero por ahora es tiempo de una visita. —Con esas palabras, el chico agarró sus llaves y salió de su casa.

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