Capítulo 4

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El carro de Clara ya había arrancado, David no dejaba de llorar mientras Valentín lo abrazaba, ¿Era un abrazo doble si contamos las alas? Se mantuvieron así un rato, por lo menos hasta que David pudiera respirar bien, el búho no entendía nada, todo había pasado tan rápido que no tenía palabras, lo único que tenía en claro, es que no le gustaba ver a David llorar de esa forma, el dolor que sentía David era percibido por Valentín, le costaba no llorar también.

—Ya tengo un secreto que contarte, solo... quiero un café. —El nahual asintió, se fueron a la cocina juntos, café para los dos, ya sentados en el comedor el humano solo sujetaba su taza.

—No sabía que podías sacar tus alas de esa forma- intentó sacar un poco de platica antes de iniciar el tema serio.

—No lo hago seguido, de todos modos no puedo volar así. —Sentía incomodidad en la espalda por haber sacado sus alas tan deprisa.

—Ya veo... Valentín... Hay una razón por la cual no vivo con mis padres... Y esta casa, me la renta el tío de un amigo, un buen tiempo no tenía más donde vivir. —Valentín solo asintió.

—Yo... Hace dos años me salí de la casa de mis padres... ¿Tú conoces la historia de Zia? —El otro solo volvió a asentir, ese caso era muy conocido y en su momento afectó las relaciones entre humanos e híbridos, tanto que hubo manifestaciones de todo tipo y años de violencia, apenas y los híbridos se estaban mostrando al mundo otra vez.

"Hace muchos años, una bella humana, querida por todos, buena en todo lo que hacía, era la mejor persona que podrías conocer, hasta que un fatídico día, un híbrido malvado la hechizó, la hizo creer estar enamorada, el monstruo le hablaba sobre casarse y vivir juntos, la maldición hacía que la pobre muchacha se ruborizara ante la presencia del híbrido, la hacía débil ante él, poco a poco la maldad la apartó de su casa, de sus amigos y de su familia, el alma de la pobre nunca se pudo salvar."

—Fue un caso muy sonado entre los nahuales... Por un tiempo se prohibió que los híbridos tuvieran relaciones con humanos, hasta hace poco se quitó la prohibición.

—Así que es cierto... —Por un tiempo, David creyó que era una historia inventada por sus padres, pero todo pasó en la realidad, muchos detalles fueron exagerados, pero fue suficiente para que muchas familias odiaran a los híbridos y que estos dejaran la magia casi de lado.

—Si, por eso se comenzó a restringir a quienes se les enseñaba magia... —Esa era la realidad de Valentín y de su gente, ese abuso de poder les costó siglos de aprendizaje, por eso solo se permite aprender 5 hechizos, no se sabe cuántos hechizos podían hacer los híbridos, solo los más grandes las conocen, años de conocimiento censurados por el acto egoísta de alguien más. Quién sabe si hay híbridos que todavía practiquen activamente la magia, pero de ser así, lo más seguro es que no convivan con el mundo humano.

—Hace cuatro años, tuve una novia, yo la quería mucho, su nombre es Azucena. —Sacó una fotografía de ella de la caja que había traído su hermana, era un David más joven junto a la muchacha.—  Nos llevábamos muy bien, incluso la había presentado a mis padres, pero luego mi madre reconoció sus apellidos, "Por eso nunca habías mencionado tu apellido, una Centeno, ¿acaso no es una familia de híbridos?" Ella nunca me dijo que era un híbrido, estaba confundido, toda mi vida me habían dicho que me cuidara de ellos y me había enamorado de una, después de una discusión, ella se transformó en frente de todos, no pude decirle nada, solo se fue corriendo, quería alcanzarla, pero me detuvieron, "¡Estabas con un monstruo!" me gritaban, no pude hacer nada... Luego... Luego...

David comenzó a temblar, había algo que le costaba decir, Valentín se levantó y lo abrazó nuevamente, le acariciaba el cabello castaño rojizo lentamente, como a los niños cuando los arrullan, David se volvió a calmar.

Sé mi cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora