13.

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Tom.

Media noche, una pesadilla había irrumpido mi sueño, mire hacia el pequeño reloj de mesa que tiene Becca: 3:54 a.m.
Los pensamientos corren por mi mente, no la quiero lastimar, no quiero que se aleje de mi. Miro en dirección a mi novia, duerme plácidamente abrazada de una almohada, se ve tan tranquila así que tomo mi celular para tomarle una foto esperando que el flash no la despierte, una sonrisa se posa en mi rostro al ver que no se ha movida, luce tan bella.

Entre tantas cosas que pasan por mi cabeza, la sed me inunda. Tomó un respiro y de manera cuidadosa salgo de la cama, bajo las escaleras esperando no interrumpir el sueño de nadie. Para mí sorpresa una silueta está sentada sobre uno de los bancos de la cocina, paso a un lado de ella esperando no interrumpir.

—Hola. —Dice Bia cuando nota mi presencia.

—Bia, ¿Hay algo que te pase? —Pregunto sin despegar la mirada de ella, luce nerviosa.

—¿A qué estás jugando? —Levanta la mirada hacia mi y noto que sus ojos están llenos de rabia, parece que no está bien.

—¿Disculpa? —Digo sin realmente saber lo que está pasando.

—¿Por qué no abandonas mi mente? —Dice tomandose la cabeza y sacudiendo la—. Pienso en ti todo el día.

Me desconcierto aún más, trago en seco sin saber que decir realmente. Estoy apunto de tomar su mano para preguntar qué es lo que pasa cuando grita.

—No fue mi culpa, no lo fue. —Grita exasperada. Noto que su mirada no está sobre mi, si no a un lado mio—. Will yo te amaba. Te amo aún. —Fruncí el celo intentando comprender algo de lo que estaba sucediendo—. Regresa por favor.

Dicho esto aventó el vaso que tenía entre sus manos, parecía tan perdida.

—William regresa. —Despues de su grito, escuché unos pasos acercarse a ella. Thiago entro corriendo mientras intentaba calmarla, divisé así que había en la barra que no había visto antes; píldoras. Pronto después de que Thiago hiciera unas cosas ella quedó inconsciente, la subió a su habitación y aproveché para tomar el frasco: fenciclidina.

Pocos minutos después baja Thiago miando el frasco en la barra, lo toma leyendolo, pasa sus manos por su rostro, parece frustrado.

—¿Está todo bien? —Pregunte intentando calmar las cosas, el niega.

—Las adicciones reinan desde que Will se fue. —Me mira para ver si se sobre lo que habla y le doy una sonrisa torcida.

—Becca me contó. —Suspiro—. Se que es difícil, lo siento tanto.

El me devuelve la sonrisa y asiente.

—Bien, debo descansar. Mañana debemos regresar a casa.

El se gira y antes de que él se vaya la pregunta abandona mi sistema.

—¿Hace cuánto estás enamorado de ella? —Digo temiendo por la respuesta.

—¿Cómo lo sabes? —Gira de golpe haciendo que confirme lo que creía.

—Es la forma en que la miras. —Suspiro—. Creo que nadie se ha dado cuenta, ¿Por qué no se lo dijiste?

—Es tarde, ella siempre ha Sido tan linda que es difícil no quererla. —paso la lengua por sus labios—. De cualquier forma ella no me ve de la misma manera, entiendo si. —Suspiró.

—Esta bien. —Sonreí de manera sincera—. Pero debo pedirte un favor.

Su mirada estaba llena de desconcierto, esperando a que yo hablara. Y así lo hice, hablamos por cierto tiempo, el estaba atento a lo que yo tenía que decirle, debo decir que sus expresiones fueron más de lo que esperaba, preguntó muchas cosas y yo respondí. Esa noche sirvió para que ambos hiciéramos una promesa, lo necesitaba para llevar acabo lo que estaba por pasar.
Después de esa extensa conversación el quedó completamente enterado, sorprendido pero enterado.

𝑌𝑜𝑢 𝑠𝑎𝑣𝑒𝑑 𝑚𝑦 𝑙𝑖𝑓𝑒. // 𝑇𝑜𝑚 𝐹𝑒𝑙𝑡𝑜𝑛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora