19.

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—Ven amor, te darás un baño. —Dijo el chico levantando la de la cama en dirección a la bañera.

—Tengo calor. —Murmuró ella en un tono apenas audible—. Boo, tengo calor.

—Lo sé princesa, esto te ayudará. —Dijo colocándola en la bañera—. O eso espero. —Murmuro para si mismo. Abrió la llave y la tina comenzó a llenarse con agua tibia bajando la temperatura hasta hacerse fría.

El chico estaba desesperado, no entendía el porque su chica tenía fiebre, le preocupaba esa situación, tomó su celular marcando el número de su madre.

“Mamá”. Dijo aliviado.

“¿Qué pasa Andy?”. Respondió preocupada, su hijo no solía llamarla tan de madrugada.

“Es Becca”. Suspiró. “No se en que momento paso, desperté porque se estaba quejando y ahora ella está”. Tomó aire intentando contener las lágrimas, se sentía impotente y no quería que su novia estuviera mal, si pudiera la encerraría en un cristal encantado para que nada le hiciera daño. “Ella tiene fiebre”. Se escuchó un estornudo. “Al parecer gripe también, no quiero que le pase nada”.

“Andy, primero tranquilízate, dale un baño con agua fría y arropala bien”. Su madre sentía derretirse, nunca había visto a su hijo así de preocupado. Era cierto que Tom había tenido novias anteriormente pero no de la manera en que ahora estaba con Becca, la procuraba, la cuidaba y cada vez que la veía se notaba el destello que brotaba de sus ojos, su hijo estaba enamorado, no como cualquier cosa, sino que estaba enamorada de verdad. “Dejala descansar y prepárale un poco de sopa y un té”. Dijo con una pequeña sonrisa. “Y llama al doctor pero espera al menos a qué amanezca, no creo que quiera ir a las 3:40 de la madrugada”.

“Pero mamá, ¿No crees que debo llevarla al hospital?”. Preguntó aún exaltado.

“Andy, va a estar bien, solo es un resfriado”. Dijo para después bostezar. “Tranquilo mi niño, tú puedes”.

“Gracias mamá, te amo, tengo que irme, descansa”. Dijo para colgar.

Se acercó a la chica en la bañera quien estaba adormilada. Suspiró profundamente para comenzar a pasar el paño húmedo por su rostro.

—Pequeña, debes sumergirte. —Habló suavemente—. Por favor.

Becca aún con los ojos cerrados hizo caso, aguantando la respiración para después salir a flote, más despierta. Tom reviso nuevamente su temperatura, está había bajado y ahora estaba más tranquilo.

—Ven Princesa, vas a descansar. —La sacó de la bañera envuelta en una toalla. Una vez en la habitación comenzó a despojarla de su ropa y acondicionando el cuarto para su temperatura. La dejo envuelta en la toalla mientras buscaba algo de ropa, no pudo decidir lo que le pondría así que optó por un pans negro y una camisa suya, tomó el primer conjunto de ropa interior que encontró y regreso con su chica.

—Te quiero Boo. —Dijo la chica sonriendo, temblando y esperando que su cuerpo se acostumbrara al clima.

—Te quiero a ti, pequeña. —Depositó un beso en su frente—. Ven te cambiaré. —Ella negó—. Ángel por favor. —Quitó la toalla y comenzó a quitarle la ropa mojada, arrojandola en algún lugar cerca del baño. Cuando ella estaba en ropa interior intento mantener la mirada fija en su rostro, las mejillas de la chica tomaron un tono carmesí.

—Yo.. Yo puedo. —Dijo débilmente intentando cubrir su cuerpo con la toalla. Él sabía que ella estaba un poco inconforme con su cuerpo.

—Eres hermosa. —Dijo el tomando su cintura y pegando su cuerpo al de el—. Comenzó a mover sus dedos por su cintura hasta llegar a su costilla, ahí se posaba un tatuaje de una serpiente, la cual rodeaba parte de la costilla derecha—. Lindo tatuaje. —Murmuró con una sonrisa. Y ahí se dió cuenta de que no era el único, movió sus dedos hasta un pequeño tatuaje de un ave fénix en llamas que estaba del lado izquierdo.

𝑌𝑜𝑢 𝑠𝑎𝑣𝑒𝑑 𝑚𝑦 𝑙𝑖𝑓𝑒. // 𝑇𝑜𝑚 𝐹𝑒𝑙𝑡𝑜𝑛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora