36.

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12 de Abril.

Becca.

Me muevo lentamente entre los pasillos, veo los colores, todos parecen ser lo suficientemente lindos pero ninguno me convence.

—Me doy por vencida. —niego, logrando hacer que mi prometido se ría—, escoge tu el color.

El asiente y comienza a verlos detalladamente mientras me dirijo al siguiente pasillo; las luces.

Busco entre todos los focos una luz tenue, ya que todo será para nuestra pequeña biblioteca en casa, me gustan las lámparas pero veo una especie de candelabro que me tiene fascinada. La temática “old money y old vintage” me tiene absolutamente encantada, rebuscó entre unas luces que quiero colgar en la ventana hasta que encuentro las perfectas: son pequeños focos de luz amarilla que se sostienen de un cable pintado de dorado.

—¿Qué falta aún? —pregunta mi prometido mientras se acerca con un bote de pintura y lo mete en el carrito, seguido de él viene el joven que nos ayuda y asesora, quien carga tres latas más pequeñas de pintura, brochas, rodillos y algunos pinceles.

—¿Qué color es? —cuestiono intrigada—. Y ¿Por qué son tantas?

—Ya verás porque.

Sonrió y le doy un cortó beso en los labios.

—Creo que ya está todo. —reviso la lista—. Los sillones.

—Ya.

—La mesa, los muebles, la alfombra.

—Ya, ya y ya.

—La cafetera y las tazas.

—Ya, ya.

—Pintura. —asiente—. Luces.

—Ya y nuestras plantitas también ya.

—Creo que sólo falta lo escencial.

—Los libros. —dice y comienza a caminar en dirección a la caja—. Buenos días.

Los empleados se han portado realmente amables y pacientes con nosotros, algunos inclusive preguntan tímidamente si Tom puede darles su autógrafo y tomarse fotos con ellos, mi prometido acepta todas las veces que le preguntan, incluso habla con ellos, como si fueran amigos de toda la vida.

Giramos la pequeña ruleta del celular, que nos indica que Tom debe pagar, él me da una enorme y victoriosa sonrisa. Implementamos está solución porque Tom se rehusaba a dejarme pagar.

Salimos de la gran tienda, Tom hace que lleven al auto las cosas recién compradas, Gary (nuestro acompañante de hoy y uno de los guardaespaldas de Tom) se encarga de llevarlo todo.

—¿No querías algo más? —insiste mi prometido mientras entrelaza nuestras manos.

Niego, caminamos un poco más, aún es temprano y puedo notar que algunos locales están vacíos, la gente no suele ser muy madrugadora.

—Ven. —me arrastra hasta una cabina de fotos instantáneas.

En ella hacemos caras graciosas, algunas egocéntricas, una mostrando el anillo y la última es de nosotros besándonos. Salimos de ahí recogiendo las fotos, son cuatro en total. Las dividimos, me quedo con la del anillo y la de caras graciosas, la coloco en la funda de mi teléfono. De reojo puedo ver qué Tom pone las suyas en su celular también.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2022 ⏰

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𝑌𝑜𝑢 𝑠𝑎𝑣𝑒𝑑 𝑚𝑦 𝑙𝑖𝑓𝑒. // 𝑇𝑜𝑚 𝐹𝑒𝑙𝑡𝑜𝑛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora