Capítulo 10

496 106 38
                                    

Noche

Hyukjae estaba viendo al frente mientras manejaba, las manos le sudaban por los nervios debido a su acompañante. Fue una odisea meterlo al auto mientras gritaba que quería que lo follara duro en medio del estacionamiento, una pareja los vio y escucho. Quería meter la cabeza en un oyó como las avestruces de pura vergüenza. Se detuvo en un semáforo y respiro profundo, aflojo su corbata tratando de tener algo más de aire, Donghae había ido entretenido viendo por la ventana hasta que ese momento.

Un cosquilleo en su muslo lo hizo saltar en su lugar de puro susto, volteo a su derecha y la mano del castaño volvió a la parte interna de su pierna apretando los dedos con fuerza. Iba a quitarla cuando el semáforo cambió de color, hizo el auto avanzar en lo que rezaba para que los dedos no subieran un poco más o le daría algo.

-Me gusssta tu perfil.- Dice Donghae arrastrando las palabras, no lo voltea a ver para no apartar la vista del camino, pero apuesta que hay una dulce sonrisa que lo vuelve loco.

-Gracias.- Responde algo tímido, Hyukjae maneja con una mano para retirar con la otra el agarre del más joven en su muslo, no se resiste debido a que se entretiene con las luces del GPS. El cinturón de seguridad hace un gran trabaja evitando que se vaya de cara al frente.

-¡Quiero morderte! ¿Me dejaras?- Su voz suena aniñada e infantil pero el contexto le provoca un escalofrío, siente el calor invadirlo y la reacción desgraciadamente termina en su entre pierna. El recuerdo del cuerpo muy bien tonificado de Donghae solo empeora la situación dentro de sus pantalones, esto no debería pasar así, quizá si hubiera pedido agua en lugar del vino que le ofreció el más joven sería diferente.

-Gire a la derecha.- La voz del dispositivo ordena y el obedece al igual que el castaño quien se gira en su asiento hacia la derecha, lo más que el cinturón se lo permite. No lo puede evitar y una risa escapa de sus labios.

Cuando logra llegar al edificio de Donghae cree que ya había atravesado con lo peor de la situación, hacerlo bajar del auto fue peor. Se negaba argumentando que era muy cómodo y tibio, cuando lo pudo poner de pie se fue al frente debido a que todo le daba vueltas, no podía dar más de dos pasos sin que sus piernas se doblaran.

Lo llevo casi arrastrando entre tropiezos, balanceándose de lado a lado. Dentro del elevador lo recargo contra una de las paredes en lo que pulsaba los botones y en lo que este se cerró Donghae cayó al piso mientras gritaba porque iba a morir, completamente alterado por el movimiento del ascensor.

Hyukjae lo tomó del torso y como pudo lo levanto, lo tuvo que cargar en brazos para llegar a su puerta, agradecido con la hora que era y el hecho de que no hubiera nadie. Pero al llegar se dio cuenta de que no se sabía el código de la puerta. Se mordió el labio con frustración, si lo hubiese llevado a su casa otra cosa seria. Pensó por un tiempo hasta que una idea llegó a su mente esperando que se lograse.

Rebusco en las ropas de Donghae hasta dar con su teléfono celular, lo desbloquea viendo la imagen de un adorable cachorro de tigre, sonríe de solo verla. Toma el pulgar del castaño y lo coloca en la parte baja de la pantalla, esta se desbloquea al instante y grita de felicidad. Revisa notas para ver si de milagro está por ahí pero no hay nada, después va a mensajes tratando de no leer algo que no debe.

Ve un nombre "Donghwa" espera que sea su hermano, abre la conversación y empieza a escribir, el hombre aparece conectado así que ruega por qué le responda. Donghae estaba recargado contra la puerta con los ojos cerrados, ya le había preguntado pero los códigos que ingresaban eran incorrectos así que busco medidas desesperadas.

"¿Cuál es la clave de mi departamento? No puedo entrar 😥"

"Por última vez, 1610"

La respuesta llegó de inmediato y casi grito de felicidad, se giro hacia la puerta, tecleo el código y esta se desbloqueo abriéndose de inmediato por el peso de Donghae recargado, quien fue directo al suelo en su entrada. Hyukjae ahogo un grito antes de entrar a auxiliarlo pero parecía haberse dormido o desmayado del golpe, por pura precaución le revisa el pulso sintiéndolo contra sus dedos, la paz le inundó el cuerpo.

Entro y cerró la puerta después de mover a su acompañante hasta el sofá, una vez listo lo volvió a cargar llevándolo a su habitación. El lugar era un caos, había ropa por todos lados, la cama estaba hecha pero encima había sabanas como si se hubiera acurrucado sobre estas, las almohadas estaban en el suelo y sobre un sofa azul. En un escritorio había varios libros abiertos y otros apilados en una esquina, debía admitir que se sorprendió de que oliera a suavizante y otro aroma floral flotando por el aire. Logra colocar al más joven boca abajo en la cama, cerca de la orilla por si se vomitaba.

No sabia si debería irse o no, el otro técnicamente le dio permiso de estar ahí cuando dijo que querían que se acostaran, se quito los zapatos y el saco, drjo la corbata junto a estos en el sofá y se acostó a lado de Donghae, solo para asegurarse que no se ahogara o le sucediera algo grave. En cuestión de segundos se quedó dormido sin darse cuenta de lo agotado que estaba, creyó que ya no despertaría hasta el día siguiente, que sería como la vez pasada cuando el joven castaño despertó desorientado y apenado, esperanzado a que no se enojada por haberse tomado la libertad de dormir a su lado. Pero eso no pasó, entre sueños sintió un toque en su estómago, en sus brazos, el olor a alcohol llegó a sus fosas nasales y antes de darse cuenta había una mano dentro de su ropa interior. Se había equivocado, esa sería una noche muy, muy larga.

Stupid LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora