Capítulo 18

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Tacto

Hyukjae esta indeciso entre quedarse, irse o ponerse a acomodar los libros que están en el mueble contra la pared. Trata de no verlos pero su vista regresa ahí una y otra vez. No están desordenados pero tampoco organizados, son un bulto sobre la madera, ni siquiera fueron acomodados del más grande al más pequeño o alineados, solo estaba uno sobre el otro. Se mordió el labio con el cosquilleo en la palma de las manos y la inminente necesidad de ir a ordenas los benditos libros, podría ser una forma de disculparse con Donghae por tocarle...ahí.

Se sentía algo confundido, primero le dijo que irían despacio, después lo invita a comer ramen para finalmente dejarlo ahí casi veinte minutos. Tal vez el castaño si quería que lo hicieran o tal vez realmente iban a comer ramen. Pero no recordaba ni una sola vez en la que lo invitaran a "eso" y fuese literalmente eso. Todo el mundo lo sabía e incluso en programas lo mencionaban bastante, tanto que comenzaba a creer que sería prudente cambiar la frase.

¿Y si Donghae realmente lo invito a comer? Comida por supuesto y el salto sobre el más joven como una hyena hambrienta. Se lamento de haber sido tan idiota, el castaño debe de sentirse indignado, ultrajado e incluso violentado. El beso fue una cosa, su mano en los glúteos ya era otra. Es esos redondos y suaves glúteos ¡Estaba en muy buena forma! Sacudió la cabeza para alejar esas ideas de su mente, no podía pensar de él de esa manera, aún no.

Lo primero que tenía que hacer era disculparse, exacto, iba a pedirle perdón por mal interpretar su invitación, por ser un cretino mano larga, por tocarle donde no debía y por acomodar sus libros. Definitivamente tenía que ponerlos mínimo alineado por tamaños o iba a arrancarse el cabello, solo dio un paso hacia el librero cuando la puerta de la habitación se abrió.

Inmediatamente se irguió en su lugar, una sonrisa nerviosa se deslizó en su rostro. Camino hasta Donghae dispuesto a ofrecer una disculpa cuando el castaño lo tomó de las solapas de su saco y le estampó un beso. Sus dientes chocaron, al igual que sus cuerpos, no supo que fue más grande si el golpe o la sorpresa pero cuando lograron encajar lo olvido.

Quisiera decir que fue un roce suave, que era tierno como si así se conocieron pero solo mentiría. Fue un beso en toda la extensión de la palabra, sus bocas abiertas y sus lenguas dentro de la boca del otro, se sentía mucho mejor de lo que sonaba. Los brazos del castaño se envolvieron en sus hombros cuando se aparto, estaba algo atónito respecto a lo sucedido, más que nada era confuso, no se quejaba pero si era extraño.

—Lo siento, por dejarte tanto tiempo yo...—Murmura Donghae con las mejillas encendidas, los labios de un bonito rosado,  los ojos castaños brillantes y ¿Sus pupilas estaban dilatadas?

—No, no. Yo te toque, me sobrepase y no quiero presionarte simplemente malinterprete tu invitación. Fue completamente mi culpa, lo sé y...—Deja de hablar cuando ve una sonrisa en el castaño, se queda embobado por lo bonito que se ve.

—Esta bien, creo que ya basta de disculpas. Podemos besarnos y bueno hacer lo que hiciste.—Las mejillas pasan de un rosa suave a uno profundo que se acentúa en sus orejas. —Hace mucho que no paso de una cena, varios años de echo y realmente me gustas.—Sonríe aún más y desliza las manos  por el amplio pecho.

—Realmente...no quiero que te sientas presionado, mira yo...—Donghae lo beso de nuevo, llevo las manos hasta su cintura, Hyukjae hace lo mismo.

—Ha sido mucho tiempo y quiero tomarlo con calma pero también tengo necesidades.—No abre los ojos y apenas y se aleja, solo se permite darle un pequeño pico en los labios al joven frente a el.

Donghae ha guardado luto por tres años y ya fue suficiente, las citas sin rumbo que tuvo habían terminado. A Siwon no le gustaría verlo así, triste, deprimido y solo. Pero no debía pensar en eso, era necesario que se concentrará o mejor dicho dejara de pensar y se dejara llevar por las sensaciones. Trato de no traer a su memoria o compararlo con su ex marido, se esforzó hasta que lo logró. Cuando ambas manos lo tomaron de los glúteos en definitiva su mente se quedó en blanco, cuando las grandes manos y los largos dedos masajearon su piel sobre la tela del pantalón se permitió gemir. En realidad ni cuenta se dio hasta que el sonido resonó en sus oídos dándose cuenta de que fue el.

Donghae se armo de valor y deslizó las manos bajo la camiseta de Hyukjae, sintió la piel suave y tibia bajo sus dedos, así que hundió estos en la espalda haciendo jadear al pelinegro. Debía admitir que había cierto orgullo en el echo de que el lo provocó. Quería oír más así que pensó pensó seria buena idea si lo hacía con las uñas. Llevo las manos a la parte superior de su espalda, coloco las uñas sobre la tersa piel, las encajó antes de que el mayor reaccionará y le rasguño hasta la cintura.

Pero lo que escucho y sintió de su cita no fue un simple jadeo, sino un gemido, fuerte y claro que salio de los gruesos labios y se ahoga en su boca. Pero lo que más le sorprendió fue el bulto contra su ingle, demasiado cerca de su miembro. Entonces se da cuenta que tiene el pene erecto de un hombre, a centímetros del propio. Su cuerpo reacciona antes que su cerebro, se le eriza la piel, su cuerpos se vuelve caliente y la sangre viaja en dirección a su miembro.

Entonces sucede ese ligero roce, entre la masculinidad de ambos, es una sacudida para el, hace tanto que no estaba excitado, que no necesitaba a alguien más pero en ese momento solo quería una. Separo los labios para hablar pero Hyukjae lo hizo por el.

—Huele a quemado.—Murmura con el gesto de preocupación en su rostro. Entonces Donghae recuerda que lo había invitado a comer ramen, porque eso estaba preparando y lo dejó a fuego lento por ¿Veinte minutos? Solo pensó "Oh-oh" antes de ir a apagar el fuego de la cocina y el suyo también. Esa no era su noche de suerte.

Stupid LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora