Memorias de una groupie.

12.

☞12.

    ☞Canciones de este capítulo:
·Sweet emotion de Aerosmith.
·Shape of my heart de Sting.
·Blitzkrieg Bop de los Ramones.
·I want you de The Beatles.
·Help de The Beatles.
·Dandelion de The Rolling Stones.

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☞[Reproduce Sweet emotion de Aerosmith]

    —Vamos, Jade, tenemos un ratito libre. —me dijo Mick, abrazándome por la espalda mientras me cepillaba el cabello.

    —Ya te dije que no, ni siquiera sabes cuando va a regresar Marianne. —traté de ignorarlo, pero metió una de sus manos en la bata que traía puesta.

    Pasaban de las seis de la tarde, Marianne había salido para pasar un día tranquilo con Nicholas, y yo, bueno, se suponía que iba a salir con Denisse pero al final pasamos el plan para el fin de semana. Además, Mick me había infundado ese tipo de miedo donde, si me alejaba él sabía dónde iba a estar, estaría observando siempre, y quizás por eso no me iba de ahí. Temía que si me encontraba fuera peor.

    —¿Segura? —me vio por el espejo, mientras me masajeaba el pecho derecho —. Marianne va a regresar pasadas las diez, gatita, no hay de qué preocuparse. —acercó su boca húmeda, besándome el cuello.

    Si me negaba sabía que iba a ponerse pesado y lo más seguro era que fuera a obligarme, aunque él dijera que ya no iba a hacerlo. Quizá podía acceder, además, la forma en que me estaba tocando me acabó poniendo.

    Me vio a los ojos a través del espejo, ¿por qué a veces era tan tentador? Yo claro que gustaba de cuando teníamos rato a solas, pero lo que no me gustaba era tener que hacerlo todo rápido porque Marianne estaba en la puerta. Por otro lado, solo me gustaba cuando lo hacía por voluntad, además, aunque me gustaría decir que no era bueno era mentira, era jodidamente bueno. Con la boca podía hacerme ver estrellas, porque con lo que tenía entre las piernas dejaba mucho que desear.

    —Vale, pero no quiero que te pases. —cerré los ojos, antes de abrir la bata. Aún tenía pudor aunque no pareciera.

    Mick fue agarrando confianza, y con eso dejé que tocara otro poco. Me gustaba que fuera lento, sin prisa. Necesitaba algo de tiempo para poder arrancar, ir calentando antes de cumplirle cualquier capricho.

    Ya en confianza hicimos de todo, entre besos y uno que otro gesto fuerte, todo con tal de someternos. Dejé que me pusiera boca abajo, con él encima. Él sabía que era lo que me gustaba sentir, cuando usaba las manos de forma adecuada decía su nombre más de una sola vez y esa ocasión no fue diferente.

    —Eso, Mick... ¡Ay! —mordí la almohada, sentía que iba a quedarme en cama toda una semana.

    Fue entonces cuando lo sentí recostarse a un lado, besándome el hombro. Volteé para verlo, con una sonrisa. Sus ojos azules estaban adormilados, y la sonrisa que tenía no se le iba de la cara. Me guiñó antes de darme un beso, que era corto pero suficiente.

    —Ay, Jade, me vuelves loco. —jaló mi cintura, dejándome encima de él.

    —Deja de coquetear, Jagger. —sonreí, acariciandole el cabello. A veces era tan coqueto, tan amable. Eso me hacía sentir segura con él otra vez, aunque le costaba mucho olvidar las cosas que me hizo antes.

    —No lo sé, me gusta ser así. —me dio una nalgada, que me hizo darle una palmada en el pecho.

    —No empieces, Mick, anda, ve a tu recamara. —por cosas así me desesperaba con frecuencia, irónicamente yo era la que gustaba de pasar el rato con él, yo era quien lo acababa usando, al menos cuando estaba de buenas.