Memorias de una groupie.

8.

☞8.

☞Canciones de este capítulo:
·How do you sleep de John Lennon.
·You shock me dé Muddy Waters.
·Satisfaction de The Rolling Stones.
·Fool to cry de The Rolling Stones.

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☞[Reproduce How do you sleep de John Lennon]

A mediados de él viaje por Tánger había sido enviada de regreso a Harley House, aunque Mick la acabó acompañando. Se quedó una noche con ella, estaba a rebosar de un montón de drogas y si algo le pasaba no se lo perdonaría.

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Mick hizo a Jade levantarse temprano, ni siquiera se acabó de cepillar el cabello cuando ya la llevaba a casa de Keith. Se iba deshaciendo los nudos, mientras miraba el camino desde el asiento trasero. Se había puesto un corpiño y ahora se arrepentía por el frío, aunque llevaba una chaqueta.

Pronto ya estaban en aquella casa. Keith no sabía que era lo que haría con Jade ahí, ni siquiera sabía que Jagger iba a llevar a su muñequita a su casa.

—Joder, ¿has visto la hora? —se quejó, iba sin camisa y con él pantalón medio abierto. Anita llevaba dos días fuera, había ido de viaje a Múnich. Al ver a Jade en el auto se cerró el pantalón, mirando a la menor apenado —. ¿Qué pasó? —quiso saber ahora extrañado

—Escucha, tengo algo que hacer con Marianne y no me la puedo llevar, pero tampoco la quiero dejar sola en Harley House. —Mick estaba cruzado de brazos, mirando a Jade también —. Es una semana, así que eso, échale un ojo y no dejes que se te meta a la cama. —con lo último no sabía si bromeaba o no, pero Keith le devolvió la risa.

—Vale, vale. —le dio un golpe en el hombro y abrió la puerta de Jade, ayudándola a bajar, cargando aquella maleta.

—Portate bien, gatita, no quiero quejas. —le sonrió Mick, coqueto, besando a Jade antes de subir y marcharse.

Jade tenía frío, quería seguir durmiendo, ni siquiera le dio tiempo de inhalar algo. Keith le tomó de la mano, por lo que dejó que la llevara adentro.

—Bueno, ya que voy a estar aquí, pensaba en que Anita podría enseñarme algo de alemán. —dijo sentándose en el sofá. Jade tenía interés en los idiomas, había mejorado bastante su español y aún hablaba su lengua con fluidez.

—Anita no está, pero sí quieres ve a dormir otro rato, traes unas ojeras de miedo. —le agitó el cabello, besandole la frente.

Jade hizo caso, después de que Keith se fuera a su habitación, ella decidió quedarse en el sofá. Se acurrucó tranquilamente, haciendo uso de un abrigo que estaba ahí botado.

Cuando despertó sentía el bajón, pero no era tan fuerte como otras veces. Había procurado bajarle a su consumo, absteniéndose a otra raya cuando su cuerpo se lo pedía. Se sentó y se talló los ojos, notaba un olor a algo de carne, y tenía hambre.

Se puso correctamente el abrigo, que se arrastraba detrás, yendo a donde ese olor estaba. Vio a Keith bailando en la cocina, comenzando a dar vueltas mientras la sarten estaba en el fuego. Jade le miraba en silencio, recargada en la orilla de la puerta, mirándolo bailar al ritmo de algo de música que estaba en la radio. Era inevitable no sonreír al oírlo cantar al ritmo de la voz de Chuck Berry, mientras movía las manos, haciendo acordes en el aire con espátula en la mano.

Jade sonrió, hasta que Keith la vio. Pensó que quizá se enfadaría, pero todo lo contrario. Fue por ella y se acercó, tirando de su brazo para bailar con ella, dando vueltas mientras cantaba y se reían. Era un momento tan bonito y especial, nada iba a romperlo.