29. Rude Hours

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-Echa el freno. -Dijo con voz picaresca mientras sujetaba sus manos, las cuales estaban sobre su trasero, apretándolo para atraerlo aún más cerca de su cuerpo. -No quedan condones. El que gastamos era el último.

Jungkook se apartó unos centímetros para observarle, pensativo, mientras su respiración agitada volvía a la normalidad.

-¿Debería bajar a comprar o crees que nos estamos pasando hoy?

Jimin se mordió el labio, meditándolo, pero, lo único que hacía con esa acción era provocar aún más al maknae y él estaba al tanto de lo que ocasionaba al menor y eso solo le incitaba aún más a continuar con el juego.

Sus planes para el día se habían frustrado cuando comprendieron que sus cuerpos se necesitaban tanto como sus almas y que ya no les era suficiente besarse y acariciarse como habían estado haciendo por el resto del día tras haber hecho el amor de aquella manera por primera vez.

Incluso se sentían más conectados que antes.

Hasta habían salido a dar una vuelta para hacer algo más que pasarse el día en la cama cuando se dieron cuenta de que las horas pasaban y ellos continuaban entre las sábanas pero no tardaron ni media hora en volver cuando escucharon a alguien susurrar sus nombres al creer reconocerles.

No tardaron en huir intentando no llamar la atención para que nadie más les reconociese y, sobretodo, que no hubiesen pruebas.

Nada más entrar por la puerta, se miraron aguantando la risa y desatando el deseo cuando Jungkook no reprimió sus ganas de echarse sobre él y aprisionarlo contra la madera mientras devoraba, una vez más, sus labios ya hinchados y rojos de tantos besos ansiosos.

Se habían rendido ante la necesidad y el deseo de pasar lo que restaba de día enredados en las sábanas de su cama, mandando a paseo cualquier otro plan que hubiese surgido anteriormente en su mente.

-No, creo que está bien que vayas. -Jimin miró la hora, sobre el hombro del moreno, en el reloj de la pared. -Aún les queda un rato para llegar, date prisa. -Le susurró en el oído antes de mordisquear su lóbulo y separarse para mirarle a los ojos mientras sus manos acariciaban la parte de su torso desnudo por su camisa abierta. -Encuéntrame en la habitación cuando llegues, aunque puede ser una mala idea. -Dijo con tono cautivador tras besar sus labios y dar una pequeña mordida.

Ambos sabían que iban a contratiempo y que se la jugaban.

-¡Joder! Jimin...

Jimin comenzó a reírse.

-¿Y ese lenguaje tan obsceno? -Dijo mientras paseaba su dedo sobre su pecho. -No sabía que eras tan malhablado. -Comentó con una sonrisa perversa.

Los ojos de Jungkook se desviaron a sus labios que estaban entre sus dientes y suspiró exasperado antes de volver a devorarlos.

Le encantaba esa dualidad que poseía y que era capaz de cautivar a hombres y mujeres por igual: Atrevido y descarado, tierno y lindo. Podía ser cualquiera de ambas partes de su personalidad y todas ellas le atraían como abejas a la miel, dándole ese aspecto tan interesante que llamaba la atención de cualquiera.

-Deja de ser tan atrevido o no podré detenerme ahora. -Le dijo, apartándose bruscamente de él y recogiendo sus cosas rápidamente para salir del apartamento.

Jimin soltó una pequeña risa antes de correr al cuarto a esperarle.

Ni diez minutos después, Jungkook abría la puerta, listo para un último asalto.

Se dirigió directamente a la habitación y vio al rubio sobre la cama, invitándole a acercarse a él con una mirada lujuriosa que no se había apagado en ningún momento mientras aguardaba a solas. Avanzó hasta la cama, dejando la bolsa sobre la mesita, y se situó sobre él, con piernas y brazos a su alrededor, apoyadas en la cama, impidiéndole la huida.

Beyond ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora