El constante ajetreo se hacía eco en la habitación y la luz del sol penetraba a través de las cortinas y la ventana, ahora abierta para ventilar el cuarto.
Siendo imposible seguir durmiendo, Jimin intentó abrir los ojos pesadamente, parpadeando varias veces por el sopor que aún pesaba en su cuerpo, e intentó moverse pero el peso de un brazo sobre su cadera le impedía hacerlo con soltura, así que, se estiró un poco para desperezarse echando su cabeza hacia atrás mientras bostezaba. Al conseguir abrir los ojos, se topó con la imagen de su acompañante, quien se removía molesto, despertando poco a poco de su sueño, y tiró de él, acercándole, para acomodar su cabeza. Jimin se detuvo un instante, sorprendido por su movimiento, y sintió el calor emanar del cuerpo contrario, acunándolo para dormir de nuevo; una clara señal para no levantarse todavía.
Jungkook, quién estaba agotado, notaba el sol alumbrando su rostro con tanta fuerza, al igual que el sonido del alboroto a su alrededor que, sin ser aún consciente, apretó su agarre en la cadera del mayor y tiró de él para acercarlo y así poder esconder su cabeza contra la suya, disminuyendo el paso de la luz. Jimin se tuvo que acomodar entre el hueco de su cuello y su pecho, acelerando un tanto sus latidos.
La noche anterior, a Jungkook le costó mucho pegar ojo, pues, en su cabeza, no dejó de reproducirse el beso, lento y sobrecogedor, que había obtenido de los labios de su hyung, por lo que, aunque sus ojos se cerraban, su cerebro no quiso desconectar mientras la culpa le martilleaba la conciencia por haber disfrutado mientras su cuerpo aún se estremecía por su tacto, creando las reacciones que tanto intentaba evitar. Por eso, cuando abrió los ojos y vio a Jimin tan cerca de él, con su rostro prácticamente escondido, respirando suavemente contra su cuello y su cuerpo tan pegado al suyo, sus mejillas se enrojecieron y sus pulsaciones aumentaron. No sabía muy bien qué le causaba esa imagen pero una sensación de revoloteo se instaló en su estómago, dejándole sin respiración. El mayor, al notar la tensión que se había creado en su cuerpo, abrió los ojos y levantó la mirada para observarle mientras se frotaba los ojos para desperezarse, dándole una imagen demasiado tierna que Jungkook no pasó por alto.
-Buenos días. -Saludó con una amplia sonrisa, descolocando un poco al menor por su reacción tan natural tras lo sucedido la noche anterior.
Para Jimin, daba igual el ruido que hubiera alrededor, él solo parecía centrarse en los castaños ojos del maknae, quien le observaba con una pizca entre fascinación y miedo.
-Uhm... Yo... B-buenos días. -Respondió tartamudeando al notar la cercanía de sus labios mientras se relamía los suyos propios, enfocándose solo en esa zona y olvidando, por un momento, todo lo demás.
Jimin, al ver su mirada enfocada en su boca, se mordió el labio y torció un poco la cabeza mientras comenzaba a acercarse sutilmente, hipnotizando con el movimiento al menor, quién no se movió del sitio, esperando por lo que sucediese.
-¡Buenos días, tortolitos! -La voz de J-Hope deshizo el ambiente que habían creado y les sobresaltó de tal modo que, Jungkook, al echarse hacia atrás para separarse de Jimin, golpeó su cabeza contra la pared, avergonzándose en el acto y creando la risa del más mayor, quien se dio la vuelta para alejarse de ellos mientras se reía por su torpeza.
-Hola, Hobi. -Saludó Jimin, aguantando la risa que se formaba en su garganta. El maknae se rascó la nuca, observando la cama sin atreverse a mirar a Jimin, quién dirigió su mirada al pequeño con una gran sonrisa en su boca. -Anda, vamos. -Agarró su mano y le ayudó a levantarse de la cama para ir a prepararse para desayunar.
Ninguno comentó nada ni se refirió en ningún momento a lo sucedido entre ellos mientras se cambiaban ni cuando fueron con los demás, donde se miraron un momento a los ojos y, sin decir nada, se separaron, yendo Jimin junto a Taehyung a la mesa y Jungkook con Jin a la cocina.
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Beyond ~Jikookmin~
ФанфикCuando alguien forma parte de una banda que comienza a crecer sin detenimiento, su vida cambia de un momento a otro y su crecimiento, tanto personal como profesional, forman parte del mismo proceso de madurez, sobretodo, cuando comienzan muy jóvenes...