Encrucijada

105 9 1
                                    

Capítulo 15. Encrucijada

Durante años esperó ese día. Lo imaginó de muchas formas diferentes, mas no de esta. Sakura podía ser increíblemente lista para todo, pero también era una ingenua en sus fantasías. Por supuesto que el día que se reencontraran con Sasuke no sería como una de las cursis películas que a ella tanto le gustaban. En la vida real, ser amigos no era suficiente para dejar atrás los rencores antiguos. No existían las fantásticas epifanías que enmiendan las crisis y enderezan lo torcido como por arte de magia.

En la vida real nada nunca era fácil.

Quería que pararan ya. Estaba al borde del llanto y ellos dos cada vez estaban más golpeados. ¿A qué Dios se le ocurrió que era buena idea que imbéciles como Naruto y Sasuke tuviesen tanto poder? ¡Ojalá se les atrofiaran los sistemas de chakra para que dejaran de hacerse daño el uno al otro!

Pero no podían escucharla. Esa vez, cuando Tsunade les dijo lo que Sasuke había hecho, no pudo creerlo; el Sasuke que ella conocía era frío pero no desalmado. Aceptó que todo era real hasta que se toparon con Hinata en camino a rescatar a su hermanita; entonces temió que ya no quedara nada del chico al que le pertenecía su corazón. A pesar de que lo amaba en serio, en ese momento no pudo pensar en nada para justificarlo. El Sasuke al que amaba no iba por la vida secuestrando chicas para sacarles los ojos.

Mientras sanaba la herida de Itachi, él le dijo que todo ese desastre era por su causa. Que Sasuke lo estaba haciendo para que él recuperara la vista. Itachi insistió en que Sasuke no era malo. Por primera vez no la conmovieron sus circunstancias. Por primera vez lo encontró patético. Fue una sorpresa hasta para ella. Era cierto que la chica, Hanabi, estaba ilesa; pero si estaba sana y salva no fue porque Sasuke hubiese reconsiderado sino porque se la quitaron a la fuerza. Aquí era donde Sakura trazaba la raya. Si sus ojos hubiesen servido y Sasuke los pidiera, ella encantada se los habría dado, ¡se clavaría un puñal en el pecho y se sacaría el corazón si eso lo hiciera feliz! Pero la imagen de Hanabi aturdida y temblando aun cuando ya estaba entre sus familiares volvía a aparecer en su cabeza. Finalmente Sasuke hizo algo que ella no podía dejar pasar.

Quizá era hora de que se le callera la venda de los ojos.

Él simplemente no amaba como ella lo hacía.

La absurda e insensata pelea llegó a su fin. Los dos estaban en mal estado. Los dos se recuperarían sin secuelas. La experta en ninjutsu médico del extraño grupo que terminó ayudándolos se acercó a apoyarla. Sakura le dio las gracias y se odió a sí misma porque en el fondo, le dolía más ver herido a Sasuke que a Naruto. ¿Por qué amarlo la hacía tan mezquina?

Los regañó a ambos con toda la severidad que pudo conjurar, que al final ni fue tanta. Las lágrimas se le siguieron escapando mientras sanaba a Sasuke, eran una mezcla de alivio e impotencia. Lloró con más fuerza cuando escuchó que Naruto prometía no seguirlo más, pero notó también que el alivio seguía ahí.

Inevitablemente, el proceso de sanarle las heridas llegó a su fin, y con eso, la ineludible despedida también. Justo como temió, Sasuke no recibió ninguna epifanía que de pronto lo hiciese desear regresar a Konoha y rendir cuenta de sus crímenes. El pelinegro estaba marchándose otra vez sin mirar atrás. Sin voltearse a mirarla mientras ella no dejaba de verlo.

—Sakura-chan... —Murmuró Naruto. Ambos estaban viendo alejarse al criminal que era su amigo. —Lo que sea que decidas, yo te respaldaré.

Ella parpadeó confundida.

—¿De qué hablas?

—Vete con él. Yo lo comprendo, ya no soy un crío. Lo amas, y eso está bien. Siempre te causamos problemas porque nosotros hacemos lo que queremos, por eso nunca haces lo que tú quieres. Creo que Sasuke te necesita. Puedes seguirlo si es lo que quieres. Yo calmaré a la vieja y me aseguraré que no mande cazadores.

Hechizo NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora