El potencial de Hinata

78 12 3
                                    

Capítulo 7. El potencial de Hinata

Al abrir la puerta de la florería tuvo que cerrarla y buscar el cartel para ver si no se había equivocado de establecimiento. La mujer en el mostrador lo veía muy apenada.

—Lo siento, querido, pero ya no tenemos flores.

—Había hecho un pedido para hoy. —Musitó, era difícil asimilar que una florería se hubiese quedado sin flores.

—Lo sé. —Exclamó la señora mortificada. —Alguien compró todas las flores mientras estaba en mi descanso y mi esposo olvidó separar los encargos especiales. Nunca nos había pasado algo así antes. —Naruto se quedó boquiabierto ¡¿quién compra una florería entera?! Al menos debieron respetar las orquídeas que encargó especialmente para el día en que Hinata saldría del hospital, ¡no era justo!

Resignado, se encaminó al hospital. Al llegar, notó que había cierta conmoción en el aire, emocionados murmullos que llegaban hasta sus oídos y se acallaban conforme avanzaba por los pasillos... tuvo la extraña sensación de que las enfermeras lo veían con más interés que otros días, una de ellas incluso le sonrió y le dijo que "estaba de su parte", pero él no sabía de qué hablaba.

Abrió la puerta del cuarto 217 y un desquiciado aroma floral le golpeó la cara, al principio creyó que se había confundido de habitación, pero no fue así, ¡la florería entera estaba en la habitación de Hinata! Frunció el ceño cuando vio que Kaname Murasaki también estaba ahí, el sujeto sonreía con satisfacción mientras una abochornada Hinata intentaba explicarle por qué no podía aceptar las flores. ¿Dónde estaba Neji Hyuuga cuando lo necesitaban? El primo jamás habría permitido que eso llegara a tanto. Naruto ignoró por completo la presencia del tipo, saludó a Hinata con la efusividad habitual y se tomó el atrevimiento de ir a sentarse en la cama, al lado de Hinata, y entre ella y Kaname, pues el otro ocupaba el único banco que había en la habitación. Le generó satisfacción extra el que ella pareciera agradecida de que él estuviera ahí.

—Gracias, de verdad, pero esto debe ser una molestia para las demás personas que trabajan aquí, es incómodo para mí aceptar todas estas flores que apenas y caben en la habitación. —Se excusó ella. A Naruto le habría gustado decirle que no debía de ser tan cortés cuando alguien se comportaba de forma irracional. Recorrió nuevamente la habitación con la mirada, hasta habían introducido muebles para acomodar la absurda cantidad de flores, no pudo evitar preguntarse a dónde se había ido la cero tolerancia a la indisciplina de la que Tsunade tanto hablaba en los hospitales.

—Eres mi salvadora, si no te gustan las flores puedo reemplazarlas por cualquier otra cosa, lo que sea.

—Era mi trabajo, Kaname-san. No necesito nada. —Contestó con suavidad.

—Comprendo. —Musitó el de cabello caoba, a Naruto no le pareció que comprendiera nada. —Entonces concédeme una cita. Vayamos juntos al festival, dame una oportunidad para cortejarte apropiadamente.

Todas las alarmas se encendieron en la mente de Naruto, y ni siquiera estaba seguro de por qué, pero el tipo ese iba en serio con ella. Sabía que estaba siendo sincero porque su atmósfera era una muy diferente a la que exhibió en su fiesta de cumpleaños... le molestó que no fuese petulante. Y le dolió que Hinata estuviera teniendo dificultades para rechazarlo. ¿Dónde mierda se había metido Neji?

—Parece que no sabes cuál es tu lugar. Hinata-chan es una de las kunoichis más poderosas de la aldea y pertenece a la familia más respetable, no tienes derecho a... —La palabra se le atoró al salir, pero se obligó a pronunciarla. —A cortejarla. —Habló con seriedad. No tuvo tiempo para examinar la reacción de Hinata porque estaba concentrado en Kaname. El sujeto sólo sonrió.

Hechizo NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora