La verdad

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Una disculpa a los buenos shinobis de Kumo (la Nube), por alguna razón asumí que ellos fueron quienes planearon el secuestro de Hinata cuando niña y robaron el Byakugan en otra ocasión, siendo que los verdaderos villanos venían de Kiri (la Niebla), pero tendremos que desviarnos de la trama original porque me di cuenta de mi error muy tarde.

Capítulo 2. La verdad

Neji sabía que no debía estar ahí. Había ido a la habitación de su prima para comentar sus inquietudes, llamó a la puerta y no recibió respuesta; llamó cuatro veces más y nada. Comprobó con su Byakugan que ella no estaba y contempló la posibilidad de esperarla en el pasillo, pero no estaba bien visto que un joven merodeara los aposentos de una señorita, aun si él era su guardián, en el clan no importaba que fuesen primos pues las relaciones consanguíneas amorosas no estaban prohibidas. Ya suficientes malos rumores había alrededor de su prima como para que él fuese el origen de más. Así que en contra de todo su buen juicio, entró a la habitación para esperarla. Ningún Byakugan tenía permitido fisgonear en la habitación de la heredera, así que nadie lo vería ahí.

Las horas pasaron y él se impacientó, ¿qué hacía una señorita decente fuera de su habitación a altas horas de la noche?, ¿hacía esto con frecuencia? Estaba a punto de ir a buscarla cuando la ventana se abrió y la silueta de su prima se deslizó dentro de la habitación con agilidad. No le pasó desapercibido el brillo en su palma derecha ni la izquierda en su bolsillo de armas.

—Ne-Neji-niisan... ¿qué estás haciendo aquí? —Por supuesto que estaba sorprendida de que él estuviera ahí, su palma ya no brillaba y su mano abandonó su bolsillo de armas.

—Esperándola, Hinata-sama. —Contestó inmutable.

—Sin el "sama", por favor, ya hemos hablado sobre eso. Los honoríficos no son necesarios. —Dijo ella apenada.

Un día de repente a su prima se le ocurrió pedirle que eliminara el sufijo honorífico de su nombre ¡como si él pudiera hacer eso! ¿Cómo la llamaría entonces? No eran iguales. Suficiente escándalo se hizo cuando convenció a los sirvientes de la cocina de que quitaran los honoríficos con ella. Todos estaban locos. Y alguien tenía que darle su lugar a Hinata-sama en esa familia, aun si ni ella misma lo hacía.

—¿Dónde estaba? —Total, ya estaba ahí para pedir explicaciones. Ella se puso nerviosa y comenzó a juguetear con sus dedos índices, hacía mucho que no la veía hacer ese gesto.

—Este... yo... pues... salí a dar un paseo y me quedé dormida.

Neji sintió que le iba a dar algo.

—Por favor sea consciente de su posición y evite ese tipo de conductas en un futuro. No es seguro que usted ande sola en la noche por las calles, podría ser peligroso, Hinata-sama.

—Hermano, sin el "sama" —se quejó Hinata. —Ya tengo diecinueve años, y soy ANBU, no me va a pasar nada. —Justificó.

—Usted sigue siendo una chica, Hinata-sama. —Refutó él. Hinata suspiró, se acercó lentamente y se puso de puntitas para quedar casi a su altura, colocó sus manos sobre sus hombros. Neji fue escandalosamente consciente de su cercanía a pesar de que sólo sus manos lo tocaban. Ninguno de los dos había encendido la luz, aunque los ojos Hyuuga no la echaban en falta.

—Dime cuántas veces tengo que pedírtelo para que me llames sólo Hinata. —Murmuró viéndolo a los ojos. Neji carraspeó y puso una distancia prudente entre ellos de por medio.

—No es apropiado.

—¿No crees que ya estamos más allá de lo apropiado? —Reflexionó ella. Neji no comprendió a qué se refería. Ella se sentó en el suelo, apoyando la espalda en el borde de la cama. —¿Qué ocurrió para que estés aquí?

Hechizo NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora