Capítulo 17. Mater
Neji estaba estresado. ¿Qué era lo que estaba haciendo mal? Hinata ya se sentaba en el lugar que le correspondía en el salón de las Camelias, ya asistía a los entrenamientos en el clan, ya estaba pasando tiempo de calidad con los miembros del Consejo... las cosas con Hiashi seguían igual pero a Neji no le parecía que fueran a solucionarse del todo, así que con eso último simplemente se resignó. Creyó que las cosas por fin estaban sucediendo como deberían.
Luego llegó Naruto a decirles que no habían cambiado y seguían maltratando a su prima. Neji quería que los Hyuuga funcionaran para ella y creyó que justo eso estaba ocurriendo. Esta vez fue Kou quien lo sujetó del brazo cuando intentó seguirlos al Ichiraku, su primo era varios años mayor que él pero no solía interponerse en el camino de Neji. Fue Kou quien le dijo que Hinata sí estaba más delgada. ¿Por qué él no lo notó si Neji era su guardián y quien debía ser su mejor sirviente? Estaba tan encaprichado en que todo el asunto funcionara, que veía lo que quería ver en lugar de lo que era en verdad.
Visitó las cocinas para preguntar si era cierto que Hinata no comía y la señora encargada lo tomó de los brazos y le suplicó que permitieran que su señorita al menos desayunara con ellos. Era el colmo que la preciada princesa del clan no hubiese sido capaz de terminar una sola porción decente desde que comenzaron a llamarla de esa forma y nadie hizo nada para remediarlo. No eran su familia. Eran sus carceleros.
¿Por qué Hinata no decía nada?
Esperó por ella en el pasillo que daba a su habitación, a una distancia prudente de su puerta. En cuanto la escuchó acercarse, se arrodilló.
—Neji-niisan. —Ella lo llamó, preocupada por lo que él estaba haciendo.
—Perdón.
Ella terminó de acercarse, él no se movió y mantuvo la cabeza agachada.
—Neji-niisan... Naruto-kun exageró, no tomes en serio sus palabras. Vamos, levántate, sabes que no tienes que hacer esto. —Pidió con amabilidad, con paciencia, porque Neji ya sabía que ella odiaba cuando hacía eso.
—Por favor, dígame qué estoy haciendo mal. Prometo corregirlo.
—No estás haciendo nada mal y nada de lo que ha pasado es responsabilidad tuya.
Naruto tenía razón. Hinata debía dejar de ser amable con ellos. Las rodillas de su prima entraron a su campo de visión y tuvo que alzar la cabeza para ver con horror que ella se había arrodillado con él.
—Quiero ser un buen sirviente, pero no paro de cometer errores. —Se sentía desesperado. Hinata lo veía con esa mirada limpia, libre de juicios, libre de reproches. Él no merecía eso.
—Dices eso pero... no es eso lo que quieres en realidad, ¿no es cierto? —Habló con tal serenidad, que Neji se sintió como el niño que hablaba con un adulto sabio por primera vez.
—¿Hinata-sama? —Él genuinamente quería ser su sirviente. Ella sonrió, como si ya lo supiera todo y él no pudiese esconder nada de esos ojos. Volvió a sentir lo mismo que cuando la vio en su visita a Sakana, ella tenía otra vez esa aura extraña. Hinata le puso una mano sobre la cabeza, agitándole un poco el cabello.
—Tú no quieres ser mi sirviente... lo que tú quieres es ser mi familia y eso está bien y me hace feliz. También quiero eso. Perdóname por preocuparte de esta forma, prometo que me esforzaré más para conseguir lo que queremos. Anda, ayúdame a levantarme.
Hinata le tendió la mano y él se apuró a obedecer, no era que ella necesitara ayuda, sino que ahora se permitiría ser ayudada.
—Gracias. —Agradeció Neji. De alguna forma se sentía reconfortado.
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Hechizo Nocturno
FanfictionEl Clan Hyuuga necesita cambios inminentes. Un Byakugan especial camina nuevamente entre ellos pero no pueden verlo. Hinata ha recibido un entrenamiento especial y está dispuesta a hacerse a un lado para que todo mejore, sin embargo, una misión en c...