JiMin estaba rojo. Tan rojo como un tomate, pues Min YoonGi había escuchado sus pensamientos, mientras él se encontraba en silencio.
-B-buenas noches, gerente Min.
JiMin hacía lo posible por no demostrar su nerviosismo, pues sabía que eso significaba que estaría perdido. Aún así, no pudo evitar tartamudear.
-La otra vez, no nos despedimos como se debe.
YoonGi acortaba la distancia entre ambos cada vez más. Esto sumado a su ronca voz, causaban un escalofrío en el menor que le ponía nervioso, a pesar de ya no tener tantos sentimientos hacia el gerente.
-G-gerente Min, respete mi espacio-dijo el menor mientras se alejaba del peli negro. Este último, frunció el ceño.
Min YoonGi hizo oídos sordos y siguió acercándose al menor, llegando al punto de estar contra la pared. Susurró en el oído del secretario de ropas moradas.
-Sé bueno y abre las piernas para Daddy~
Mordió el lóbulo del oído del menor, obteniendo un jadeo por respuesta del menor.
JiMin comenzaba a caer. El corazón le latía fuertemente, su nerviosismo comenzaba a incrementar, pues presentía que iba a pasar de nuevo. Comenzaba a sentir la corriente de electricidad de siempre, cada que YoonGi se comportaba de esta manera, diciendo esas palabras. Se limitó a cerrar los ojos. Era mejor no verle, por el bien de su autocontrol.
YoonGi sonrió, su sonrisa de lado celebraba su victoria. Condujo sus manos por debajo de la camisa del sometido, causando reacciones en el menor. El torso de JiMin se retuerce frente al tacto frío de las pálidas manos del gerente. Las cosas comenzaban a calentarse más cuando YoonGi quería arremeter contra su entrepierna.
-M-Min YoonGi, es el día de tu boda. Todos te están esperando allí afuera, t-temo que no-
-Secretario Park, ¿sigue con eso?-el secretario observó confundido -Llevas tiempo haciéndote el difícil cuando, mierda, no eres más que una puta.
Toda la frustración y el estrés que llevaba acumulando el gerente Min desde hace un tiempo, explotó en ese "no eres más que una puta". Por fin tenía la oportunidad de expulsar la carga, pero el secretario le estaba poniendo trabas. A Min no le gustan las objeciones.
Aquel comentario hizo que JiMin retome la compostura y enderece su espalda. Le hizo recordar por qué estaba evitando a Min YoonGi: porque era un imbécil egocéntrico que sólo sabía pensar con la polla.
Estaba enfadado y su mirada lo confirmaba. Se olvidó de sus inseguridades, de su excitación y fue capaz de mirarle a los ojos sin temores y de levantar su mano izquierda, lista para aterrizar en la mejilla del peli negro, tal como la otra vez. Estaba feliz porque golpearía a ese tan venerado gerente, otra vez.
Y así fue. El sonido del manotazo fue más agudo que cuando estaban en la oficina. Podías sentir el picor en tu mejilla con solo escuchar ese placentero sonido. YoonGi quedó con la cara volteada, teniendo una mirada indescifrable, perdida. En su mejilla, comenzaban a dibujarse de color rojo los cortos dedos del secretario.
-Gerente Min, hoy vine aquí para decirle adiós.-YoonGi sólo escuchó, siendo incapaz de mirarle. Se sentía pequeño. No recordaba la última vez que se sintió así; bueno, también se sintió así cuando JiMin le cacheteó por primera vez. -Y así será.
-La señorita SuRan está esperando por usted, espera por no ser abandonada en el día más importante de su vida. Gerente Min, por última vez, déjeme en paz por fav-
JiMin no terminó de dar su charla, fue interrumpido por el repentino agarre del mayor. JiMin sintió la presión en sus labios y la lengua del opuesto chocar bruscamente con la suya. No fue nada gentil, parecía mas bien, una pura y dura mordida.
ESTÁS LEYENDO
• I N F O R M A L • yoonmin +18
FanficJimin, muy enamorado y con ganas de follar, comienza a hablar con el infiel gerente, Min Yoongi, por chat, un chat hot. Se pasan nudes, audios, fotos y más. El gerente del área de compras, Min Yoongi, piensa que son completamente desconocidos, pero...