II

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Era día de paga, aquel diseñador tan prestigioso iba a descansar por fin, luego de una ardua semana de trabajo. Alto, de tes algo morena, mandíbula bien definida, cabello largo peinado hacia atrás y bien perfumado, Kim Taehyung siempre se ha caracterizado por estar siempre a la moda, usaba la ropa que él mismo diseñaba. Se veía masculino y elegante, y a donde sea que vaya, siempre lograba robarse las miradas de las chicas (y uno que otro hombre).

Iba a su casa apurado, pues sus antiguos amigos del colegio estarían esperándolo en el bar de siempre. Cogió las llaves y salió de su casa, iba a ser una larga noche, era viernes y él tenía planeado quedarse bebiendo hasta el sábado, e irse a tempranas horas en la mañana de ese día.

Normalmente iría con su novio, Jungkook, pero ya pasaba mucho tiempo con él y quería divertirse como antes lo hacía, antes de que Jungkook entrara a su vida.
Jungkook es alguien muy inseguro, él ama mucho a Taehyung y tiene miedo de quedarse solo, sabe y está consciente del atractivo de su novio, sabe que todos los días recibe miradas y declaraciones de otras chicas; es por eso que siempre le escribe y le llama al celular seguido, eso a Tae ha llegado a molestarle, pero no puede reprocharle nada a su novio, porque lo ama.

Taehyung estaba con sus amigos, pero estos se fueron, dejándolo solo y con una copa con fino vino en la mano, viendo al hombre de la barra preparar cocteles ágilmente.
Estaba muy aburrido, hasta que llega un chico a sentarse a su lado.

—Puedo?–

Tae sólo asintió con la cabeza sin decir nada, seguía aburrido; pero sabía que dejaría de estarlo en cuanto empezaran a hablar.

—Por qué estás solo?–

—Mis amigos se fueron.

Taehyung notaba que el chico era menor que él, se veía en la mirada del opuesto según él. Tae no podía dejar de preguntarse qué es lo que hacía un adolescente en un bar como ese, porque sí, era un bar gay. Perfectamente, él podría ir en la misma clase que su hermano menor, era sorprendente porque ese bar tenía la mala fama de ser un prostíbulo, además que mucha de la gente que iba ahí, pertenecía a mafias o cosas por el estilo.

—Tú por qué estás solo? Ve a casa, acá se hacen cosas que no puedes ver.– Le dijo Taehyung algo serio, sin llegar al regaño.

—Agh, cálmate, sólo es una salida.– Respondió quejándose el otro individuo, a lo que Tae dejó de preocuparse, era un niño todavía y no iba a entender. Justo como le gustaban.

—Niñatos.–
Murmuró el mayor; acto seguido, pidió otra copa de vino y se la dio al otro, ignorando el hecho de que era menor de edad, y que él mismo le había dicho que ese lugar era peligroso.

—Toma, yo invito.

El menor no dijo nada y empezó a beber.

—Y, ¿cómo te llamas?

—Hoseok, Jung Hoseok

Parecía mentira, pero Hoseok pudo entablar una conversación interesante con Taehyung, los dos se estaban divirtiendo y emborrachando a la vez.

—Vamos a un hotel.

Decía entrecortado el ebrio Taehyung estaba hablando, de repente pensó que estaba con su chico Jungkook, esto gracias al alcohol, el cual no debió beber en exceso. Hoseok todavía mantenía algo, un poco de cordura; ya que llevaba menos tiempo bebiendo, aunque estaba casi igual de ebrio que Tae. Así que Hoseok aceptó, de todas formas, no era su primera vez.

Llegaron, entraron al cuarto por el que habían pagado y empezaron.

Taehyung lo tumbó y apoyó contra la cama fuertemente y empezó a besar desesperadamente el cuello del menor, el alcohol hacía que le dieran más ganas de. Hoseok cerró sus ojos y estiró su cuello, dejándole más espacio a Taehyung para que pueda besar y morder. En unos segundos, Hoseok andaba desnudo de la parte superior, Tae frotaba su pecho con placer, recorría su cuello y pecho con su lengua, lamía y jugueteaba con los pezones del opuesto usando su boca. Hoseok jadeaba, hacía tiempo que no lo hacían sentir de tal manera.

—Te haré mío otra vez, Jeon Jungkook

Dijo el inocente Tae, Hoseok ignoró esas palabras e incluso ni las escuchó, Taehyung se sacó la camiseta, dejando al descubierto su marcado abdomen moreno bien trabajado. Lo besó luego de dejarle el cuello enrojecido, ambos chocando sus lenguas estaban. Hoseok, entre el beso, logró bajarle el pantalón lleno de estilo que traía, es así que frotó su miembro erecto. Taehyung jadeaba con su sensual voz gruesa, mientras mordía los labios de Hoseok. El más alto hizo lo mismo con Hoseok, sólo que con más intensidad, lo tocó con un ritmo más apurado mientras le sacaba gemidos al otro.
En cuestión de minutos, Hoseok estaba de piernas abiertas, boca arriba y gimiendo en coordinación con las fuertes estampidas que Tae le daba. Taehyung sostenía las piernas de Hoseok, colocándolas alrededor de su cintura, quería que el de abajo viera cómo era penetrado. El sudor de ambos caía en pequeñas gotas, pasando por encima de sus piernas para mezclarse al chocar; los muslos de Tae se marcaban de tal forma, que podías ver la fuerza con la que se movía reflejada en ellos. Hoseok, al cabo de un rato, ya se habría corrido varias veces. Los gemidos y las agitadas respiraciones de ambos eran elevados, ese cuarto era un mar de gemidos y jadeos.

Luego de unas horas, Tae se dio por satisfecho y terminó corriéndose en el interior del otro. Ambos dieron el último suspiro y se recostaron en la cama. Se quedaron dormidos, todavía no sabían que, al despertar, no se sentirían tan bien como esa noche.

—D-Dónde estoy?

Decía Taehyung perdido al despertar, abriendo sus ojos con dificultad, encontrándose desnudo y con un adolorido Hoseok, todavía durmiendo. Rápidamente se levantó de su cama y se vistió, no recordaba lo que había hecho esa noche ni cómo había llegado ahí; pero sí tenía muy claro que le fue infiel a su amado Jungkook.

Desde ese momento, Taehyung sintió culpa, pero también rencor hacia Hoseok. Así que se fue de ese lugar para ya nunca más volver a verlo; él no quería serle infiel a su novio, la culpa era de Hoseok después de todo, ¿no?

• I N F O R M A L • yoonmin +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora