☆Revisada ✌
En este mundo sólo el dos por ciento tienen poderes.
Me llamo Mike y de todos mis hermanos soy el único que tiene poderes. A los 15 recibí un mensaje para ir al colegio para la gente con poderes y allí conocí a mis amigos; Raptor, Sparta...
Otro día más, otra aventura que vivir aquí en esta escuela. Solo habíamos enseñado nuestros poderes, pero ahora tocaba hacer una "clase". Como dije, nunca he ido a clase ni ninguno de mis compañeros, pero hoy era el primer día de clase. Bajamos a la sala donde habíamos estado ayer y nos sentamos en nuestros sitios. Otra vez la mesa de madera coja... Raptor: ¿Por qué tiene que ser de madera? La madera transmite muy bien el fuego y por eso peligra. Lo digo por muchas experiencias. Rius: Pues intenta no quemar la tuya. Raptor: ¡Con estos guantes nuevos no puedo quemar nada! No siento ni mis manos. Raptor se resbaló él solo y se apoyó encima de una de las mesas y, de pronto, fuego. Raptor: ¡Ey, no he perdido mi poder! Sparta: Y aquí hay trabajo que tengo que solucionar. Mira, por lo menos no es tu mesa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rius: ¡Mi mesa! ¿Pero por qué no te caes en la tuya? Raptor: Bueno, dijiste que intentase no quemar la mía y no la he quemado. Tranquilo que lo he hecho sin querer. Sparta: Ya lo soluciono yo, como siempre... Raptor: Oye, pues el guante se ha quemado un poco. Yo miraba desde atrás como Ela, que se reía de la situación. Ela: ¡Eres un torpe y eso es gracioso! ¡Luego, quema otra mesa más! Ela en realidad era algo mala, aunque no lo pareciese. La mesa quedó más quemada que la puerta de la habitación y, justo en ese momento, entró el director. Al igual que Sparta, se desesperó. Señor D: Te gusta quemar las cosas, ¿verdad? Lyna: Oye, profe, ¿es qué no hay más profes en este colegio? Señor D: Por lo que se ve, no. Hay un par más que yo que os darán algunas clases. Y de eso os quería hablar; hoy vais a tener una "pequeña" clase de educación física, pero no es eso exactamente. Vuestro profesor es el Señor Waltk. Después de dar una clase de matemáticas, os bajareis con él al patio. La clase de matemáticas era bastante aburrida. Nunca la hubiese imaginado así. Yo era bueno, pero explicaba rápido y había llegado a cosas que eran muy difíciles. Mis compañeros no parecían entender nada, todos menos Mayo que contestaba a todo lo que preguntaba. La hora entera de matemáticas fue como si hubiésemos estado cuatro o cinco. Cuando bajamos, vimos a un hombre en el patio que era alto, muy alto, delgado, muy delgado, con pelo corto, ojos amarillos, moreno y extraño. ??: Mi nombre es Theo Waltk, pero me llamareis Señor Waltk. Yo seré uno de vuestros profesores y hoy os voy a enseñar algo que os gustará... O no. Pero, antes de empezar, corred tres vueltas al colegio entero. ¿Sí? Raptor: ¿Vale supervelocidad? Señor Waltk: No. Mike: ¿Y telestransporte? Señor Waltk: Tampoco. ¡Chicos, sin poderes! Corrimos las tres vueltas y llegamos medio muertos. Acenix iba saltando por las paredes del edificio y parecía menos cansado que nosotros. Acenix: Estoy igual de cansado que vosotros, pero, si muestro debilidad, terminaré siendo débil. Al llegar, trajo una pizarra grande y un rotulador y empezó a dibujar cuadradito tras cuadradito y arriba uno muy grande. Señor Waltk: Os voy a ir señalando y necesito vuestro nombre y poder. Sobre todo el poder. Señaló a todos hasta que terminó. Después, apuntó en los cuadrados de abajo unos dibujos algo mal hechos. Señor Waltk: ¿Sabéis que es esto? No lo vais a adivinar. Lyna: Es una competición. Señor Waltk: Sí. ¿Cómo lo has sabido? Lyna: Te he leído la mente, literalmente.
