Salva la ciudad

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La campana volvió a sonar a las ocho de la mañana y nos despertó a todos. ¡Qué rollo! Me dio mucha pereza levantarme de la cama y salir de mi cuarto. ¡No era posible! Mi cuarto estaba otra vez desordenado entero y acababa de llegar. ¡Jo! Abrí la puerta con más pereza y bajé abajo solo. En cambio, en la clase no había nadie. Me teletransporté arriba de nuevo para ver si me había equivocado y seguían en sus cuartos.
Mike: ¿Lyna? ¿Acenix? ¿Hay alguien?
Nadie dijo nada. No había nadie en aquel lugar y no sabía dónde estaban. En un ataque de pánico, subí con mi poder al piso donde habíamos estado el día anterior para ver si allí había alguien. Empujé la puerta y esta se cayó hacia atrás; estaban allí.
Señor D: Mike, vuelves a llegar tarde. De verdad...
Mike: ¡Lo siento mucho! No sé que ha podido pasar, lo juro.
Señor D: Bueno, tampoco llevamos mucho tiempo aquí. A ver, ¿qué creéis que hay detrás de esa puerta?
Yo lo sabía, ya que lo había visto el día anterior mientras el profesor no estaba, así que decidí no levantar la mano y dejar que mis compañeros lo descubriesen. In- Victor levantó la mano.
In- Victor: ¿Trajes?
Señor D: No. Ni te has acercado.
Emi: ¿Villanos?
Señor D: Emi se va acercando.
Raptor: ¿Robots?
Señor D: ¡Muy cerca, Raptor!
Lyna: ¡Ya lo sé!
Mayo: Y yo.
Señor D: Vale. Detrás de esto hay... ¡Una ciudad de prácticas!
Timba: ¿Una qué?
Lyna: Una ciudad de prácticas. Sirve para practicar.
Timba: No si eso ya lo sabía. Lo que no entiendo es qué es.
Señor D: Bueno, vamos a probar. Necesito dos grupos. Iros Mike, Trolli, Acenix, Raptor, Sparta y Lyna. El resto, al otro lado. ¿Listos?
El profesor abrió la puerta y detrás estaba el paisaje que yo había visto el día anterior. Todos se asombraron al verlo. Unas escaleras salieron de la nada y pudimos bajar. Bajamos una mil escaleras o más y desde abajo los edificios parecían enormes. Dos robots grises estaban en el medio del todo, pero parecían apagados. Eran gigantes. El director se puso en frente de nosotros.
Señor D: Por lo que podéis ver, esto parece una ciudad normal y corriente...
Rius: Pero los edificios son muy altos.
Mike: ¡Y grandes!
Señor D: Bueno, sí, lo que digáis... A lo que me refiero, ¿qué podría pasar en esta ciudad tan grande?
Mike: Y alta....
Señor D: Sí.... Y alta.
Trolli: Podrían atacarla.
Señor D: Sí, más o menos. El científico Timbalosky, uno de los científicos más locos de todo el mundo, ha creado unos robots que quieren dominar el mundo y solo vosotros podéis salvarlos a todos. Empieza el equipo que no he dicho, ya sabéis....
Timba: Sí, nosotros.
Señor D: Venga, sí, vosotros.
El resto subimos de nuevo las mil escaleras y nos quedamos viéndoles. Las dos bolas robots se metieron bajo tierra dejando solos a nuestros compañeros. El profesor les hizo una señal para que se adentraran en la ciudad, y así lo hicieron. Pero nosotros podíamos seguir viéndolo todo. Estaban en el centro cada uno en una posición, cuando una de las bolas salió hacia la superficie con un giro. Tenía un ojo morado fuerte con brillos claros y una antenita arriba con una bola roja. Los siete se quedaron paralizados cuando al monstruo le salieron tres pinzas. Se dirigió a la primera persona que vio; Rius, que se quedó igual de parado que el resto. Nadie se había enfrentado nunca a una batalla, nadie menos nosotros tres. El robot se dirigía rápido hacia Rius hasta que, al fin, Ela tiró una bolita hacia el robot y lo pudo parar. Nosotros no podíamos oirles hablar pero se estaban hablando entre ellos. Rius se quitó una bota y subió con Mayo volando hasta la cabeza del robot que, incluso con la bolita puesta en un lado de la pierna, se intentaba resistir. De pronto, el robot se soltó de su pata dejándola a un lado y pegó un puñetazo a Mayo, que estaba intentando desconectarle y que se rompiese en mil pedazos. El puñetazo no fue demasiado fuerte pero sí para alejarlo un poco de allí. Mientras ocurría eso, Emi lo rodeó con un planta y Francisco se pintaba destornilladores para Mayo. Ela ayudó a In-Victor a saltar encima de él ya que lo de la bolita no le había servido de mucho. In-Victor invocó su sombra y rodeó también al robot. Se liberó de las dos cosas y aprovechó para quitarse a In-Victor de encima. Rius intentaba como podía no caerse pero era una tarea complicada. Miré de reojo a mis compañeros; Lyna tenía cara de asombro, Trolli y Acenix sonreían, Sparta parecía interesado y Raptor cara de preocupación por ellos. Volví a mirar a la pelea. Mayo había vuelto al lugar y parecía cansado. In-Victor intentaba incansablemente subirse encima y distraerlo. Ela y Emi trataban de distraerlo también haciendo tonterías. Si nos estábamos preguntando dónde estaba Timba, estaba a un lado y estaba electrizando un edificio verde. Rius seguía subido pero mucho más agarrado. Le pegó unas cuantas veces más a In-Victor tirándole lejos de allí. Y, ya que la sombra no podía hacer mucho, se estaba empezando a cansar. Además, ya se le notaban moratones. Y, de pronto, Mayo sacó el destornillador que le había dado Francisco y el robot pareció explotar cuando cayó al suelo y se le quitaron todos los tornillos y las tuercas. Pero, antes de que pudiesen cantar victoria, volvió a pegar a Mayo y lo tiró lejos. Francisco, Emi, Ela, In-Victor y Rius se chulearon y, por detrás, el edificio verde cayó y los cuatro pegaron un salto por el impacto.

Los nuevos héroes. (#Compas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora