Los nuevos héroes. (#Compas)

Hora de competir (II)

Raptor bajó del ring después y se acercó a mí. Me alejé un poco porque yo tampoco quería que me quemase.
Raptor: ¡Mike, he ganado! ¿A ti contra quién te toca?
Mike: Jo, Raptor. He tenido mala suerte. Me toca pelear contra Trolli después de Francisco y Timba. Voy a perder, está claro.
Raptor: Puede que tenga superfuerza, pero tú te teletransportas y ¡eso es bueno!
Mike: Ya lo sé, pero me da miedo. Esa cara de enfado que tiene...
Raptor: Bueno, solo piensa que yo no sé controlar mi poder y he ganado.
Mike: ¡Pero es qué tú tienes suerte! Bueno, no estoy seguro de que vaya a ganar. Primero van ellos.
Señalé a Francisco, que estaba esperando al Señor Waltk, y a Timba, que bostezaba en la escalera para subir al ring. Al segundo, el profesor cogió su silbato y una bandera. Les señaló a los dos que se subiesen al ring y él lo cerró para colocarse en posición.
Señor Waltk: ¿Listos, chicos? ¡Tres, dos, uno....!
¡RIIIING!
Francisco sacó su lápiz y empezó a dibujar.
Francisco: ¿Cuál va a ser tu técnica?
Timba: No tengo. Solo puedo improvisar. ¿Y tú?

Francisco: Pues, primero... Me dibujo una espada.
Como dijo, terminó de pintar algo igual de largo que su brazo y lo sacó. ¡Una espada! Era azul claro y tenía una punta muy afilada. Se la mostró y se la puso en frente.
Francisco: ¡Es tu momento de rendirte!
Timba: No, nunca.
Timba se tiró al suelo y la electricidad que producía se extendió por todo el suelo del ring. Francisco se dibujó lo más rápido que pudo dos alas en la espalda. Antes de que la electricidad le cogiese, saltó arriba y las alas le hicieron volar. Sus dos lápices se cayeron. Dobló las piernas porque las alas le empezaron a fallar, ya que las había dibujado rápido y mal. Pero, antes de que tocase el suelo, el Señor Waltk pitó con el silbato.

Francisco: ¿Qué ha pasado?
Yo miré de nuevo de un lado, a otro, y me di cuenta rápidamente.
Señor Waltk: Bueno, él está en el suelo.
Timba debía tirarse al suelo para hacer que este se volviese eléctrico, pero no había pensado que, si estaba en el suelo, le descalificarían. Mi compañero recogió los lápices que se le habían caído al saltar.
Señor Waltk: ¡Francisco gana! Dejadme unos minutos y los siguientes participantes se subirán al ring.
Francisco bajó del ring y se fue con Raptor.
Francisco: ¡He ganado! ¡Cómo tú!
Raptor: ¡Pero ahora eres mi enemigo!
Francisco: Ah, sí. ¡Te voy a matar en la siguiente batalla!
Raptor: ¡No si te mato yo a ti!
Trolli: Literalmente, sois iguales.
Los dos se asustaron y pegaron un salto hacia atrás. Pero Trolli tenía razón; los dos eran altos, delgados, con mechas y el pelo largo. Los dos tenían una cola de dinosaurio, un colmillo y los dos confundían la letra c de la s. ¡Iguales al completo!
Trolli: Solo tenéis que miraros.
Raptor y Francisco: ¡Sí!
Los dos le temían, como yo, pero ¿quién no? Al terminar de hablar con ellos, sonrió un poquito, casi no se le notó. Volvió a su expresión normal y se giró a donde estaba yo.
Trolli: Nos toca pelear. Que sepas que, aunque seas pequeño y flojo con un poder fuerte, no voy a tener piedad contigo.
Mike: Vale. Haré todo lo que pueda.
Trolli: Eso espero.
Tragué saliva y noté que mi corazón se aceleró por el miedo. Él me miró de nuevo con una mueca rara y se fue. Detrás de él, mis otros dos compañeros me miraron con la misma expresión que tenía yo.
Raptor: Ya lo has oído, no te lo va a poner nada fácil.
Mike: No me digas. Por cierto, me da a mí que vais a quedar empate.
Francisco: ¡No! ¡Yo le ganaré!
Raptor: ¡Yo te quemaré los lápices para que no puedas pintar!
Francisco: ¡Qué cruel!
Señor Waltk: Venga, chicos, meteos en el ring.
El profesor se acercó a mí con cuidado después de que entrase Trolli.
Señor Waltk: Mike, si ves que te hace mucho daño, solo avísame y yo le pararé.
Mike: Vale...
Me metí con miedo en el ring. Trolli me miró y yo miré para arriba.
Trolli: Cuando quieras.
Mike: Creo que tiene que tocar...
Señor Waltk: ¡Tres, dos, uno....!
¡RIIIIIING!
Trolli: ¿Quieres luchar o prefieres rendirte?
Mike: ¡Voy a luchar!