Por la mañana, la luz del dia comienza a acariciar mi rostro haciendo que me despierte del placentero sueño que estaba teniendo. Doy vueltas por la cama cuando al despertarme por completo siento que me falta algo muy importante: la sensación tan cálida y pacifica de tener el cuerpo de mi novia junto al mío.
Abro los ojos buscando a mi chica delivery por toda la habitación, pero no le encuentro por ninguna parte. Cuando me remuevo entre las sábanas una sonrisa se dibuja en mi rostro al sentir todo el delicioso aroma de mi Luna impregnado en ellas.
Al caer en cuenta de que me encuentro completamente desnudo un ligero sonrojo se instala en mis mejillas al mismo tiempo que los recuerdos de la noche anterior vienen a mi mente.
Al ver las brillantes estrellas iluminando mi ventana sentí una sensación en el corazón que me provocó querer admirarlas sólo si Luna estaba a mi lado. Ya que no podía dormir fui hasta su ventana para buscarla, subimos a la azotea, miramos el cielo por un rato y de un momento a otro ya nos encontrábamos en su habitación besándonos con toda la pasión, deseo y amor del mundo.
No necesitamos mucho tiempo para que la ropa saliera sobrando y nuestros cuerpos estuvieran unidos en uno sólo por primera vez. Después de unos largos minutos habíamos alcanzado juntos el punto más alto de placer, así que dejé caer mi agitado cuerpo junto al suyo.
Mientras tratábamos de recuperar la respiración ella unió su mano con la mía y una sonrisa se hizo presente en nosotros al mismo tiempo. Giré mi rostro para observarla mejor, tomé un mechón de su cabello peinandolo tras su oreja y luego de mirarnos a los ojos por un largo y placentero rato, acorté la distancia entre nosotros aferrandome a su cuerpo en un cálido abrazo.
- Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo. - repetí una y otra vez en un murmullo mientras cerraba los ojos al sentir como sus pequeños brazos rodeaban mi cuerpo.
- Yo también te amo mi chico fresa, y muchísimo. Gracias por esta noche tan especial. - murmuró en mi oído mientras daba pequeñas caricias en mi ruloso cabello que se encontraba acomodado sobre mi nuca.
El hecho de sentir tanta paz entre sus brazos, nuestras respiraciones tranquilas y mezcladas, sus caricias en mi cabello y la adrelina del momento me hicieron quedarme dormido cuando menos lo noté.
Al habernos quedado dormidos juntos, supuse que al despertar ella estaría entre mis brazos, sin embargo me llevé una sorpresa al encontrarme solo en la cama.
Estaba decidido a levantarme y buscarla, cuando divisé una pequeña hoja de color rosa sobre su almohada. Lleno de curiosidad la tomé entre mis dedos para saber su contenido, y al acercarla a mi rostro me di cuenta de que estaba rociada por su perfume.
La desdoblé y con una sonrisa en los labios leí las líneas escritas en ella.
"En este momento, al verte dormir tan guapo junto a mi me siento la chica más feliz y afortunada en el mundo. Anoche, por primera vez fui tuya y tu fuiste mío.
- Te ama, tu Luna."
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Historia en Instagram de Matteo.
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