❥Parte VIII.

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Después de un rato de juegos y besos en el parque, los chicos decidieron volver a casa. Estaba por atardecer y al llegar a la mansión, el momento favorito de Luna se hizo presente.

- Estimado chico fresa, esta chica delivery viene a hacerle una invitación a patinar un ratito afuera de la mansión. ¿Acepta usted, señor Balsano? - la mexicana extendió una de sus manos frente a su novio, ya que en la otra ya tenía los patines de ambos.

- Está bien chica delivery, acepto... sólo porque te ves hermosa sobre ruedas. - el italiano tomó la mano de su chica sellando el trato y acercandola a su cuerpo para poder besar su mejilla.

En su primer recorrido sobre ruedas por Cancún exploraron sólo las calles cercanas a la casa, ya después tendrían tiempo de andar por toda la ciudad.

Durante todo el recorrido estuvieron uno al lado del otro, entrelazaron sus manos y no las soltaron en ningún momento. Luna iba mostrándole a Matteo algunos lugares que conocía y a la vez le contaba anécdotas.

- ¿Sabes? Siempre he creído que de noche todo se ve más bonito, por eso esperé hasta esta hora para que saliéramos a dar una vuelta. - comentó la menor deteniéndose un momento en un pequeño techo lleno de luces blancas.

- ¿Te digo algo? Pienso lo mismo que tú. - Matteo tomó las manos de su novia mirando su hermoso perfil. - Cuando nos la pasábamos de país en país me encantaba observar las ciudades de noche, tenian otro tono, otras personas, otro ambiente. Definitivamente Cancún es muy lindo de noche, pero en realidad cualquier lugar es hermoso si tu estás.

Aquel comentario provocó un sonrojo en Luna. Sin importar cuanto tiempo pasaran juntos, las cosas lindas que Matteo le decía siempre iban a sonrojarla.

- Eres un romántico, Matteo Balsano. Te queda muy bien ser Romeo, eh.

- Eso es porque soy italiano. - ambos rieron al escuchar aquella frase. - y sí, me queda bien pero sólo porque encontré a mi Julieta. - Matteo sonrió dando un golpecito en la nariz de su chica, le robó un beso y comenzó a patinar rápidamente al lado contrario donde estaba ella, esperando lo siguiera para comenzar una pequeña carrera.

Pasados unos cuantos minutos se detenían a hacer sus pasos y trucos favoritos, aquellos que aprendieron juntos y salen a la perfección gracias a la conexión única que hay entre ambos.

Un par de horas después ya se encontraban de vuelta en la mansión. Mónica y Miguel no habían vuelto aún, así que después de tomar cada uno un baño y ponerse sus pijamas decidieron ver juntos una película en la sala de la mansión.

Eligieron una cinta de superhéroes, de las favoritas de Matteo y en parte también de Luna. Los chicos se sentaron en el sofá, abrazándose al otro mientras centraban su atención en el televisor.

Luna fue la primera en cerrar los ojos y quedarse dormida junto a su novio, quien también cayó en un profundo sueño minutos más tarde no sin antes recostarse en el sofá junto a su Luna con mucho cuidado de no despertarla.

[...]

- Ay Miguel, ya te dje que no seas desconfiado. Ya habíamos hablado de ello y aceptaste. - un rato más tarde los Valente llegaron a la mansión.

El diálogo de los adultos se debía a que el padre de Luna no estaba tan de acuerdo en que su hija se quedara a solas con Matteo pues temía que algo pudiera pasarle. Sin embargo sabia que su esposa tenía razón, Luna se había esforzado mucho para conseguir su permiso y ambos habían aceptado el trato.

Los Valente se extrañaron al percatarase del silencio que reinaba en la casa, el cual era bastante notorio considerando que había dos jóvenes ahí. Con cautela se adentraron a la sala, donde la televisión estaba encendida con Netflix abierto. Al acercarse al sofá principal se llevaron una tierna y linda sorpresa.

- ¿Ves, cariño? Te dije que no tienes de que preocuparte. - Mónica miraba la escena llena de ternura.

Matteo estaba recostado en el sofá con Luna sobre su pecho. Ambos estaban profundamente dormidos y tenían una expresión de paz en sus rostros. Los brazos de Matteo se aferraban al cuerpo de Luna, como si quisiera protegerla de cualquier cosa que pudiera dañarla mientras dormían.

Por su parte los pequeños brazos de Luna también se aferraban al torso de Matteo, con el rostro hundido en su pecho donde podía aspirar su aroma y a la vez sentirse segura de todo.

- Matteo es un buen muchacho, mira como cuida de nuestra hija. Además ya está en edad de que pase unos dias sola.

Miguel no pudo evitar sentir algo de celos ante tal momento, pero sabía que Mónica tenía la razón. Matteo les había demostrado desde que comenzó a salir con su hija que estaba interesado en ella sinceramente, y que lo único quería era amarla, no dañarla.

- Nuestra niña creció, Mónica. Parece que fue hace una semana cuando apenas con seis años se la pasaba patinando aquí adentro.

Un atisbo de nostalgia invadió a los adultos al ver como ciertamente su niña ya había crecido, y había encontrado en el camino al amor de su vida.

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Holaaaaa <3 corto pero lindo, les está gustando?

Talvez ya se dieron cuenta que las actualizaciones son cada semana, entre sábado y domingo. ¿Que otro día les gustaría que suba?

Gracias por leer 🥺💖

Fer 🌙🍓

Playa; LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora