Después de haber pasado el día más divertido en la playa y un atardecer precioso donde compartieron sus más profundos sentimientos volvieron caminando a su hogar, pues ya era hora de comer y el hambre estaba atacandolos.
Además, Luna quería compartir el resto de la tarde con sus padres, ya que ese sería su último día en Cancún pues a la mañana siguiente ellos partirian de nuevo a Argentina, dejando en completa privacidad a los dos jóvenes.
- Entonces a ver, repite conmigo chica delivery. - Matteo reía divertido abrazando a su novia por los hombros mientras recorrían el camino de entrada a la mansión.
- Oggi darò. - habló la castaña en italiano, tratando de contener una risa e intentando repetir las palabras que su novio estaba enseñándole.
- ¡Bien! Ahora continúa, tanti baci... - repitió pausadamente el ruloso para que su novia lo siguiera.
- Tanti baci a Matteo. - repitió de forma lenta, procesando las palabras una por una. - ¡Oggi darò tanti baci a Matteo! ¡Ya lo dije! - la mexicana aplaudió feliz deteniéndose a un par de metros de la puerta de entrada a la casa, para lanzarse a los brazos de su novio y darle un fuerte abrazo.
Él pensaba que Luna se veía mil veces más hermosa hablando en italiano, así que se propuso enseñarle algunas frases y sin duda eligió una de las mejores para comenzar.
- ¡Excelente, chica delivery! Te salió perfecto. - después de separarse del dulce abrazo, ambos cruzaron sus miradas sin borrar la sonrisa de sus rostros. - ¿Y, que dices? ¿Lo vas a cumplir?
Luna frunció el ceño ante aquella pregunta. ¿Cumplir que cosa? Pensó por unos minutos y cuando cayó en cuenta de que su novio se refería a las palabras que acababa de mostrarle, cruzó sus brazos intentando dibujar en su rostro un semblante serio.
- Matteo, ¿qué acabo de decir? - el mencionado no pudo evitar estallar en una carcajada al ver la expresión tan tierna de su novia, a lo cual ésta respondió con un suave empujón por los hombros. - ¡Andale Matteo, ya dime que cosa me hiciste decir!
El italiano mordió su labio divertido, se acercó a su novia y posó sus tibias manos en su cintura para poder acercar sus cuerpos lo más posible.
- Bueno, mi querida chica delivery, acabas de decir... - Matteo se aclaró la garganta para poder hablar con una voz un poco más ronca de lo normal. - "Hoy voy a darle muchos besos a Matteo." - finalizó con una sonrisa victoriosa y muy hermosa en ojos de Luna.
- ¡Eres un tramposo, Matteo Balsano! - la mexicana rió negando con la cabeza - debería tirarte a la alberca, pero ¿sabes qué? Mejor si prefiero cumplir eso.
Luna colocó sus suaves manos en las mejillas de su novio con la intención de acercar sus rostros lo más posible, para así después unir sus labios en un dulce beso.
Sin embargo sus planes se vieron frustrados por la melodiosa voz de Mónica, quien abrió la puerta en el momento menos indicado.
- ¡Chicos, que bueno que ya llegaron! Ay perdón, ¿interrumpí algo? - señaló la señora Valente con su típica sonrisa maternal.
Inmediatamente después de escuchar a la mujer, Luna y Matteo se separaron soltando al mismo tiempo un profundo pero discreto suspiro, definitivamente no podían ser lutteo si no eran interrumpidos en momentos así.
- Hola mamá - la mexicana se acercó a su madre para darle un abrazo en forma de saludo. - No te preocupes, no interrumpiste nada. Sólo estábamos platicando, pero ya íbamos a entrar a la casa. ¡Morimos de hambre!
Matteo copió al acción de su novia y saludó a su suegra con un corto pero cálido abrazo, para después ingresar a la mansión con todas las pertenencias de ambos, las cuales aún se encontraban algo mojadas y llenas de arena al igual que ellos.
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Playa; Lutteo
FanfictionDonde Luna y Matteo hacen su primer viaje juntos a Cancún; el lugar donde comenzó su historia de amor.