❥Parte XVII.

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Luna 

Hago una mueca cuando leo el mensaje de Matteo en mi teléfono. ¿Cómo sabía que estaba en el baño? Dejo el aparato sobre el mueble donde estaba el lavabo, me miro en el espejo, arreglo un poco mi cabello húmedo por la ducha que tomé, verifico que mi pijama esté en orden y tomo un poco de aire. Pongo mi mano sobre la perilla de la puerta, la giro abriéndola y despacio me asomo al otro lado sin saber qué voy a encontrar.

- ¿Matteo...? - salgo por completo del baño y me quedo sin palabras cuando me doy cuenta de lo que tengo frente a mis ojos. Matteo Balsano sentado en mi cama, vestido sólo con un pantalón deportivo, con el cabello despeinado y una rosa en la mano.

- Chica delivery, ¿te gusta la sorpresa? - habló haciendo la voz más ronca. Sabe que eso va a terminar de alterarme y lo logra.

- Chico fresa... no esperaba encontrarte aquí - me acerco despacio a la cama mientras trato de no observar del todo su perfecto abdomen. ¿Cómo estaba tan marcado si no iba al gimnasio?

- Cómo tu dijiste, te extrañaba pero no precisamente para dormir. - me miró con una sonrisa traviesa que conozco a la perfección.

- Y-yo... este, ay como que hace calor aquí ¿no crees? - murmuré nerviosa sintiendo mis mejillas sonrojadas y su mirada sobre mi. 

- Vaya que lo creo, pero también creo que conozco una forma de olvidarnos un poquito del clima. - de un rápido movimiento se levanta de la cama, deja la flor sobre la mesa de noche y posa sus manos sobre mi cintura atrayéndome a su cuerpo. 

Siento como claramente nuestras respiraciones se mezclan en una sola, nuestras miradas se conectan y nuestros cuerpos se atraen como imanes. 

- Eres un coqueto, Matteo Balsano. - murmuré casi sobre sus labios enredando mis manos en su cabello, específicamente en los pequeños rulos que caían sobre su nuca.

- Y así te encanto, ¿no es así, Luna Valente? - No puedo evitar soltar un jadeo al escuchar su voz tan cerca de mi oído. Definitivamente me olvido de todo lo que sucede a nuestro alrededor cuando me habla al oído.

- Quiero hacerte mía. - vuelve a murmurar y esta vez siento que todo el cuerpo me falla. Nunca antes me había dicho algo así, no sé que le pase esta noche pero me encanta.

No respondo nada más, simplemente coloco mis manos sobre sus mejillas y uno nuestros labios en un beso apasionado, lleno de deseo por el otro.

Con cuidado caminamos hacia la cama y caemos juntos, quedando mi cuerpo sobre el suyo. Sin necesidad de separarnos del beso poco a poco nuestras pocas prendas van sobrando y quedan regadas por algún lado del piso.

Nuestras manos recorren el cuerpo del otro explorando lo que aún es desconocido para nosotros. En algún punto de aquel momento tan intenso, conectamos nuestros ojos siendo verde y marrón una vez más, transmitiendonos todos los sentimientos que hay dentro de nuestros corazones, dándonos cuenta de que no hace falta más que una simple mirada para poder entendernos.

Matteo

Después de unos largos minutos en los que nos entregamos el uno al otro, alcanzamos juntos el punto máximo sintiendo nuestros corazones latir con fuerza y nuestras respiraciones agitadas a más no poder.

Ella se deja caer con suavidad sobre mi pecho mientras yo coloco una de mis manos tibias sobre su espalda al tiempo que con la otra peino un poco su cabello y doy un suave toque en la punta de su nariz para hacerla reír.

- No sé que te pasó esta noche, Matteo Balsano, pero me hiciste perder toda mi cordura. - habla primero ella mientras sus hermosos y profundos ojos esmeralda miran directo hacía los míos.

Playa; LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora