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•Karen•

Seguir viendo a Sian en la misma ciudad que yo me estaba afectando. No podía seguir con esto, tenía que alejarme de alguna forma pero el problema era que... no quería hacerlo, no cuando tenía la certeza de que aún lo amaba. Aunque realmente nunca deje de quererlo.

Dejó salir un amargo suspiro y miro por la ventana, el día estaba lluvioso y la casa estaba muy silenciosa, Jeff había salido y de seguro se demoraría un tiempo antes de volver. Recuerdos pasaban por mi mente, recuerdos de mi niñez y de mi hermano. Días en donde alguna vez estuve bien, en donde alguna vez no me sentía tan mal conmigo misma. Entonces el recuerdo de la última vez que vi a Sian antes de venir a Madrid y fingir mi muerte se hizo presente y en mis recuerdos un <<Te amo>> hacia eco. Palabras intensas que ahora fácilmente habían sido reemplazadas por un fuerte e hiriente <<Te odio>> ¿en verdad me odiaba tanto como dice?.

No tenía sentido cuestionarme algo así, no cuando se bien que lo que hice y tal vez lo que estoy haciendo es cruel, crudo y egoísta, bastante egoísta.

La puerta suena y entró en un modo alarmante, se supone que Jeff tiene llaves y se supone que casi nadie sabe de este lugar, me preocupe así que fui hacia mi habitación revisando que todo estuviera en orden y cerré. Baje y abrí la puerta... lo que vi me dejó algo confundida, era una chica, se veía tan alterada y tan dolida.

—¿Karen? —me pregunta su voz detallándome de pies a cabeza mientras niega.

—¿Quién eres? ¿Y como sabes quien soy y donde estoy? —cuestione yo sin bajar la guardia.

—lamento venir así. Logre llegar porque yo... te busque y luego te seguí. Soy Karina nose si sepas quien soy realmente— mi sorpresa fue mayor, ¿Qué hacia la novia de Sian siguiéndome? Y aún peor ¿Por qué lo hace?

—¿Qué hace aquí la pareja de Sian? —espete, me daba algo de coraje. Me cruce de brazos y la observe con atención ante el breve silencio, me era muy familiar. Luego de verla bien caí en cuenta de que... se parecía demasiado a mi, sus ojos marrones, su piel morena, su cabello oscuro, Dios... ¿estaré loca?

—y-yo no... yo no soy la novia de Sian. Ya no—respondió soltando un suspiro.

—entonces ¿Por qué me buscas?

—porque... vengo a decirte que... que el aún te ama—tartamudeo.

—¿de que hablas?... Tu no sabes nada de eso. No sabes que pasa o que pasó así que no es asunto tuyo—tal vez estaba siendo muy agresiva con ella pero es que era cierto. Ella no tenía porque buscarme.

—el mismo me lo dijo—afirmó.

—no te creo... es mejor que te marches Karina.

—¡¿Por qué crees que me parezco tanto a ti?!... ¡Es porque el nunca te olvido! ¡Jamás dejó de amarte, incluso cuando se supone que tuvimos intimidad el... el no dejó de pensar en ti! ¡El solo me uso para tratar de reemplazarte!...aun te ama—ok, eso ya era demasiada información. No quería que me dijera algo así, además no confiaba en que estuviera diciendo algo cierto.

—que nos parezcamos es solo coincidencia—argumento. En eso la puerta de mi habitación se abre y la chica posa sus ojos en la persona que sale de allí.

La miro sería y tapó su vista parándome más en frente de su campo de visión. Ella se queda fría es obvio lo que ha de estar pensando y ahora si necesito que se vaya, trato de decir algo pero no me salen palabras.

—tú... es... —no la dejó hablar y niego con la cabeza.

—es mejor que te vayas, anda vete—pido hasta que logró cerrar la puerta.

Me recuesto en la puerta, ahora si era probable que todo empeorará.

***

No había podido dormir bien, no luego de la charla que habíamos tenido Karina y yo. Lo que ella decía no podía ser real, no cuando yo misma había escuchado como el repetía que me odiaba y además decía querer verme muerta realmente.

Era de tarde ahora, Jeff dormía igual que esa otra persona que había dejado impactada a la chica. Me levante de la cama y me coloque un abrigo, también cambie el short de la pijama por un pantalón, luego salí de la casa. No podía quedarme y seguir con la cabeza hecha un caos.

Camine por las calles sin un rumbo definido, no quería detenerme. Pase por las calles más solas, no quería tampoco ver personas a mi alrededor. Jamás había estado tan mal emocionalmente, jamás me había sentido menos. Si no hubiera una razón valida por la cual soy tan precavida de verdad, creo que ya me hubiese desaparecido de la faz de la tierra y hubiese evitado un reencuentro como este.

Seguí caminando hasta sentir el agarre de alguien que me hizo chocar contra una pared. Respire con dificultad y mire a mi alrededor, estaba en la misma ubicación donde se encontraba el departamento de Sian y Karina o tal vez ahora solo de Sian. Por lo que me había enterado Karina había regresado a Miami el mismo día en que habló conmigo.

—¿Por qué lo hiciste? —sentí su mano rozar mi mejilla y su mirada clavada en mis ojos- si yo te amaba, yo te amaba y lo hiciste-me susurro adolorido.

—¿Cómo sabias que estaba aquí? —pregunte al ver su aparición.

—te vi caminar desde la ventana... me das insomnio—aseguró mientras seguía haciendo contacto con mi piel.

—lo siento... —respondí ante su acusación anterior, no tenía fuerzas para ser dura- no encontré otra forma de...

No me dejó hablar más, sentí sus labios en los míos y no rechace aquel beso. No tuve suficiente autocontrol para decirle que no. Sus labios se movían a un ritmo intenso, era salvaje pero no quería alejarme no ahora, además tampoco tenía el impulso y la fuerza de decir que no. Sentí sus manos bajar por mis caderas y con ese ligero toque toda mi piel sentía un escalofrío, dos lágrimas bajaron por mis mejillas, aunque me odiara no podía dejar de quererlo. Toma mis manos y me hace envolverlas en su cuello, para luego tomar mis piernas y enroscarlas en su cadera llevándome dentro del lugar y cerrando la puerta tras de si.

•SOLO TÚ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora