•Sian•
No podía dejar de verla a los ojos, me había dejado helado, no sabía que decir o hacer, es que ni siquiera sabía si era un sueño, o si mi mente simplemente me estaba jugando un terrible juego mental para desubicarme y hacerme desnivelar el propósito de mi trabajo en aquel momento.
Pero no, no podía ser ninguna de las anteriores, ella estaba ahí frente a mi, yo tenía que aceptar eso y además, tomar control de mi mismo.
—¿como es que…?—me aleje sin dejar de mirarla—¿Cómo?
—no se quien eres, no se de quien hablas—sentenció ella.
—¿Qué? … Karen, eres tú, lose—asegure.
—mira… estas confundido, deberías tomarte un descanso—ella se veía segura de lo que estaba diciendo.
No supe decir más, tal vez tenía razón y la estaba confundiendo con alguien más, o tal vez yo mismo me estaba condenando hasta el punto en que casi me vuelvo loco… ¿acaso eso era posible?.
Ella tomó la carpeta llena de documentos y se dispuso a salir de allí, yo simplemente no le quité la vista de encima, seguía sin creer nada de lo que pasó, fue entonces cuando lo vi, el dije en la cadena, era el mismo y ella era Karen, si lo era.
Frunci el ceño disgustado, ¿Cómo era capaz de negar su identidad? ¿Acaso me había mentido para deshacerse de mi?, no la dejaría ir, no hasta saber la razón del porque me engaño de esa forma tan cruel, de porque me hizo sufrir tanto tiempo.
La tome del brazo de manera fuerte y salvaje, estaba enojado, demasiado enojado, no podía creer lo que ella había sido capaz de hacer, la gire haciendo que me mirara una vez más a los ojos. Esta vez no caería en tan gran mentira, ella desvío la mirada, no había hecho contacto visual conmigo más de unos segundos, sabía bien lo que había hecho, sabía a la perfección el gran dolor que me había causado tantos años.
—deja de mentir, se que eres tú Karen—dije firme y demandante.
Ella se quedó en silencio.
—¿vas a seguir engañándome?— pregunte con un ardor en el pecho, me dolía todo. Pero aún así no aceptaba que esto fuera real. Algo dentro de mi quería abrazarla, besarla y estar con ella para entonces jamás volver a dejarla ir, pero en su mayoría mi ser se negaba a tales impulsos, dando paso al odio y el dolor, habían sido tres años donde me costo volver a nivelar mi vida y ahora simplemente me la encontraba haciendo que todo mi esfuerzo se fuera a la miseria.
—yo… —no era capaz de decirme nada.
—¡¿Qué?! ¡¿Tu que?!
Bajo la cabeza, no podía creer que de verdad no tuviera el valor de decirme algo coherente y su única salida sea eso, agachar la cabeza.
—¡por Dios! ¡¿Cómo puedes ser tan cruel?! … ¡que cínico de tu parte simplemente… hacerte la muerta y dejarme! —solté casi gritando.
—no pido que lo entiendas… pero lo hice para protegerlos… —mi agarre se hizo más fuerte en su brazo.
—¡ ¿protegernos de que?!... ¡Entiende, fueron tres años de sufrimiento maldita sea! —cada vez que lo recordaba me daba aún más ira.
—no es cierto… solo fue uno, porque se que ahora estas con otra persona y según lo que me he dado cuenta son felices—dijo ella mirándome entonces de nuevo a los ojos, mientras intentaba no quejarse del dolor que producía mi agarre en su brazo.
Pero sus palabras me dejaron un vacío más, era cierto que estaba ahora con Karina sin embargo nunca sería feliz, no lo sería porque a pesar de que intente rehacer mi vida supe que jamás la olvidaría.—¡eres una egoísta, cínica, falsa…mentirosa! —exclame apretando la mandíbula y a la vez la manera en la que sostenía su brazo.
Sus ojos empezaron a soltar lagrimas, toda ella estaba casi que temblando, además de que estaba sometida al dolor físico que ahora le causaba y aunque su rostro mostraba un gesto neutro sabía que quería irse y dejarme una vez más.
—piensa lo que quieras…—susurró.
—¡te apareces como si nada!... ¡Te vas como si nada!...¡me dejas sufrir como si nada!... ¡¿Si quiera pensaste en Lorraine!?
—¡si, si… di lo que desees… ódiame, puedes hacerlo, tienes derecho a hacerlo… ten ahora la peor imagen de mi… piensa que fui lo peor de tu vida! ¡Lo que sea que creas ya no importa! —dijo entre lagrimas—¡y si, claro que pensé en ella… pensé en todos… por eso lo hice… porque si yo muero nadie sospechara de mi y podré simplemente hacer lo que no han podido… podré evitar que Anders, Laura o Alison los dañen!
Cada vez sonaba más egoísta para mi, con más razón quería odiarla, pero sin ella no era nada y había quedado más que claro.
—¡por favor!... ¡Si pensaras un poco en todos no lo hubieses hecho… para eso está el equipo… te hubiesen ayudado… yo te hubiera ayudado! —reclame empuñando una mano con fuerza en mi pecho, mientras dejaba que las lagrimas salieran.
—no lo entiendes… no lo entenderás
—¡¿Qué cosa?! ¡¿Qué te largaste sin que nada te importara?!... ¡Quedo más que claro!... ¡Y no sabes cuanto odio que hayas aparecido, cuanto detesto que estés ahora frente a mi… es como si me pidieran que deje todo solo porque apareces! —anuncie molesto. Mis nudillos ya estaban más que blancos por la fuerza que ejercía sobre su piel y no quería soltarla.
—¡nadie te lo pide!... ¡Sian, no te voy a pedir que la dejes…. No te voy a pedir que vengas conmigo, no te voy a pedir que me ames, ni siquiera te voy a pedir que me busques! ¡Eres libre… haz lo que quieras! ¡Yo no soy nadie para amarrarte!—no sabía realmente que me dolía más, si sus palabras o sus mentiras.
—y así me lo pidieras no lo haría…¿sabes por que?... Por que yo, te amaba más cuando estabas muerta—esas palabras salidas de mi boca simplemente hicieron estragos entre ambos, la mirada de ella cambio a una de dolor que trataba de esconder y yo por mi parte sentí un golpe seco en el pecho, ninguno dijo nada pues los ojos hablaban por si solos.
—¿por que sigues aquí entonces?...¿que vas a hacer? ¿Matarme?...¡Hazlo!¡anda mátame si así me quieres ver...y si no eres capaz, entonces dejame y ocúpate de hacer tu vida!...¡olvidame!—no supe como pero se soltó de mi agarre y sin más salió corriendo del lugar, dejándome una vez más allí, totalmente destrozado, partido en muchos fragmentos.
Termine golpeando con fuerza la pared del lugar, luego de un rato limpie mis lagrimas y salí, algo dentro de mi quería buscarla, pero no me lo permití, como dije, estaba muerta. Sien embargo ¿a quien engaño?, yo no era nada sin ella.
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•SOLO TÚ•
AksiTras haber pasado ya 3 años luego de la muerte de quien sería el amor de su vida. Sian debe volver al trabajo y continuar con su vida tal y como ella lo pedía en la carta que dejó para el cuando murió. Su trabajo mejoró poco a poco y logró realizar...