•SOLO TÚ•

•15•

•Sian•

Una vez más me había sentido un poco aliviado, claro que, para nadie es secreto que al mismo tiempo dudaba de si era realmente un alivio. No paraba de maquinar lo que había pasado con Karen, la había tenido una vez más, pero de nuevo se fue, espere a llegar al lugar y sin perder tiempo me centre en buscar a la chica, cuyo nombre recordé porque ella fue la misma que causo lo que me había hecho entrar en depresión: Laura, jamás iba a olvidar ese nombre, ni el de ella ni el del hombre que también fue cómplice.

Camine por los senderos separándome de los demás, no quería compaña, no quería ayuda. Necesitaba hacer esto yo solo, quería terminar de saciar lo que sentía para así entonces poder volver a ser yo (aunque no del todo). Tenía el cierto presentimiento de que ella me encontraría y ambos estaríamos frente a frente para ver quien se lleva la vida del otro antes, hice un total caso omiso a cualquier orden que los demás estaban cumpliendo.

Seguí caminando como si estuviese seguro de a dónde ir, pero claramente podría perderme en cualquier momento.

—sabía que vendrías—escuche que pronuncio una voz femenina, gire en mis talones para ver de quien se trataba. Como lo espere era ella era: Laura.

—supongo que me trajiste directo a tu muerte—respondí sin perder mucho tiempo para preparar mi arma.

—eso no lo sabes, eso no lo decidimos nosotros. Me gusta creer que la muerte viene sola, que viene cuando menos lo esperas, es un manto que recubre lo que alguna vez fuiste. No desafíes al destino…porque puedes dispararme una y las veces que desees, pero no sabes si realmente moriré con eso. ¿sabes? —dio un par de pasos adelante en mi dirección— creo que mis palabras sobran, porque supongo que te quedo claro que cualquier cosa puede pasar, nose, lo digo porque con tu experiencia de que un muerto reviva. Te debió quedar más que claro.

Sonrió y yo solo sentí sus palabras como un balde de agua fría, tenía razón cualquier cosa estaba destinada a pasar, empezando porque no todo es lo que parece.
Pero no estaba ahí por una clase de filosofía, estaba ahí porque la iba a matar, iba a asegurarme que no volviera a la vida. Quería dejarla tan muerta que no tuviese la opción de reencarnar ni en una piedra.

—si piensas que tus habladurías, te van a salvar, estas más que equivocada.

—si me matas moriré y entonces no sentiré nada más, pero dime. ¿Qué hay de ti? Tú ya estás muerto, aunque lo niegues, porque dime ¿Quién está vivo lastimando a una persona, que no lo merece? ¿Quién vive cuando su corazón está roto gracias al ser que más amaba? creo yo, que nadie está vivo cuando pasa por eso.

No quería pensar en sus palabras, no quería prestarle atención pro sus palabras eran tan acertadas que era muy inevitable no escuchar lo que me decía, perdí la noción del tiempo y para cuando volví a reaccionar una lagrima ya había bajado por mi mejilla.
Todos y cada uno de los recuerdos anteriores empezaron a pasar por mi mente, empecé a sentir que la vida nunca estuvo de mi lado. Había sido huérfano, y no por circunstancias crueles o por obligación, mis padres no murieron en algún accidente, ni se sacrificaron para salvarme. Nunca fueron ese tipo de padres de los que, quieren a sus hijos, ellos solo me odiaron y se deshicieron de mí, simplemente me abandonaron, entonces quede totalmente solo. Nadie nunca me quiso, desde niño sufrí odio y desprecio, desde niño venia estando roto por dentro, nada mejoraba para mí, hasta que me la encontré a ella…recuerdo que a mi corta edad no era capaz de sentir esa amistad o ese cariño, porque nadie jamás me lo dio, mis ojos grises y mi actitud reservada fue siempre razón de burlas. Pero no para ella, empecé a recordar las veces que decía cuanto le gustaban mis ojos grises, cuanto amaba mi forma de expresarme. Pero todo eso llego a mi mente tarde…llego a mi mente en el peor momento.

Fruncí el ceño cuando vi la sonrisa de la pelirroja, una sonrisa de satisfacción. No podía ser que me estuviera debilitando solo con unas simples palabras, que me llevaban a recuerdos profundos.

—oh…vamos, solo te aclare lo que es cierto…a mí también me traicionaron. Créeme se lo que se siente ser engañado por tanto tiempo.

—tú no sabes nada de mi—sentencie y al tiempo apunte con el arma—solo hay una persona que sabe lo suficiente de mi… ¡y no eres tú!

No deje que respondiera de nuevo, simplemente apreté el gatillo del arma y dispare hasta que las balas se acabaran, el ruido de los disparos llamo a los demás, yo me sentía mal y no sabía exactamente por qué. Pasé mi vista hacia el cuerpo caído de la chica, poco a poco se inundaba en un charco de sangre, múltiples disparos y como si todo pasara de manera lenta vi como empezaban a llegar el resto de guardas y compañeros con los que había venido.

Deje que pasaran e hicieran lo que sea que tenían que hacer con el cuerpo de la chica, yo me senté en la piedra más cercana. Me di cuenta de lo que había pasado conmigo, me había convertido en un total monstro, era cierto tal vez Karen me había engañado de la peor manera, pero era cierto también que había sido por protección. Por mi parte entonces simplemente arruine todo, ahora andes me tiene extorsionado…todo porque probablemente Karina esté en riesgo, de pronto también recordé aquella noche donde desate mi ira contra Karen, fue muy cruel, y aun así ella no se resistió y no hizo nada…ella en el fondo tenía la esperanza de que así la perdonara.

La critique y la trate mal, incluso jugué con alguien que no debí haber jugado. Tenía que volver a Miami lo antes posible, tenía que pedirle perdón a Karina por haberla utilizado sin dar importancia a lo que ella realmente quería. Pero también tenía que hablar con Karen, tenía que verla y asegurarme de que estaba bien.

Eso hice y pronto la busqué, la encontré en una casa diferente me sentía diferente y por alguna razón tenía nervios. Toque la puerta y espere a que alguien abriera, no podía demorarme mucho, así que sería rápido.