Al Diablo Con El Plan || TOH Adaptación

15. Le está mirando el culo

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Rosa, mucho rosa, era demasiado rosa incluso para Boscha. La vista de Lucia pareció hacer zoom y detallar cada cosa que pasaba frente a sus ojos.

Primero, unas zapatillas converse rosadas, la tela de unas medias salmón, le seguía unas piernas casi del color de la miel, un poco más arriba estas desaparecían bajo la tela de una falda grisácea, y dejaban en evidencia unas caderas finas y definidas.

Lucia tragó saliva, la parte de arriba era aún mejor; llevaba un top rosado chillón pegado al cuerpo, y encima de este, un suéter crema.

Y luego... Luego estaba el resto de ella, es decir, su cara.

— Sabes, mis ojos no están en mi pecho. - dijo Confirmación mirándola mal, Lucia tosió.

— Lo siento, estás muy bonita.

— ¿Pero que dices? Estoy sexy. - posó su manos en sus caderas —. Parezco una veinteañera.

— La verdad... si. - murmuró rascándose la nuca.

— Perfecto, acércate. - Confirmación se apoyó contra la barra, Luz parpadeó varias veces.

— ¿Yo?

— Si, tú. - deslizó su mano por el borde de la mesa con un leve toque de sensualidad —. Anda, no muerdo.

Lucia se acercó a ella con lentitud, por alguna razón se sentía como un pequeño conejito caminando hacia las fauces de un lobo.

Ya cuando estuvo lo suficientemente cerca, bajó la vista a su vestimenta.

Imposible, se ve mejor desde aquí.

— ¿Cómo me veo?. - sintió sus manos pasar por sus hombros, observó como sus delicados dedos se deslizaban por la tela de su polera.

— B-bonita. - por alguna razón tartamudeo.

¿Acaso estoy nerviosa?

¿Por qué mis mejillas arden?

— Respuesta incorrecta. - sus manos bajaron a sus brazos —. Prueba otra vez ¿Cómo me veo?

— Uh... ¿S-sexy?. - murmuró pasando saliva por su garganta. Confirmación sonrió.

— ¡Bien! Andando, hay que estar allá a las tres. - dijo separándose de Luz y dirigiéndose a la salida.

¿Qué?

— ¿Me dejas así nomás? ¡Que cruel!

— La vida es dura bebé, ahora arranca la moto ¿Quieres?. - habló con cierto fastidio.

— No hasta que me des un beso. - sonrió Lucia.

— Pues me voy sola entonces. - rió sin gracia, la morena frunció el seño.

— Está bien, está bien. Yo te llevo. - se rindió adelantándose. Prendió la moto y Confirmación subió detrás de ella —. Puedes abrazarme si quieres, linda.

— También puedo ahorcarte, así que arranca.

Al poco tiempo llegaron a la cuidad, Confirmación se soltó de ella en cuanto pudo, y bajó de la moto con un saltito.

— Tu quédate aquí, y no hagas nada, ¿Entendido?.

— Si.

— Nada, no cagues, no hables, no respires si es necesario. - la apuntó con una uña pintada de púrpura.

— No puedes amenazarme así, pareces una niña. - rió, la contraria soltó un gruñido de frustración.

— ¡Se profesional, Lucia!. - gruñó, tiró de su oreja para que estuviera a su altura —. Llegas a cagarla y te juro que te corto los dos dedos con que te diviertes todas las noches. - luego de eso le dió una sonrisa de niña inocente.