25. Reconciliados

1.5K 239 19
                                    

— ¿Creíste que escaparías otra vez? - el hombre vestido de negro rio, Rogers se retorció en la silla.

— Jamás te diré dónde está. - le escupió mientras intentaba zafarse de las sogas que ataban sus muñecas a sus espaldas.

— Oh, claro que lo harás.- murmuró volteandose a la mesa. - Te presento a mis chicas.

Dicho esto, se volteó, en sus manos llevaba dos elementos metálicos semejantes a los que se usan en operaciones. King tragó saliva.

— No.

— Sipididipi. -canturreo él, dejó los artefactos quirúrgicos en la mesita y se comenzó a calar un delantal marrón —. Nos vamos a divertir, King.

— No, no, no, aléjate. - comenzó a desesperarse mientras el hombre se acercaba a paso lento, tiró de las cadenas en sus muñecas.

Los lentes de sol polarizados del hombre le daban un aspecto escalofriante y peligroso, y el delantal tenía manchas de distintos colores que sólo ayudaban a darle mas pánico.

— ¿Dónde está? - preguntó tomándolo de la mandíbula.

— N-no te voy a decir. - volvió a negarse, intentando patearlo.

— Entonces te lo voy a sacar a las malas.- levantó en una de sus manos una especie de pinza circular —. Abre la boca...

— ¡Aléjate maldito malnaci…! ¡Mmfghg!

Era horrible, tenía sobre su rostro ese maldito artefacto que le impedía cerrar la boca, y se clavaba en su piel como si intentara desgarrarle las mejillas.

— No, no, no, no cierres lo ojos. - sintió como tiraba de su cabello y lo abligaba a abrir los ojos —. ¿Me vas a decir dónde está ahora?

Si, lo haré ¡Por favor suéltame!

Por más que intentara hablar, cualquier sonido que saliera de sus labios era incomprensible, el hombre rió.

— ¿Qué dices? No te entiendo nada King, creo que tienes algo atascado en la garganta... - se carcajeo a la vez que sacaba las pinzas circulares de su bata —. A ver, di "Aaah"...

No le faltaron razones para gritar, jamás había sentido tanto dolor, cuando las pinzas circulares se aferraron a su garganta.

Se incorporó llevando sus manos a su cuello en cuanto sintió unas manos zarandearle los hombros. Sintió su sudor sobre la frente y su corazón acelerado, y sólo en ese momento se calmó.

— ¿Qué pasó?

— Tuve una pesadilla. - dijo intentando calmar su respiración, alzó la vista encontrándose con Skara.

— Gritabas mucho King pareciera que te estaba torturando.- comentó mirando al chico con algo de preocupación.

— Lo estaban, gracias por despertarme.- susurró quitándose el cabello sudado del rostro.

Skara suspiró.

— ¿Sigues teniendo ese sueño? - preguntó.

King sabía a lo que se refería, antes de terminar su relación, un mercenario había atrapado a Skara con la intención de encontrarlo a él. Cuando la chica le contó cómo la había torturado, el comenzó a tener pesadillas.

— ¿Qué soñaste esta vez, huh? - la peligris se acomodó a su lado, con la espalda apoyada en la pared.

— Soñé con... La cosa esa metálica que te colocaron el la mandíbula.- habló mirando a la nada. Codicy hizo una mueca.

Se había cansado de repetirle que no había sido para tanto, que no fue nada que no pudiera soportar, pero era en vano, el estratega seguía culpandose.

— ¿Quieres que te lea algo? ¿Qué tal tu libro favorito?. - Skara alargó la mano a la mesita de luz, pero King se lo impidió, atrapando su muñeca entre sus manos.

— Me conozco ese libro de memoria, lo único que lograras leyéndolo es estresarme por tu mala pronunciación. - dijo mientras lo volteaba hacia él. La chica tragó saliva.

— No es mi culpa no tener un coeficiente intelectual de ciento cuarenta y ocho.- el moreno dejó escapar una sonrisa.

Sin siquiera saber como, ambos terminaron abrazados el uno al otro, King sentía esa pesadilla más que lejana, opacada por el olor a madera de la tela de Skara. ¿Cómo había olvidado eso? Se abrazó con ella como quien se aferra a un barco en medio.

— Lo siento muchísimo, Skara.

— Ya te dije que no fue para tanto...

— No por eso... - suspiró —. Lo siento por hacer que nos alejaramos.

Hubo un silencio, en el que moreno creyó millones de cosas, e imaginó millones de escenarios.

— Durante el tiempo que estuvimos lejos, dejé de estar enamorado de ti, Levi.

Ouch.

— Pero ahora me doy cuenta de que sólo fue mi cabeza engañandose así misma, y que sigo estando igual de estúpida por ti, más de lo que estaba antes. - Skara terminó de hablar riendo.

— Por un momento creí que me ibas a rechazar.- se quejó el chico aliviado, la morena comenzó a reírse de los nervios.

Eso lo hizo sonreír más, esa era la Skara que conocía, del cuál seguía enamorado, la miró esperando a que dejara de reír como una foca, pero al final, le dió mas risa a él.

— ¡Deja de reirte! - reclamó roja por la  verguenza, King la abrazó.

Claro que cuando Skara notó que King había dejado de reír, y había escondido su rostro en su pecho, se asusto.

— Oye, espera ¿No vas a llorar, no? Ay, no, no llores ¡Me vas a hacer llorar! ¡King!. - el moreno no pudo evitar reirse de cómo Skara entraba en pánico, pero la peligris tenía razón, le escocían los ojos.

— Te extrañé tanto, Skara.

— No empieces, se supone que es un momento romántico... - respondió abrazando su esplada.

— ¿Prefieres que te bese y ya?

Al oír eso, Skara se apartó para mirarlo a los ojos con sorpresa, como un niño al que le ofrecen un dulce.

— ¿Lo dices en serio?

— No me vas a rechazar ¿O si?

— ¡Pero caro que no!. - se incorporó casi ofendida, alzando la voz, King se mordió la lengua para no reírse —. ¡Eres un ridículo! ¿Por qué siquiera se te pasó por la mente que yo fuera a...?

La morena no terminó la frase ya que los labios de chico colapsaron sobre los suyos, dándole un beso sabor cereza que le hizo olvidar lo que estaba diciendo.

— ... Yo... Estaba hablando... -amagó con comenzar a quejarse otra vez, King volvió a besarla, y ella se rindió.

Se desató una guerra de besos y abrazos, como si compitieran por ver quién se anhelaba más, quien podía quemarse primero en la llama de su amor, quién estaba mas feliz de volver a estar juntos.

Al Diablo Con El Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora