32. Violencia

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— ¿Qué? ¿Qué dijo? ¡¿Por qué Ska... Es decir, God esta maldiciendo en otro idioma!?

— ¡Rápido! ¡Corran al cuarto de conserje!. - King y Luz se sobresaltaron al oír a Skara, salieron despedidos hacia el pequeño lugar.

Se cruzaron con Mattholomule en salida, Lucia no vaciló y sin detenerse le metió la traba y le golpeó la nuca. Él cayó al suelo inconsciente.

— Encárgate de él, yo busco a Confirmación. - demandó dejando King con el joven inconsciente.

Al entrar al cuarto, se quedó en blanco, jamás esperó que ella realmente estuviera herida, que estuviera inconsciente, que estuviera en peligro… Que ella fuera vulnerable… Lucia jamás imaginó que a Confirmación se le podría ir de las manos alguna situación, o que pudiera cometer un error, sin embargo, ahí estaba, inconsciente en el suelo como una muñeca rota.

Seguido de eso, sintió su propio cuerpo caliente, como si fuera una pava hirviendo.

Él hizo esto ¡Yo le dije que se alejara!

Y luego, entró finalmente en pánico.

Se arrodilló frente a ella y la tomó en brazos, estaba inerte, tan palida que Lucia se aseguró de su pulso antes de levantarla. Salió llevándola cual novia, viendo consternada cómo la sangre le bajaba de la cabeza y creaba sobre su piel intrincados laberintos carmesí.

— Hay que largarnos de aqui. Ahora. - dijo acercándose a King, quien llevaba a Matt como una bolsa de papas.

— ¿Qué le pasó?

— La atacó la perra esta, te juro que si la Dama Búho no lo quiere, lo mato yo misma. - amenazó caminando a paso rudo y rápido —. ¿Dónde hay un hospital aquí?

— No podemos meterla a un hospital, Luz.

— No me digas lo que no puedo hacer.

—Vamos con el resto, la policía no tarda en llegar. - en cuando el estratega habló, los tiroteos comenzaron.

— ¿Para qué hablaste? - ambos debieron meterse en el pasillo.

— Rey Demonio a God, la policía está aquí, pongan en marcha el plan Incarcerón.

Todos se quedaorn en silencio, el plan Incarcerón era dejar un cebo, y el cebo eran King y Lucia.

— No. - la voz de Skara expresaba miedo.

— No empieces. -suspiró King —. ¡No hay tiempo para esto, God!

— No me iré de esta puta casa sin tí, mueve tu trasero al punto cien. - esta vez, tenía la clara voz autoritaria y ruda de un jefe. Era una orden.

— No te va a dejar. - soltó Lucia, apoyó a Confirmación contra la pared —. Vete, llévate al desgraciado ese, yo me encargo de la policía.

— No podrás sola, Luz. - susurró el moreno.

— Ese es el punto ¿No? - chequeó las balas de su recámara, solo tenía siete.

— ¿Quieres mis balas?

— ¡Oh, vamos, sería injusto para la policía! - bromeó intentando aligerar el ambiente, King sonrió.

— Nos vemos.

— Nos vemos.

Dicho esto, desapareció por el otro lado del pasillo, y Lucia se quedó sola. Miró a la chica inconsciente ¿Acaso era verdad? ¿Acaso estaba enamorada de ella? En ese momento no le importó, su prioridad era llevarla a un hospital.

— No me importa si estoy enamorada de ti o no, o siquiera si me correspondes, Confirmación, solo espero que podamos salir algún día después de esto. - le habló a la chica inconsciente.

Seguido de eso, cargó el arma, quitó el seguro, y salió a disparar a quemarropa.

Skara escuchó siete disparos, al tercero, sacó su propia arma y con la mayor rudeza del mundo obligó a todos sus rehenes a montarse en el camión.

— ¡Cambio de planes, ovejas! ¡Manos arriba! - gritó mientras ametrallaba contra el techo, gritos y miedo llenaron la atmosfera.

— ¡Al fin! - Willow sacó las sogas y comenzó a atar a todos uno por uno.

— ¡Y ustedes largo! - Boscha apuntó al resto de turistas y trabajadores, disparó un par de veces al suelo y con eso bastó para que salieran como pajaros espantados.

King llegó al poco tiempo, con un costado de la frente magullado, pero parecía estar ileso, y traía consigo a la preciada Oveja Negra.

— Quita a este imbécil de mi vista antes de que lo prenda fuego. - gruñó aventando a Matt al suelo del camión.

— ¿Y Luz?

— Incarcerón sigue en proceso, hay que largarnos. - dijo sin mas.

— ¿Y Confirmación?

— Es una larga historia, pero no podemos hacer nada. - subió al asiento del piloto —. ¿Están todos?

— Si.

— Larguemosnos de aquí.

El viaje fue... Fue un desastre. Todos los rehenes estaban atados, Mattholomule al fin despertó, en el turno en el que Skara conducía.

Boscha y King personalmente lo reducieron, pero entonces, sucedió lo que la magenta más intento postergar. Una fina hojita de papel se deslizó de su bolsillo al suelo.

King soltó a la oveja negra, miró la hoja de papel y la tomó entre sus manos.

— ¿Qué es esto? ¿Por qué lo tienes tú? - reclamó incorporándose y volteando la imágen.

Su voz sonaba como la de un perro rabioso, y Boscha supo que si no hablaba pronto, el estratega la mataría. Literalmente, ese hombre era capaz de dispararle.

Miró la foto tragando saliva ¿Qué se supone que dijera ahora?

Oh, ya sabes, Confirmación me la dió porque intenté asesinarla pensando que buscaba venganza porque maté a su hermanita. Además, me estoy acostando con Willow.

No, definitivamente no iba a decir eso.

— Yo... La encontré. - soltó retrocediendo. Al fondo, oyó a Willow susurrarle a Skara.

— God, estaciona el camión.

Boscha se puso de espaldas a la salida, King la rodeaba como un lobo hambriento.

— No mientas ¡Estuviste hurgando! -le gritó. La pelirosa entró en pánico y bajó las manos a su pistola, grave error.

En cuanto despegó la vista del chico, éste saltó sobre ella, ambos rodaron contra las puerta del camión, las abrieron por la fuerza de inercia y cayeron al suelo asfaltado. Por suerte, el camión estaba desacelerando, y se terminó de detener a escasos metros.

— ¡¿Qué buscabas?! - King y Boscha forcejearon, ambos intentando doblegar al otro, pero como era obvio, el chico le soltó un golpe tan fuerte que la mareó por unos segundos.

— Yo... No... - dijo cubriéndose de él, intentó asestarle una patada, pero el moreno rodeó su garganta con sus manos.

Ni siquiera llegó a hacer presión, cuando un grito alertó a ambos, alguien saltó sobre King como un gato y lo separó de Boscha.

La magenta se incorporó mientras veía la escena ante sus ojos, King en el suelo intentando cubrirse de los golpes directos a la cara que le proporcionaba su atacante, la cuál estaba sentada de horcajas sobre él.

Boscha quedó pasmada. Adelfa estaba golpeando al estratega como si se tratara de un saco de boxear.

Al Diablo Con El Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora